Normálmente nos decidimos por el placer que como sabemos tiene el dolor como su inevitable consecuencia, así que preferimos primero el placer y después sus consecuencias. Placer y dolor forman parte de la misma moneda.
Los practicantes de ciertas modalidades sexuales,sin embargo, prefieren actuar a la inversa, se procuran dolor, con su correspondiente dosis de adrenalina y dejan así para el final el placer, que llega inevitablemente después, aunque sólo sea como ausencia de dolor que ellos mismos se procuran.
Esto es como poco curioso y me hace pensar que al final llegamos siempre al contrario del contrario y viceversa, sea lo que sea que hagamos. Estamos atrapados en la dualidad de las cosas, qué se va a hacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario