domingo, 7 de febrero de 2016

Bien hechas



   Hay cosas indudablemente bien hechas como la sirenas de las ambulancias, cualquier persona en cualquier parte del mundo que las oye se aparta, vaya andando, o en un vehículo, para dejar pasar a la ambulancia con su enfermo, con su herido.

   También son perfectos los dibujos en los suelos de las aceras. Todos los niños juegan en algún momento a saltar las rayas o a recorrer los dibujos andando sobre ellos, una maravilla que siempre funciona.


    Podría pasarme horas nombrando cosa como las carreteras, las neveras, el lenguaje de los sordos, los antibióticos etc...  pero creo que citando unas pocas cosas realmente bien hechas, cuya utilidad no se discute y que siguen usándose casi sin cambios desde su invención hasta hoy día, la idea queda clara, somos capaces de hacer hacer cosas buenas y de cooperar.

   La pregunta es ¿cómo puede ser que habiendo creado multitud de objetos, procesos, códigos etc... que funcionan de maravilla  hemos sido capaces de ser a la vez el origen de increíbles chapuzas y tradiciones que siendo nefastas seguimos utilizando?

   No voy a meterme a analizar todo lo que va mal o ha sido mal diseñado, ni siquiera hablaré de armas, guerras o desastres grandiosos, pero si pondré un ejemplo de un humilde objeto:

  El de las teteras metálicas que se usan en muchos bares, estas, tienen un obvio defecto de diseño, la boca por donde debe caer la infusión es pequeña y está demasiado alta  y al ser la tapa metálica no vemos, al verter su contenido, que el líquido se nos va a salir, no por el pitorro, si no por los lados de la misma.

  ¿Cuantas veces se te ha caído el té o la manzanilla  en un bar y has ido a la barra a pedir una bayeta para limpiar la que has montado? Pues este modelo de tetera se sigue fabricando, vendiendo y es más, incluso utilizando, como si fuera un gran diseño.

   Me asombra que teniendo la demostrada capacidad de hacer las cosas bien no vayamos corrigiendo si no las grandes desgracias, que quedan fuera de nuestro alcance, por lo menos las cosas pequeñas, porque está claro que cuando nos ponemos de acuerdo en algo lo llevamos a cabo con gran maestría y son pocos los que meten la pata.

  Para convencerse de esto no hay mas que pensar en la complicidad que año a año tiene toda la sociedad para organizar por ejemplo la llegada de los Reyes Magos de Oriente, Todo el mundo participa, incluidos medios de comunicación y telediarios de todas las televisiones y de todas las tendencias, para crear una ilusión emocionante, algo que todos recordamos con ilusión.

  Ya sé que hay intereses, de todo tipo, tirando de los hilos en todas las direcciones posibles a un tiempo, pero ¿De verdad no podemos ponernos de acuerdo en unas pocas cosas más? ¿No podemos dejar las ideologías y las creencias y nuestros egos a un lado para centrarnos en la realidad más humilde y cotidiana, para mejorar nuestra existencia?

  Sólo hace falta escuchar a los demás, ser algo más amables, un poco de generosidad y un poco más de buena voluntad, nada más.

 Ahí lo dejo. Queridos amigos, no me digáis que no es como para pensarlo un poco.

1 comentario:

  1. Sí, funciona hasta que llega una bicicleta y te atropella. Rerpacto a las teteras de acero ferrítico, su inconveniente reside en que no puedes meterlas en el microondas para calentar el agua, salvo que desees ver fuegos de artificio.Saludos, Quique.

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