miércoles, 2 de marzo de 2016
La razón
Todo el mundo pretende tenerla pero nadie escucharla ¿cómo entonces vamos a aprenderla?.
Se da también el caso contrario, el de la persona que la tiene y tristemente se la guarda para si. Ya no le quedan fuerzas para exponerla, para discutir con gente que no escucha y que rechaza la opinión ajena por sistema.
No le quedan fuerzas en definitiva. para defenderla y esto le genera, al que esto ocurre, frustración, soledad y tristeza.
Pd; En la ilustración nuestro querido Galileo Galilei intentando convencer de cualquier cosa a dos obispos,
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