viernes, 22 de marzo de 2024

La sordera funcional, ampiación.


Estos días, tras un sucedido absurdo retomé mi ya legendaria investigación sobre la sordera funcional, en la que estudié el fenómeno por el cual, personas con sus oídos en perfecto funcionamiento, o sus mecanismos sustitutos en caso de personas con discapacidad auditiva también a pleno rendimiento, son capaces de percibir pero no de escuchar el mensaje que se les intenta transmitir, 
Rn su momento resumí los hallazgos de mi modesto trabajo en mi máxima:
"No se le puede explicar a alguien que no escucha que no escucha porque no escucha".
Y más adelante añadí:
"Este,  como se va a simple vista, es un círculo vicioso imposible de salvar".
Pensé, como digo, tras padecer este absurdo incidente que no merece la pena relatar, en cómo había yo aprendido a escuchar y a lo que ello me había ayudado la música, el concer los instumentos, atender a qué es lo que dice cada uno, ver cómo se dan paso unos a otros y se respetan para poder crear esa conversación musical y me pregunté "¿Será que la gente no ha tenido la suerte de aprender a oir música y por eso no son capaces de escuchar a los demás?" pero me di cuenta de que conozco músicos que no escuchan y personas con discapacidad auditiva que entienden lo que se les dice con toda claridad, entonces si esto no influye ¿Qué otra cualidad hace falta para la ser capaz de escuchar correctamente? proseguí, y al poco rato la respuesta vino por sí sola: la inteligencia, y además tampoco hace falta mucha inteligencia para escuchar, deduje, ya que esta es una actividad pasiva en la que lo que se dice ya ha sido pensado, al menos en parte por quien nos lo dice, y en la que nostros no tenemos mas que dejar que las palabras entren en nuestro cerebro y que este haga automáticamente su trabajo, además, si por lo que sea no entendemos algo, por estar mal expresado, por no haberlo percibido bien, o por cualquier otra causa podemos decirle a nustro interlocutor :  "Perdona, no entiendo lo que me quieres decir ¿me lo podrías explicar por favor?" y la otra persona nos lo puede volver a contar.
Entonces, al ser tan poca la capacidad mental que hace falta para escuchar, creo que puedo completar la máxima original, arriba expuessta con:
"No se le puede explicar a alguien que no escucha que no escucha porque no escucha y porque además es tonto"
Y añadir:
Si no fuera así, con un pequeño esfuerzo mental, con un poco de concentración, esta persona, por su propio bien y el de todos, escucharía, y entonces se le podría explicar que no escucha, y lo entendería y podría empezar a escuchar.
Más tarde me di cuenta de que hacía falta también algo de buena voluntad, algo de respeto, de educación, un pensar en que uni no está solo en el mundo y que de vez en cuando hay que pensar en los demás e incluso atenderles, es decir que hace falta también algo de sensibilidad y perfecioné por fin mi frase con: 
"No se le puede explicar a alguien que no escucha que no escucha porque no escucha y porque además es tonto, y poco respetuoso, maleducado e insensible"
Si no fuera así, con un pequeño esfuerzo mental, con un poco de concentración, de buena disposición, de respeto hacia el otro, de sensibilidad, esta persona, por su propio bien y el de todos, escucharía, y entonces se le podría explicar que no escucha, y lo entendería y vería que escuchar es bueno y podría empezar a escuchar y dejar de ser una rémora y empezar a aportar a su propio mundo y alde los demás".
No es asunto baladí este de la sordera funcional, puesto que que una conversación que no sale adelante  se convierte en algo como por tercera vez digo "Absurdo" y algo absurdo es algo que tiende hacia lo sordo.
Y eso es todo, aunque esta vez sea largo, aigos.
Buen día,y noche y salud.