sábado, 14 de diciembre de 2019

Historia de camareros 117 "Un día largo y Aguado"

Son casi la una de la madrugada, nos han dado un revolcón de miedo, cenas de empresa incluidas, y estamos, Rosi y yo, recogiendo lo último para poder ir cerrando e irnos a cenar a nuestras casas. Hace más de media hora que hemos llevado los cafés a la mesa quince y veo con horror que una señora me llama desde esa misma mesa, nerviosamente, y sin esperar a que llegue me dice: - Oiga, oiga camarero, el café con hielo de mi amiga se ha quedado un poco aguado - Bueno, es que el hielo es agua y el café está caliente, le digo, así que si uno no se lo toma, digamos, en una media hora o así, el hielo se deshace y puede quedarse algo aguado, si, sí, ya lo veo ya, ¿Quiere que le haga otro? le pregunto a la amiga, que es algo más joven que la señora que me ha llamado - No, no, que me lo tomaré así, aguado, dice con un mohín, ella, insistiendo en lo de aguado, pero ya algo avergonzada - También puedo quitarle algo de hielo para que no se le agüe más, prosigo, si ve que le vuelve a pasar incluso puede hacerlo usted misma - No, no, que me lo tomo así, gracias - ¿Quiere que le traiga otro vaso? - No de verdad que no pasa nada - Si quiere se lo echo yo en este vaso para el agua que no ha utilizado, insisto, y así le quitamos el hielo - No de verdad, dice ella ya visiblemente incómoda - Pero señora, déjeme solucionar el problema, si estamos para eso - No, no, de verdad, vuelve a decir bajando la mirada - Bueno, pues si surge algo más así de importante no duden en llamarme -Muchas gracias -No hay de qué, es un placer. Una vez solucionado el grave incidente del café aguado sigo recogiendo con la esperanza de llegar a mi cama. porque el día ha sido largo, muy largo: Esta mañana, Rosa, después de llevarles unos platos a unos señores les ha dicho: - Que aproveche A lo que uno de ellos ha contestado: - Igualmente Como si nosotros también estuviéramos allí comiendo, en vez de partiéndonos el espinazo, y a mi un señor me ha pedido el "Datófono" para pagar con tarjeta Estaba comentando estos absurdos con Rosa y ella me ha dicho: - ¿Pero qué sinsentido es esté? - Nadie lo sabe Rosa, le he contestado, pero me da a mí que estas cosas son sólo unas pocas, tiene que haber muchas más de las que nos damos cuenta, pero por nuestro propio mongolismo de muchas ni nos enteraremos - Es verdad, ha respondido, y otras ya nos pasan desapercibidas del absurdo en el que vivimos, oye Quique. - Dime Rosa. - Menos mal que no nos damos cuenta de más cosas ni de más mongoladas - Pues sí, menos mal. No me encomiendo hoy a ningún Santo por no gafar esta buena conclusión de Rosa, que tiene razón en que dándonos cuenta de más mongoladas todo podría ir peor. Por fin como veis, he llegado a casa, desde donde os escribo. Son las cuatro y media de la madrugada y la agitación de este día no me deja dormir, así que buenos sueños para los que los tengáis y para todos salud.

viernes, 22 de noviembre de 2019

La anciana

- Bueno días  ¿Qué café le  pongo?
- Un cortado, contesta una señora muy mayor
- Muy bien, le digo, y cuando acabo de darme la vuelta para preparar el cortado, oigo a mis espaldas una voz que me dice:
- ¿Y este mini de qué es?
- Pues señora, no se lo  puedo decir porque estoy de espaldas y no le veo ni a usted ni al bocadillo
- Uy qué tonta, es verdad, es el segundo empezando por la derecha, parece un bacon y queso, afirma ella
Como sé que ya no quedan bocadillos de bacon y queso, que además vienen en un pan delgado, llamado "flautín",  y que se distinguen perfectamente de los otros que vienen en un pan gordico, llamado "rombo", comienzo a sospechar que la señora no anda muy bien de la vista, y que si antes me ha preguntado que qué bocadillo era ese, es porque la pobre tampoco nos veía  ni al bocadillo, ni a mi, ni a mis espaldas, así que le sigo el juego,  y sin volverme para averiguar qué bocadillo es el segundo empezando por la derecha le contesto:
- Ese debe ser el vegetal, que está muy bueno
- Pues ese, ese, me dice ella resolviendo su problema.
Le pongo su cortado y su vegetal y se va a una mesa de las grandes tan contenta
Antes de irse,  para pagar, vacía el monedero en la palma de su mano pequeña, la extiende y me dice:
- Cóbrese joven
 Le cojo una moneda de dos euros que es lo que vale su consumición y le digo:
- Ya está señora
- Muy bien majo, qué a gusto he estado, nos veremos pronto.
Estoy a punto de decirle "No sé yo" a la pobre pero me contengo y en vez de eso le contesto
- Hasta la próxima si no es antes señora
- Eso, eso, jajaja
Ella se ríe y se marcha dando pasitos muy cortos, como si tuviera miedo de darlos más largos. Al legar a la puerta la tantea, un señor de traje se da cuenta, se la abre y ella desaparece.
Queridos amigos , a veces, aparecen de la nada seres benéficos que se orientan por la voz de los demás, que consiguen las cosas sin tener que pedirlas , que andan por el mundo con buena cara a pesar de lo que llevan encima.
Casi siempre son ancianos y no hay que perdérselos cuando por fin aparecen con su magia.
Un abrazo y salud.


viernes, 15 de noviembre de 2019

Soledad, comunicación, gato.

Hace no tanto tiempo, incluso cuando ya existían el telégrafo, la radio y el teléfono, cuando uno se cambiaba de dirección y no dejaba sus señas a alguien de confianza, podía perder el contacto para siempre con personas que le importaban. Uno podía perderse y no volver a encontrarse jamás con un familiar o con su pareja.
Para estos casos tenían los antiguos La Luna. Hay un poema chino en el que un amante le decía a su amada que estaba en la guerra, en el otro lado del país, y que no sabía si volvería a verla, pero que miraba la Luna porque sabía que en ese preciso momento ella estaba haciendo lo mismo, y así tenía la sensación, de que a través de La Luna, ambos estaban juntos.
En nuestros tiempos modernos La Luna fue sustituida por la televisión, viéndola, de algún modo, sabías que no estabas sólo. Hubo quien llegó a decir que en los tiempos modernos, para estar realmente sólo, había que apagar la tele y poner un D.V.D,
Por fin, gracias a Facebook y a otras redes sociales, esta comunicación, que se ejercía en una sola dirección, ahora puede realizarse es las dos, pero aun así  seguimos estando solos.
La soledad, entonces no tiene que ver con las formas de comunicación, sino con la hondura con la que somos capaces de comunicarnos de forma íntima, recíprocamente, con otro interlocutor.
Sobre la calidad de este interlocutor habría mucho que decir, ni siquiera tiene que ser humano, las más de las veces, el poderío y la profundidad de un solo gato, suelen bastar.

martes, 12 de noviembre de 2019

Historias de camareros 105 "El cocido completo" (Sin segundas)

Queridos amigos, mañana tenemos "Cocido completo" y ya estoy viéndolos venir, sé que va a ser inevitable y que más de uno y más de una me va a decir:
- ¿Y no puede ser medio cocido completo? A lo que yo tendré que contestar:
- Señora, como su propio nombre indica el "cocido completo" es "completo" e indivisible
- ¿Y ni siquiera un poquito?,dirá la señora, a lo que yo replicaré
- ¿Me quiere explicar cómo se corta un medio cocido completo por la mitad, y en el caso de que esto sea posible, qué hacer con el otro medio cocido completo?
A partir de allí la conversación tomará caminos inimaginables incluso para los adictos al L.S.D. Así que estoy pre-aterrorizado, y pensando en qué protección real o imaginaria puedo procurarme.
Pienso que esta vez, por no aprovecharme mucho de San pascual Bailón, al que ya molesté en en mi anterior aventura, voy a encomendarme a San Babil de Antioquía, patrón de Cascante, cuyo brazo, que está a la sazón dentro de un relicario en forma de brazo, está, nadie sabe muy bien por qué, en el Museo de Filadelfia.
Ay que ver qué Santo tan viajero, este San Babil de Antioquía, o al menos en parte: desde Antioquía ha llegado el mozo hasta el nuevo mundo, como ya sabéis, a Filladelfia.
Y yo pienso ¿No podría San Babil teletransportarme a Filadelfia junto a su reliquia? Según divago sobre este admirable Santo noto unos lagrimones gordos como canicas de las gordas que me ruedan por ambas mejillas y llegan a mi boca donde al encontrarse con mi lengua la llenan de un sabor metálico y ácido y me pregunto ¿Estaré llorando lágrimas de sangre? ¿Me estaré llenando de estigmas y convirtiéndome en Santo? y si es así ¿Porqué Diosito no me lleva ya a su diestra a no más tardar y sobre todo antes de mañana que es el día del cocido completo? Otros Santos ascendieron con algo de enchufe familiar como Santa Ana y San Joaquín, padres de Nuestra Señora la Virgen María Santísima, y Santa Isabel, que era la madre de santa Ana la madre de la Virgen, y otros Santos padecieron martirios mucho mas duros que el mío con los monguers, pero sus martirios duraron menos rato, esa es la verdad.
En fin , mañana os cuento. Que durmáis bien y no tengáis pesadillas, en mi caso, no sé yo qué no soñaré.
Un abrazo y salud.

lunes, 4 de noviembre de 2019

Yo monger

Está claro que en cuanto uno sale de la barra y se convierte en cliente puede llegar a ser monguer en décimas de segundo. Esto mismo me pasó a mi el hace poco en el Decathlon, almacén donde fui el otro día a comprar unas camisetas para el invierno. Elegí las camisetas en un momento, siempre sin quitarme los cascos donde sonaba en bucle "Han caído los dos" de Radio Futura, y después, ya que estaba allí, decidí probarme unas zapatillas. Cuando retiré unas del número 43 del expositor, me di cuenta de que ambos zapatos, el izquierdo y el derecho, estaban atados el uno al otro con una pequeña brida de plástico. Menuda mongolada, pensé, ¿Cómo va uno a probarse unos zapatos que están encadenados el uno al otro? ¿Dando saltitos? así que me dije "espera que aquí la lío yo pero bien liada" y poniéndome la zapatilla derecha comencé a caminar como si su pareja no siguiera atada a ella. Correteé con decisión, e incluso con arrojo, mientras el chanclo izquierdo traqueteaba contra el suelo, contra dos columnas sucesivamente, y contra el banco con espejo que ponen en todos los pasillos para que puedas calzarte uno o dos zapatos atados uno al otro, según te parezca.
Debía estar montando una buena escandalera porque podía oír el estruendo que yo mismo estaba montando incluso con los Radio Futura puestos, y porque cuando me disponía a hacer el camino de vuelta, a mayor velocidad todavía, noté en mi espalda el toquecito de los dedos de una de las dependientas, que con la misma cara desencajada que se me queda a mi cuando tengo que lidiar con un monger de los buenos, me gritaba:
- Señor, señor, espere que le corto la brida con este cutter
Ante esta intervención me quité los cascos y contesté haciéndome el tonto:
- Ay qué bien
- Es que se pueden separar ¿Sabe?
- Pues la verdad es que no lo sabía, no me he atrevido a romper yo el plástico. Ya me perdonará, continué, ya sé que he hecho una cosa muy rara, pero es que más raro es tener los zapatos atados unos a otros
- Es verdad que es raro, pero es que la gente se llevaba los pares de diferentes números y era un follón
- Ya me imagino, pero claro, este es un problema del autoservicio, si no atiendes a la gente y la dejas que se auto sirva, para ahorrarte empelados, va y se auto sirve como Dios le da a entender. Por eso en casi todas las zapaterías del mundo, excepto en esta, tienen un zapato de cada par expuesto y el otro se le pide al dependiente
- Ya lo sé ya, dijo ella, pero es que estamos muy pocos empleados y esto está pensado, como usted mismo dice, como un autoservicio. Nosotros en realidad guiamos un poco pero es el cliente el que hace casi todo el trabajo, si tuviéramos que atender a toda la gente que viene nos volveríamos locos.
- Lo entiendo perfectamente y espero que la cámaras hayan grabado esta performance mía, a ver si los jefes toman nota y os ponen más compañeros, le dije devolviéndole las zapatillas.
- A ver, a ver si es verdad, dijo ella mientras se marchaba con una sonrisa llena de complicidad
Y todavía dudaba yo de mi cordura y de si la mongolada que había montado era digna de un mongol de ocho apellidos mongoles, y de si yo mismo no me había transformado en un monger cinco jotas, cuando al pasar por otro pasillo, el de las zapatillas más caras, vi que allí sólo estaba disponible el zapato izquierdo de cada par, y que en cada estantería había un cartel que rezaba: Pida el zapato derecho a su vendedor.
Y así, pensando que todavía no me había convertido en uno de ellos, al menos completamente, volví a a colocarme los auriculares y abandoné aliviado el centro comercial.

Pd: Queridos amigos, la industrialización del sector servicios casi ha concluido. Que San Judas Tadeo patrón de los imposibles nos asista, si es que existe y si es que puede.
Amén.

sábado, 26 de octubre de 2019

Pub Volvoreta "El templo de la pachanga"

Muchos me habéis preguntado qué fue lo que me ocurrió en el "Volvoreta templo de la pachanga" el otro día en Guadalajara, la verdad es que me da un poco de vergüenza y si sois almas sensibles no sigáis leyendo esta desventura mía (Sobre todo que no salga de aquí, será nuestro secreto)

Para relatar lo sucedido antes tengo que deciros que lo primero que hice cuando llegué a esta ciudad fue buscar un restaurante chino.
Como muchos sabéis soy vegetariano, y como en casi todos los menús los primeros vienen siempre cocinados con jamón , bacon, chorizo, gambas, y con toda suerte de partes de animales, y no me gusta andar dando explicaciones a nadie, cuando viajo lo primero que hago es buscar un restaurante chino, donde puedo comer arroz, rollitos y verduras salteadas hasta hartarme.
A fuerza de ir a comer y a cenar todos los días me hice amigo del chino Juan, que era un chaval delgado con gafas, muy simpático, de unos veinticinco años que llevaba en Guadalajara dos.
- Otla vez aquí en China City ¿Te gusta eh?
- Pues claro Juan está todo buenísimo
- Vamos a ponel tu nomble a mesa
Así que la noche de autos mientras cenaba le dije a Juan- Voy a ir a un sitio que se llama "Volvoreta el templo de la pachanga"
a lo que él contestó
- ¡No, no! tu no cael en tlampa Volvoleta,
-Pero Juan, soy un hombre solitario, llevo dos días aquí, necesito amor
- Yo caí al llegal de China en tlampa Volvoleta, tu no cael, pol favol, pol favol, yo avisal
Y allí que me fui sin hacer caso alguno al joven Juan
Llegué al pub a eso delas nueve y media y la camarera estaba abriendo la reja, era una chica guapa, rubia teñida aunque robusta, llevaba un pantalón vaquero ceñido y en la parte de arriba sólo un chaleco de cuero que dejaba ver por todas partes un sujetador raído, azul pálido, que parecía sacado del cesto de la ropa sucia
- Hombre hola, pasa pasa, me dijo como si nos conociéramos de toda la vida, venga un chupito de Jack Daniel`s para celebrarlo
Yo estaba encantado con el recibimiento, acepté el chupito y esa fue mi perdición, porque luego me invitó a otro y a otro. Estaba yo trasegándome una hilera de tres que me había preparado la moza cuando ella llamó por teléfono y le dijo a alguien:
- Sí, sí, tenemos uno, el cepo está lleno
En menos de veinte minutos escuché un ruido tremendo. El Volvoreta estaba en una calle peatonal donde estaban aparcando, esto lo vi cuando se abrió la puerta, unas veinticinco Harleys del "Minaya Alvar Fáñez Motor Club" . Ya sabéis que Minaya Alvar Fáñez era amiguico de el Cid Campeador, y es el héroe de Guadalajara porque la "liberó de los moros".
Los moteros entraron en manada y pronto pude ver que este club era algo muy especial, porque acogía en su seno a personas de todo género y orientación sexual, lo que alegró todavía más mi corazón
Al momento me hice amigo de varios de ellos, del Charli, del Paco, del Rolf y de muchos otros y seguí con ellos con el bourbon. Estos morteros tomaban muchas drogas y me daban a mi muchas drogas también, yo por no parecer descortés me las iba tomando.
De pronto todo se nubló debí perder el conocimiento y al despertarme me vi tumbado sobre la barra, semidesnudo, ataviado con un conjunto de lencería femenina roja con ligas y todo, digo que "me vi" porque en el techo, siguiendo el recorrido de la barra, había un espejo y se habían preocupado de volver a ponerme las gafas después de ponerme el sujetador.
El conjunto no era de mi talla, de eso estaba seguro, porque cada uno de mis testículos asomaba por cada uno de los laterales de las bragas y el sujetador se me clavaba por todas partes. estaba rodeado de vasos de chupito y de moteros que los bebían entre grandes risotadas antes de que la camarera fuera capaz de rellenarlos. Al verme en semejantes circunstancias me desmayé
Me despertaron los gritos del chino Juan que había cerrado el restaurante y consciente del peligro que corría había corrido a rescatarme
- ¡Motelos cablones, dejad en paz al homblecico! ¿No veis que es un homble bueno aunque goldico?
Los moteros se carcajeaban a mandíbula batiente mientras asistían a otra escena de su macabro espectáculo, Juan seguía increpándoles
- Os vais a calgal todo el tulismo de Guadalajala hijos de la glan puta.
Juan me bajó como pudo de la barra, y le costó mucho, porque yo no podía moverme y el triangulillo posterior del tanga y el broche del sujetador habían hecho ventosa con la capa de bourbon que se había ido depositando bajo mi cuerpo. Una vez en el suelo volví a desmayarme.
No sé cómo Juan me puso los pantalones y la chaqueta, un enternecedor pudor juvenil le impidió poner en su lugar mi propia ropa interior, y me llevó al hotel, donde de nuevo en bragas, me depositó en la bañera y me dejó allí, sin enjabonarme ni nada, bajo el agua caliente. El chino se despidió diciendo:
- Qué veldadelo el dicho español "Uno no puede escalmental en cabeza ajena", a lo que siguió un lacónico "adiós".
Cuando logré salir de la ducha y comencé a secarme vi que tenía el cuerpo lleno de rastros de carmín de distintos tamaños y colores que fui quitándome del cuerpo con la toalla. Fue entonces cuando entré al facebook y vi que no podía compartir con vosotros esta experiencia porque estabais todos dormidos ¿para qué entonces había corrido semejante riesgo?
Durante horas después de quitarme aquella ropa interior seguí sintiendo el elastiquillo del tanga a lo largo de todo el lugar donde había estado. Todavía estaba bastante afectado por la ingesta de todo lo relatado, y no quise investigar mucho en mi retaguardia para saber si los miembros del Minaya Motor club habían respetado mi doncelléz o no, aunque en realidad me daba igual, yo había ido al "Volvoreta el Templo de la pachanga" a por una noche de amor y los moteros me la habían dado.
Después de vivir esta aventura tan insensata y tan intensa me relajé y dormí por fin como un niño.

miércoles, 16 de octubre de 2019

Ser o no ser, cierto

Queridos amigos, así entre nosotros y que esto no salga de aquí . Iba paseando por el paseo de la Independencia (Con perdón) y me he pensado:
Soy demasiado bueno para ser cierto, lo noto. Me ha venido así a la cabeza sin poder evitarlo, desde el inconsciente más profundo y después me he preguntado, como no podía ser de otra manera, ¿Qué cosa es uno que no es cierto? y así, cavilando y cavilando, al llegar a la altura de la Basílica de Santa Engrácia he dirigido mis manos hacia a Dios y le he dicho:
Ay Dios mío ¿Por qué no podías haber hecho que me gustaran el fútbol y la cerveza como a todo el mundo? ¿Puedes todavía hacer por mi, que así sea?
Así te lo pido, por favor, Diosito
Amén.

Cencerro

Esta tarde he ido a tomarme un café, y a leer pensando que la fiesta estaría ya alicaída y me he sido sometido a la escucha de un disco de salsa donde tocaba al menos un maníaco de cencerro. Las tres primeras escuchas las he soportado gracias a mis cascos y a los Kula Shaker, benditos sean siempre, pero cuando la mocica de la barra, para la cuarta ronda de cencerro, ha subido el volumen he salido en estampida a la calle, pero ay de mi ay infelice ¿Con qué creéis que me he encontrado allí ? ¡Con El Rosario de Cristal!
Esto ha sido mucho peor que lo de disco de salsa, porque al llegar a mi calle la he descubierto llena de megáfonos por donde se transmitía una cancionceta muy parecida al "carrascal, carrascal"  y los rezos de los (Dios me perdone por llamarlos así) : Extremistas católicos, y los llamo así porque es así como ellos llamarían a cualquiera que colgara altavoces por las calles para hacer una gamberrada que no fuera la suya: Extremistas islámicos, extremistas gays o cualquier otra cosa extremista.
Y yo me pregunto ¿Respetan  la TRADICIÓN esos megáfonos MODERNOS que cuelgan por doquier? ¿Le gustaría a Nuestro Señor Jesucristo semejante dispendio? ¿y a nuestra Señora la Virgen del Pilar? y por último ¿Les gustaría a Ellos y a Dios Padre, la cancionceta que se parece a "Carrascal Carrascal" y que se repite hasta la nausea por los megáfonos que no respetan a la tradición ni a nadie?
Por favor Diosito, manda pronto el Segundo Advenimiento porque como tardes mucho estos son capaces de acabar con el Mundo poniendo a marcar el ritmo de la cancionceta a los maníacos del cencerro.

martes, 1 de octubre de 2019

En mis sueños estrella

En mis sueños parto en una nave espacial hacia una estrella lejana y muerta. De ella sólo subsiste su luz, que sigue llegando desde la prehistoria del tiempo

Es este un viaje de millones de años, siempre a la velocidad de la luz, y para él la ciencia me ha provisto de una biblioteca infinita y de un gran gato inmortal, somnoliento y naranja.

Fijo el rumbo para que este coincida con el último haz de luz, que envuelve la nave con una blancura como de leche materna.

Espero con ansiedad el momento en que este último rayo cese y se haga la oscuridad.

Quedarán todavía miles de años de viaje hasta el lugar justo donde habitó la estrella. Entonces, debido a los restos de la gravedad, el tiempo y el espacio se alterarán. Mi gato y yo apenas notaremos nada, un desvanecimiento, un leve ronroneo, un desmayo fatal y entonces ella nos envolverá en su sueño.

Llega por fin el fin del viaje, siento las uñas del gato que escala por mis piernas y se recoge sobre mi pecho. Nos miramos muy de cerca, fijamente, y viéndonos el uno en los ojos del otro brillamos, como si estuviéramos a punto de extinguirnos.

lunes, 9 de septiembre de 2019

Relojes sincronizados

Los relojes raramente se ponen en hora manualmente. Si son electrónicos y están conectados a la red o hacen de forma automática.
Esto es en si mismo un cambio en nuestra forma de percibir el tiempo. Cada vez el tiempo es más el mismo para todos.
¿Qué consecuencias tendrá esto en nuestros cerebros? ¿Se ajustarán unos por fin con otros y serán al fin sincrónicos?
De momento nadie, que se sepa, lo está estudiando.

jueves, 5 de septiembre de 2019

Vivir con ello


Pasear sólo por el parque escuchando el directo el Directo de Radio Futura, que es un disco tan bueno que te hace llorar
Contemplar como el gran gato naranja que vive junto a la ribera del Huerva, ocupa de nuevo su lugar bajo el Sol.

jueves, 25 de julio de 2019

Hsitorias de camarerso 89 "Me podría decir..."

- ¿Han comido bien señores? 
- Muy bien, contestan los cuatro comensales de la mesa tres
- Me alegro mucho, pues de postre tenemos:
Tarta selva negra, carpaccio de piña, natillas sin galletas, Sandía y helado de cucurucho de chocolate.
Interrumpo aquí la narración para explicar al lector cómo creo que elegiría un cerebro normal el postre. Creo yo, que una persona de inteligencia poco perjudicadica, escucharía la lista e iría rechazando lo que no le gustara. Así, el monólogo interior de esta supuesta persona normal podría ser, por ejemplo, como sigue (Pongo entre paréntesis lo que pensaría este comensal normal al oír las diferentes opciones del camarero):
- Tarta selva negra (Tarta. mejor no, he comido mucho)
- Piña (Tampoco, odio la piña)
-Natillas sin galletas (Qué ricas, si no hay nada mejor me quedo con las natillas)
- Sandía (Nada, nada, mejor las natillas)
- Helado de cucurucho de chocolate ( Fus, fus, quita, quita, que un helado me lo puedo comer en cualquier momento).
Así, nuestro querido cliente normal. diría al terminar el camarero de recitar la lista : "Yo natillas, por favor" y el asunto estaría claro y terminado. 
Volvamos de nuevo a la mesa tres, donde los cuatro comensales acaban de escuchar la lista de los cinco postres y maravillémonos de sus respuestas, y del aplomo y de la sangre fría del camarero, que majestuoso, aunque al borde del desmayo, resuelve la papeleta de nuevo heroicamente: 
Señora 1- ¿Me podría decir qué ha dicho lo primero?
Camarero.- tarta selva negra 
Seora 1- Aaaah
Señor 1 - ¿Qué ha dicho antes de la sandía?
Camarero- helado de cucurucho de chocolate
Señor 1: vale
Señora 2 - Yo un flan
Camarero- No hay flan, hay tarta selva negra......
Señor 2- Yo tarta de piña
Camarero: la tarta es selva negra, la piña es natural...
Así inasequible al desaliento, aunque a punto de sufrir una bajada de azúcar, el camarero consigue tomar los postres y mientras los sirve se pregunta ¿Cómo es posible que alguien recuerde, en vez del postre que le gusta, que ese mismo postre es el primero de la lista? ¿Cómo puede alguien recordar la sandía, y que el postre que quiere va antes de la sandía, pero no el postre que quiere comerse? ¿No es esto un esfuerzo absurdo y mayor que recordar sólo el postre que a uno le pirra? ¿Cómo es posible inventarse que hay flan cuando no se ha nombrado? ¿Y la tarta de piña, de dónde coño ha salido, alguien ha visto alguna vez una? Pero sobre todo uno se pregunta ¿Cómo consigue esta gente salir de su casa y volver a su casa todos los días, realizar sus funciones vitales e incluso reproducirse? ¿Están haciendo aguas las teorías de Darwin? ¿Han sido alguna vez estas teorías ciertas? Y sobre todo uno se pregunta : Dios mío ¿Porqué nos has abandonado?

domingo, 21 de julio de 2019

Historias de camareros 87 "El tren"

Llega un grupete de nueve personas casi nada más abrir, a eso de las ocho de la noche de un jueves.
- ¿Querían cenar? pregunto
- De momento tomar algo, y si eso, ya luego cenar
-Pues si de momento no van a cenar, si no les importa, siéntense en esta mesa de aquí de la entrada, es que as otras están montadas y reservadas para cenar
- Muy bien, contesta la chica que lleva la voz cantante cogiendo unas cartas de la barra.
Cosa extraña para un jueves de verano, el comedor se anima y entran seis, y cuatro, y la reserva de cinco que ya teníamos, y luego dos, así que ya estamos dando diecisiete cenas, bueno, me las estoy dando yo solo, muy tranquilamente y muy a gusto.
Cuando ya todas las mesas están acabando de cenar caigo en la cuenta de que en la entrada hay nueve personas que puede que cenen y puede que no, y como la cocina está a punto de cerrar vuelvo a su mesa y me dirijo a ellos diciendo:
- Si pensaban cenar este es el momento, se lo digo para que les de tiempo,  porque dentro de poco la cocina cerrará
- Muy bien, muy bien, vuelve a decir la chica de la voz cantante
Pasa un buen rato y como no dicen nada la cocina cierra, y justo antes de que la cocinera apague la plancha la chica de la voz cantante se acerca con un papel con un pedido para cenar.
- Creo que la cocina está cerrada, pero voy a preguntar a ver si hay suerte. ¿Se acuerda de que hace un rato les he avisado?
- Sí, si es verdad, a ver si hay suerte, dice ella
Entro en la cocina y hablo con la cocinera que abre de nuevo la cocina, y entre los dos decidimos que estos nueve son ya los últimos, porque es ya muy tarde.
Servimos las cenas y noto como los nueve, tras acabar de cenar, comienzan a apalancarse peligrosamente, Les retiro los platos y les pregunto si quieren café , a lo que la moza de todo el rato me dice:
- Si eso ya luego decidimos , a lo que yo contesto
- Tiene que ser ahora, es que es jueves y ya es tarde, no tardaremos en cerrar.
 Piden los cafés y se los toman , los demás clientes abandonan el local, pues son más de las once,y media  y vuelvo a sentir que los nueve van hundiéndose en sus sillas a peso mierda. Como ya es tardísimo y esto ya hace tiempo que esto se parece una de esa bromas radiofónicas llamadas "prueba de la paciencia", porque estos señores están haciendo mi horario laboral y más allá,  me acerco a la mesa con la factura y utilizando uno de mis infalibles trucos de camarero les digo:
- Lo siento señores, es que es muy tarde y tengo que coger un tren
-  ¿Un tren? Uy,ya no vamos, no nos habíamos dado cuenta de lo tarde que era, dice la de la voz cantante. Se levantan, pagan y se van. Pero no por irse dejan de dar problemas, ya me lo decía mi padre cuando tenía su bar "Hijo mío, hay gente que molesta desde mucho antes de venir hasta mucho después de irse" y qué razón tenía
Recojo la mesa y veo que faltan diez euros. Salgo a la puerta, donde el grupo sigue remoloneando,  con el plato del dinero y con el ticket y les digo
- Disculpen, faltan diez euros.
- Anda ¿quién  no ha puesto? Zutanito seguro que no has puesto tú
- Pues es verdad, dice Zutanito, no me he dado cuenta.
- Claro claro, le espetan sus compañeros
Zutanito al fin paga y algo avergonzado el grupo se va.
Dejando a un lado el "despiste" de Zutanito, que me podía haber metido en un lío porque hubieran faltado diez euros de la caja, quiero hacer notar aquí la maestría de mi truco del tren. Hace años ante una situación con clientes inamovibles apelaba a la empatía de estos y les decía que era tarde, que tenía que irme a dormir, que había quedado con una novia, que tenía un examen, que hacía dos horas que teníamos que haber cerrado, que tenía que ir al hospital  o cualquier otra cosa,  pero descubría una y otra vez, con gran tristeza, que el descanso normal y la vida privada de los camareros se la soplaba a este tipo de  clientes tardones, así que un día acerté con lo del tren y he utilizado esta excusa en múltiples ocasiones siempre  con el apoyo y con el permiso de mis jefes.
Y siendo esto así, yo me pregunto ¿Cómo es esto posible? ¿Cómo es posible que la gente entienda que se tiene que ir porque el camarero tiene que coger un tren pero no se vaya si le dices que llevas dos horas contemplándoles fuera de tu horario de trabajo?
Esto, queridos amigos, nadie lo sabe.
En fin, menos mal que existe la R.E.N.F.E.

miércoles, 26 de junio de 2019

Historias de camareros 14 "La llamada de la selva"

Cualquier camarero que se precie va mirando al suelo, y con el rabillo del ojo, va oteando el panorama. De esta manera y escuchando, sabe casi siempre quién llega, quién se acerca, quién se levanta y quién se va. Así, concentrado en los pedidos que lleva en la cabeza y en la libreta, y sin dejar que cualquiera le interrumpa en su cometido, es como atiende al personal lo mejor posible y sobre todo en el orden correcto de llegada. Cuando por algún motivo, alguien al que todavía no le ha llegado su turno le dice algo como "Oiga disculpe", el camarero le contesta "Un momentito señora, ahora mismo le atiendo" para poder llevar su trabajo organizado.
Este es un sistema conocido por casi todo el mundo, y digo casi porque hay un tipo de clientes que gustan de realizar lo que he dado en llamar "La llamada de la selva".
A los camareros noveles, y a muchos veteranos les crispa los nervios esta llamada en forma de shh sht, de personas a las que en absoluto les toca ser atendidos, pues si les tocara serlo, el camarero estaría en su mesa tomándoles nota.
Ante esta ignominiosa forma de dirigirse a las personas, y por el bien de la convivencia camarero-cliente, puesto que lo que a uno le apetecería en estos momentos de tan poco respeto y de tanta tensión, es dejarlo todo a un lado, acercarse sigilosamente a traición y por la espalda al modorro, y sacudirle al bodoque un bandejazo a dos manos, al más puro estilo Bud Spencer, he desarrollado un sistema para solventar este tipo de situaciones sin violencia y sin detención policial alguna.
Se trata de seguir estos sencillos pasos:
Cuando escucho el primer sch sch me quedo parado allá donde esté, mirando el suelo, para localizar la procedencia del silbido y evitar mirar hacia allí, mal que me parta un rayo, una vez hecho esto prosigo,como si fuera totalmente sordo, atendiendo a los clientes que educádamente esperan su turno, e imaginando que es un pajarillo, por ejemplo una picaraza, pobrecica, la que chista.
Cuando el pajarraco intensifica su inútil llamada, imagino que ha cambiado el trino porque está realizando algún tipo de ritual de apareamiento y cuando a esta picaraza se le une su acompañante en la mesa (casi siempre hay una acompañante indignada al lado de un tipo así) imagino que la picaraza principal ha encontrado ya a su amada y que han comenzado el baile nupcial, que les llevará al tálamo y finalmente a la cópula, momento que se percibe claramente al variar ostensiblemente al alza el volumen, la intensidad, y el tipo de berridos que la pareja de amantes produce, ya con la vena del cuello hinchada.
Algunos llegan muy rápido al clímax, a la puesta de los huevos e incluso a la incubación de los mismos, pero es por su propio temperamento explosivo, nunca por el tiempo de espera.
Generalmente, como me tengo por un camarero competente, antes de llegar a estos extremos ya he atendido a los clientes a los que tenía que atender antes que a los tórtolos, y ya estoy junto a su sitio libreta en mano:
- ¿Qué van a tomar? les digo mientras esbozo una gran sonrisa, a lo que ellos siempre contestan indignados "Oiga, que le hemos estado llamando" a lo que yo, con toda la calma de la que soy capaz, respondo " Anda, cómo lo siento, ya me disculparán es que no ando yo muy bien del oído, de todas formas, aunque les hubiera podido oír, no hubiera podido atenderles antes, ya han podido ver la cantidad de vueltas que he dado desde que han llegado"
- Anda ¿pero nos ha visto llegar?
- Pues claro, pero comprendan que si les hubiera atendido antes que las personas que han llegado antes que ustedes, los demás clientes se hubieran enfadado, y con razón, conmigo. Imaginen que ahora que les estoy atendiendo a ustedes alguien me llama y les dejo a ustedes aquí plantados para ir a tomárles nota a ellos.
- Claro, claro, claro, pero es que no sabíamos cuándo iba a venir.
Bueno, es normal, pero ustedes ya veían que yo no paraba quieto ¿verdad? Cuando les pase esto con un sordico como yo tengan paciencia y disfruten del momento ¡Fíjense qué tarde más buena se ha quedado! qué envidia me dan, ustedes aquí tomando algo, con lo a gusto que me sentaría yo a tomarme algo aquí mismo, en esta silla.
Los clientes con este último giro lleno de humor y de amabilidad se ríen y se relajan por fin, les atiendo y se quedan más contentos que unas castañuelas, con sus bebidas, con su sitio en la terraza y con su tarde de fiesta.
Comprendo muy bien el estres, que este sistema tan refinado, puede causar en los clientes que salen de casa a enfadarse con el sufrido gremio de los camareros, de los dependientes de comercio o de con cualquier otro gremio, en vez de a salir a disfrutar de una tarde tan buena, pero con él yo sólo pretendo que el infarto le de a quién corresponde, y no a mi, que al fin y al cabo soy un simple camarero al que además le gusta su trabajo.

Me ves

Cada día estoy más seguro de que para existir hay que dejar de ser

Sólo cuando por fin la persona se ha ido para siempre, se piensa en ella con la intensidad que esta merece

Ahora que no estoy, ahora me ves.

martes, 11 de junio de 2019

Mar

Tu cuerpo es de cristal, una lente de precisión absoluta donde se filtran el espacio, el color, el tiempo, el sonido, la memoria y la luz. Todos ellos vibran  dentro de ti, y aprovechando su fuerza y su movimiento, los vas tallando en tu líquido transparente, amniótico, ancestral. Los vas doblando sobre ti y sobre si mismos, primero en posición fetal, y después, combándolos sin esfuerzo alguno, acaban atrapados en tu nueva forma final.
Ahora eres una bola de cristal, donde el espacio, el color, el tiempo, el sonido, la memoria y la luz llegan a ser una sola y simple cosa: lo que siempre quisieron y debieron ser.

viernes, 31 de mayo de 2019

¿Quién hay ahí dentro?



Cuando uno habla consigo mismo está hablando con otro. Antes de que uno acabe de decir la frase el otro no puede acabar de escucharla,  ni sabe lo que va a decir el primero. Habla una parte y otra escucha pero para ello las dos tienen que ser diferentes.
Así que no hay en el mundo una sola personalidad totalmente  integrada, monolítica. De esta división interior, de al menos dos partes nadie se salva,  y a fuerza de negar esta evidencia por no parecer dementes, perdemos las oportunidades y la riqueza que tener gente dentro nos brinda, aunque a lo mejor también nos libra de todo el mal que toda esta gente podría hacer.

Me dirán mis amigas psicólogas que esto de lo que hablo está estudiado y que recibe tal o cual nombre, pero nombrarlo no lo despoja de su realidad, y esta,  además se completa con la certeza de que ellas sólo pueden trabajar con la información que el paciente les quiera brindar, sea este quien quiera que sea que conteste a sus preguntas.

domingo, 31 de marzo de 2019

El infame tesón (una de psiquiatras)

Paso a la consulta de la psiquiatra a la que hace ocho meses que no veo. El tiempo entre sesión y sesión suele ser de cuatro meses,  pero perdí una cita por motivos laborales.
Yo ingenuamente pensaba que si avisaba con tiempo de que no podía acudir, no me volverían a dar cita para cuatro meses después, sino que sería antes, pues me parecía inconcebible que una persona pudiera estar sin ver al  médico que le está tratando ocho meses, pero así ha sido.
Paso como digo a la consulta y entablo con la médico la siguiente conversación:
- ¿Buenas Enrique, qué tal te encuentras?
- Mucho mejor, he dejado de tomar aquella pastilla que como te dije  me producía tanta fatiga, le digo,  y continúo,  ¿recuerdas que me dijiste  hace ocho meses "Me dirás que soy muy mala porque no te quito la pastilla?" pues me la he quitado yo.
- ¿Y qué tal le ha ido el cambio?
- De maravilla, la he cambiado por un antidepresivo natural, el hipérico.
- ¿Y me habías dicho que te producía fatiga?
- En cada una de las sesiones que hemos tenido, que han sido en casi dos años cinco o seis. Cuando me preguntabas  que cual era mi mayor preocupación te decía "la fatiga que me produce esta pastilla, tengo ganas de hacer cosas y de trabajar pero me deja baldado"
-Pues si  esa pastilla no te la receté yo. dice, ya viniste de otro psiquiatra con esa pastilla.
- Es verdad, pues fíjate si llevo tiempo diciéndote lo mismo, de hecho ya te dije que me había quejado al anterior psiquiatra de lo mismo.
- ¿Y qué te producía?
-Excesiva sudoración y mucha fatiga, mira tus notas. Las mira y se queda sorprendida,  porque ve que lo que le digo es verdad.
- Bueno, pues lo apunto,  dice intentando esquivar el golpe. Me alegra mucho que me lo digas porque así lo tendré en cuenta también con otros pacientes.
Aquí ya la conversación sigue por otros derroteros. Afortunadamente, gracias a mi sacrificio estoy mucho mejor, así que a pesar de que no se disculpa, no insisto, y le cuento otras cosas.
La sesión acaba, me da cita para cuatro meses después, y cuando salgo del centro de salud, de camino a casa, pienso:
¿Cómo es posible que una persona que no escucha a un paciente, teniendo en cuenta que la única forma de saber lo que le pasa a un paciente de psiquiatría es escucharlo, haya sido capaz de sacar unos estudios de medicina y psiquiatría con lo difíciles que son? y me respondo a mi mismo : Con tesón.
Me pongo a divagar sobre lo peligroso que es el tesón para la sociedad en general, pues acaba colocando a las personas en puestos contrarios a sus cualidades personales. Así, esta persona con su gran inteligencia, con su sentido de la vista y con su memoria, ha accedido a un oficio en el que el sentido del oído es casi lo único importante. Tenemos aquí a una persona que gracias a su gran capacidad para el estudio ha acabado en un puesto en el que se requiere, no una gran capacidad de estudio, sino una gran capacidad de escucha.
No quiero ni pensar en la cantidad de pilotos de avión que gracias a su tesón, aunque sin inteligencia espacial, pueden estar ahora mismo pilotando, ni de los políticos que gracias a su ambición y a su tesón andan por ahí dejando de servir al pueblo para seguir ascendiendo en sus carreras.
Dejo de darle vueltas al asunto,porque no tiene remedio, me siento en un banco, saco de mi bolso un libro y me siento a leer al sol, para evitar tener que tomarme un orfidal.

sábado, 19 de enero de 2019

Existencia

La existencia es como la fuerza de la gravedad, está allí y no puedes evitarla. Si todo es como parece, después de la muerte, se deja de existir de una forma para seguir existiendo en otra, aunque esta otra sea sólo polvo o ceniza.
No se conoce nada que haya dejado de existir por completo, así que podemos decir que, para bien o para mal, nosotros mismos no vamos a ser menos.

viernes, 18 de enero de 2019

Causa y efecto

Hay médicos que recomiendan a sus pacientes actividades que sólo podrían hacer si estuvieran sanos. Confunden, como decía Nietzsche que hacen los católicos con la existencia de Dios y con la existencia del Mundo, la causa con el efecto. Argumentaba el filósofo que el mundo no podía ser la causa de la existencia de Dios sino su consecuencia. Aun así, continuaba, los católicos argumentan que existe el mundo y que por tanto existe Dios.
Este pensamiento de Nietzsche es muy útil porque nos permite identificar otros casos parecidos, así, como digo más arriba, los médicos se quitan la responsabilidad de la cura del paciente diciéndole que camine, o que salga con amigos, pero el caminar y el salir con amigos no le cura. Cuando se cure, entonces será cuando el enfermo podrá salir y caminar.
Es increíble y da mucha pena que personas con estudios y con tanta responsabilidad, cometan estos errores de bulto.
No sólo es importante tener los conocimientos para ejercer una profesión, también hace falta el pensamiento necesario para poder utilizarlos.

jueves, 17 de enero de 2019

Olas

Aquí estoy de nuevo frente al mar, mirándolo, aunque para mi lo mejor del mar es oírlo. En vez de vivir pienso. En esta ocasión en el gran misterio del ir y venir de esa enorme masa de agua salada.
¿Qué pensaban nuestros antepasados de todo este movimiento?
Hoy sabemos que son el Sol y la Luna los que originan las mareas, pero poco sabemos del espacio en el que se mueve nuestro planeta.
Así que el misterio se ha desplazado un poco, como hace cuando nos acercamos a él, el horizonte.
Somos como esas gotas de agua que salen despedidas desde las crestas de las olas y quedan rezagadas, cayendo de nuevo al mar y que intentan llegar a la playa siempre en la siguiente ola.

sábado, 5 de enero de 2019

Sueño, pensamiento

Observo como fluye el pensamiento, y ese mismo flujo se pregunta a si mismo, si no será ese mismo pensamiento el sueño, que continúa su curso a través de la vigilia .

Al igual que los demás órganos, el cerebro ejecuta su cometido con el piloto automático puesto, entonces, ¿Dónde interviene uno en todo este sistema autónomo y cerrado?

Hace falta inteligencia para despistar al propio cerebro e intervenir en su acción, por ejemplo, poniendo sobre el papel estas palabras,  y no hay que ser muy listo  para seguir viviendo, para sobrevivir, e incluso procrear. Para ello no hace falta salirse de ese pensamiento mecánico del cerebro, de ese sueño sin pausa que es el pensamiento.

Todo esto lo digo sin tener ninguna seguridad de que yo mismo no sea uno de estos seres poco listos que a todos nos rodean, ni de que ahora mismo no esté siendo manipulado  por mi propio pensamiento.

Rampa

Por la rampa zigzagueante que se ha añadido al antiguo mercado del barrio suben y bajanm no sillas de ruedas, sino señoras con sus carros de la compra.
A la ida van ligeras y luchan contra la inclinación del terreno y a la vuelta, ya cargadas contra el peso del carrito que las arrastra hacia el principio de la cuesta.
La fuerza de la gravedad es, en fin, como la existencia, está allí siempre y no es posible abandonarla ni siquiera después de abandonar el mundo.

martes, 1 de enero de 2019

Mecedora

Una mecedora, una máquina del tiempo, una pajarera que contiene un ser vivo muerto en vida que se balancea atrás y adelante, intentando retroceder hasta los primeros momentos de su existencia, o intentando despistar los tiempos presentes para llegar cuanto antes a los últimos.

La botella de oxígeno que la acompaña ayuda sin embargo a anclarla al presente, para que no salga despedida huyendo de la realidad, y tenga que quedarse  aquí, como un holograma, yendo y viniendo, en una negación compulsiva del tiempo, a través de la noche y del día.