Esta tarde, a eso de las cinco menos diez, de camino al trabajo, veo que desde la otra acera me saluda un viejo conocido. Es un señor jubilado que conozco desde la época en la que era camarero. Le saludo pero él no se conforma y me llama desde la silla de la terraza donde está tomándose una caña...¡Eh cruza hombre!. Acudo a su llamada y me dice