sábado, 31 de octubre de 2020

lealtad

Echo de menos la lealtad de los pequeños gestos, la del amigo que acompaña y que no trata de ningún modo con alguien que maltrató a su compañero. 

No echo de menos la lealtad de los grandes gestos, que tiene poco de lealtad y mucho de vanidad y de exhibicionismo.

Echo de menos la lealtad a las ideas. El fanatismo se confunde con la lealtad pero es lo contrario a ella,  no es lealtad porque evita la autocrítica, que es el cuidado que necesitan las ideas para no desviarse de su propio camino.

El fanatismo no sirve a las ideas, sirve a los dirigentes que las corrompen ayudándoles a mantenerse en el poder, dándoles más tiempo para destruir la esperanza y las ilusiones de la gente, los proyectos, y en definitiva, las mismas ideas.

La peor corrupción no es la del dinero, es la que corrompe las ideas, sin ellas no hay proyectos que puedan hacer avanzar la vida.

Echo de menos la lealtad porque su ausencia genera la peor de las corrupciones, la de las ideas. Corrompidas las ideas se corrompe todo lo demás. 

La lealtad no se prodiga porque requiere un esfuerzo

No se puede tener lealtad a cualquier cosa, pero sí a lo que es común a todos, a los derechos humanos y al "buentrato" a las cosas, a la naturaleza, a los animales, a los niños, y al resto de la gente

Echo de menos la lealtad que es atención, que es cuidado, que no es otra cosa que el ejercicio verdadero de la bondad y de la coherencia.



miércoles, 28 de octubre de 2020

Trastorno ansioso depresivo

Algunos días la ansiedad y la depresión influyen en mi vida y en la de millones de personas, aunque creo que después de tantos años de terapia y de mucho sacrificio, he aprendido a convivir con ellas y he conseguido ser una persona funcional y creativa. Mucha gente me ha dicho muchas veces que no es bueno que hable de estos padecimientos míos, puesto que son enfermedades que no se entienden bien, pero entonces, les contesto, la solución no está en esconder la enfermedad debajo de la alfombra, la solución no está en no hablar (la solución pocas veces es callar sobre algo) sino comprender las enfermedades mentales y hablar de ellas lo más posible, para ayudar a otras personas que las padecen y que se sienten solas, y para ayudar en lo posible, explicándolas, siempre desde el punto de vista del paciente, para que el que quiera, y pueda, pueda entender qué es lo que nos pasa y qué le ocurre a él, o a ella, en su entorno, en el mundo. En mi modesta opinión todo el problema de incomprensión viene del follón que hemos tenido siempre con los conceptos abstractos de "Alma" y "Mente" y que ha llevado a creer que las enfermedades mentales no son físicas, sino que están localizadas en algún misterioso lugar de la misteriosa alma o de la no menos misteriosa mente. En primer lugar conviene dejar a un lado en este tema el concepto de "alma", pues si existe, es , según todos los testimonios de la historia, la parte inmaterial del ser humano y no forma parte de él, por eso, dicen, cuando morimos, el cuerpo se destruye pero el alma sobrevive, porque es inmortal. En segundo lugar todo indica que la mente está en el cerebro, que es el órgano físico que enferma cuando padecemos las enfermedades mentales, por eso se llaman así "Mentales" y no enfermedades del alma o del espíritu. Como lo que se ve afectado es el sistema nervioso central, es decir, el cerebro, que es donde está la mente, estas enfermedades, hablo de la ansiedad y de la depresión, que son las que yo conozco como usuario, tienen los conocidos síntomas emocionales como la tristeza o la anhedonia (incapacidad para disfrutar de cosas de las que antes se disfrutaba), irritabilidad, cambios de comportamiento, pudiendo llegar a las ideaciones o comportamientos suicidas, o incluso al suicidio, pero también tienen un montón de síntomas físicos, que son los que te acaban dejando, en la mayoría de las ocasiones, fuera de combate. Los síntomas de la gripe, por los que todo el mundo entendería que te quedaras en casa son : Fiebre, dolor de cabeza, congestión nasal, moqueo, escalofríos, dolores musculares, tos seca, dolor de garganta, cansancio y malestar general, Los síntomas físicos de un trastorno ansioso depresivo son: Dolor de cabeza, sudoración, taquicardia, palpitaciones, dolores musculares y articulares, hipertensión, insomnio, vértigo, mareos, pérdida o aumento de peso entre otros, a los que acompaña la fatiga ( la más incapacitante en mi opinión). Además la depresión se relaciona con otras enfermedades como las autoinmunes e inflamatorias, como el asma y alergias (dos que también padezco), con la enfermedad pulmonar obstructiva, enfermedades cardiovasculares, diabetes, artritis reumatoide y enfermedad de Parkinson. Todo el mundo puede entender a alguien que tiene una pierna rota, o que sufre una enfermedad de corazón, o de riñón, o de hígado, así que, una vez explicado que en las enfermedades mentales el órgano físico afectado es el cerebro, y que tienen muchos síntomas físicos, como cualquier otra enfermedad, e incluso más que otras enfermedades que todos hemos padecido alguna vez, resulta muy fácil de entender que la ansiedad y la depresión no son enfermedades voluntarias, que uno padece porque no se anima a no padecerlas. Quien tiene ansiedad o depresión no siente fatiga porque quiere, ni sufre dolor de cabeza a voluntad, y cuando no se puede levantar de la cama, no puede hacerlo, igual que no puede hacerlo quien tiene una lumbalgia o una piedra en el riñón. Los síntomas físicos de estas dolencias son exactamente los mismos que se sufren con otras, y resultan exactamente igual de dolorosos e incapacitantes que en cualquier otra enfermedad de las denominadas "visibles", por eso los médicos se toman en serio estas enfermedades y las tratan con medicaciones, como cualquier otra, aunque en esto tengamos la mala suerte de que la industria farmacéutica no haya sido capaz de fabricar medicamentos tan efectivos como para otras enfermedades. Queridos amigos, he escrito modestamente estas líneas porque creo que son necesarias, espero que los que estáis sufriendo alguna de las innumerables enfermedades mentales que existen, os hayáis sentido comprendidos y acompañados, y que los que tenéis la fortuna de estar libres de ellas nos comprendáis un poco mejor. Un abrazo a todos y salud, mucha salud.

miércoles, 7 de octubre de 2020

Haciendo y deshaciendo el trabajo una y otra vez

 Volvía yo de la farmacia por tercera vez, a causa de una receta confusa, cuando me acordé de aquella máxima que reza "La mitad del trabajo que se hace en el mundo es para rehacer el que se ha hecho mal" y pensé: Uy la mitad, por lo menos dos terceras partes, porque primero se hace el trabajo mal, luego hay que deshacerlo y después hay que hacerlo bien. Entonces, como me pareció que todo esto era verdad,  me pregunté ¿ Cómo es posible que la humanidad entera haya llegado a esta dinámica y haya sobrevivido e incluso prosperado? y de repente. como en un flash, vino la respuesta a mi cabeza. Todo esto sucede, creo yo, porque el modificar este proceso, cada vez que se produce, requiere un conflicto, que además no nos garantiza que el trabajo se haga bien, ni la vez que va después del conflicto, ni todas las demás, pondré un ejemplo:

Imaginemos que un encargado tiene un camarero a sus órdenes que todos los días, al cerrar el bar, comete un fallo grave: un día deja el aire acondicionado encendido, otro le descuadra la caja, otro no echa la llave a la persiana, y otro no pone el candado a las sillas y a las mesas de la terraza. Este encargado puede intentar solucionar el problema con una bronca diaria (aquí viene el conflicto) pero esta no le asegura que el mismo día de la bronca, el camarero cometa otro fallo. También podría despedir al camarero y contratar a otro, pero eso no le asegura que el siguiente no cojee de esa pata o de cualquier otra, así que al final decide quedarse al camarero y cerrar el mismo el bar todas las noches, y por no andar deshaciendo el trabajo de su subordinado, trabaja todos los días un buen rato más, de la misma forma que uno no se presenta en la farmacia o en la consulta del médico con una cachiporra si alguien hace o interpreta  mal una receta, y vuelve a la farmacia una y otra vez para hacer de nuevo el trabajo que se hizo mal, y como vemos, para solucionar el trabajo sin conflicto hace falta una renuncia.

Y aquí está la solución al tan enigmático enigma, seguimos haciendo el trabajo al menos dos veces, primero mal y después bien, si todo va bien y la cosa no se enreda mucho, no porque seamos tontos y prefiramos hacer esto siempre así por gusto, sino porque es el sistema más eficiente que hemos sido capaces de crear. A pesar de que esta dinámica eterna sea desesperante, preferimos la desesperación a estar en un permanente conflicto día tras día, y eso no está del todo mal, a no ser, claro, porque una cosa no quita la otra, que seamos todos tontos, además.

Y eso es todo amigos un abrazo y salud, mucha salud.

viernes, 2 de octubre de 2020

Reencuentro

 Se llora por causa del nacimiento, por la ansiedad que nos provoca el miedo, siendo bebés, de ser abandonados, se llora de alegría, de tristeza, de impotencia de rabia, también a veces tras el sexo y tras el amor se llora, 

Pero hay un tipo de lágrimas que vienen de la irrupción  de los recuerdos. Uno pasea por la plaza donde jugó de niño y se abalanzan sobre él sus propias  imágenes, se le hincha un globo lleno  de emociones dentro del pecho que se revienta y uno vuelve a llorar como lo que fue, porque ese es el llanto que se llora cuando se recuerda así, y viene al encuentro de uno ese otro uno pequeño del pasado, que le pregunta al adulto que  porqué  no ha venido a buscarle en todo este tiempo, y entonces el adulto con los ajos arrasados, le responde que no lo sabe, que en algún momento se perdió y que no sabe dónde ha estado él mismo todo este tiempo, que los dos han estado perdidos del otro , y entonces los dos lloran juntos, lloran , lloran sin control, porque por fin se encuentran , lloran porque comprenden la pérdida mutua del tiempo, lloran juntos sentados  el banco de su plaza, hasta que ya no quedan más lágrimas y lo dejan allí todo de nuevo aplazado, hasta el próximo encuentro, porque sobre estos instantes, que son eternos , han ido cayendo de nuevo la niebla y la bruma de la  noche