sábado, 12 de marzo de 2016

Sobreviviendo.



Dormí solo para que mis sueños no te pertenecieran. Lavé mi cuerpo en una bañera llena de agua hirviente, Dejé de comer como hacen los gatos cuando barruntan la muerte.

Me escondí tras la barba, tras la ropa y los libros, esperando a que todo acabara. Me fui de allí una mañana de invierno para no acabar matándome

Por todo esto y por tantas otras cosas un día me pediste perdón y me diste las gracias.

 Pasan los años y aunque ya te perdoné y ya casi nunca pienso en ti, se que todavía estoy pagando el envite y  que por tu causa tengo un poco necrosados el  cerebro y el corazón.
 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario