miércoles, 10 de febrero de 2016

La levantada.



  En mis sueños llego tarde a un examen, hace meses que no he ido a las clases, he andado ocupado con las cosas que llevo dentro. pero eso no se ve, igual que no se ven  la sangre o una piedra en el riñón, pero la gente,sobre todo cuando ha llegado a tener un puesto de mando, aunque sea pequeño, se encuentra reforzada por la sociedad y no admite excusas o retrasos.


  Al final, después de viajar buscando el aula del examen desesperádamente, me paro y decido no presentarme a un examen pensado para otros, pero aun así, sigo angustiado.

  Noto la inquietud y mi corazón se acelera incontrolado. es cuando, todavía en el sueño, y esto me pasa en muchos sueños, pienso, "Ya sé que pasa, es que no me he tomado la media pastilla de las once".

  Entonces me despierto en medio de una nebulosa de malestar inconcebible, alargo la mano hasta el pastilero, cojo el medio orfidal que me está faltando desde hace horas, porque hace ocho horas que estoy dormido y por tanto llevo todo ese tiempo sin tomar nada y me lo meto debajo dela lengua.          Espero a que  el efecto del sedante llegue y me dé las fuerzas necesarias para saltar de la cama, al mundo, otra vez, sin saber muy bien para qué.

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