sábado, 18 de mayo de 2013

Los gatos del museo.


Muchas veces me siento en el café del museo del Teatro Romano. En él hay una cristalera desde donde se pueden ver las gradas (o lo que queda de ellas). Las gradas están a cubierto de la lluvia por algo a lo que unos amigos míos dieron en llamar “la gran boina” así que, es el lugar perfecto para que se refugien los gatos.
Hace muchos días que, pese a echar horas y horas de atenta observación, no veo ningún gato. Pregunto a la camarera y ella me dice que sí, que alguno hay, lo que pasa es que son muy listos y se esconden en recovecos que sólo ellos conocen. No le creo. Seguro que algún palurdo municipal ha ideado un sistema para mantenerlos a raya o los ha mandado matar.
   Como los gatos han desaparecido, levanto la vista y veo, tras la valla que separa el “teatro” de la calle Verónica, de izquierda a derecha: la sede de un partido político, pared con pared , un Sex-Shop (Que poético), un gimnasio de “Pilates”, un bar, una tienda de material fotográfico y por fin, otro bar…..en resumen, mucho vicio y ningún gato.
La última vez que los humanos la tomaron con los pobres gatos por considerarlos animales diabólicos y compañeros de las brujas, las ratas se comieron las cosechas y llegó la peste bubónica a toda Europa.
A pesar de su sabiduría y de su belleza, hay gente que sigue tomando partida a favor de las ratas y de la peste. Así nos va.


7 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Quique Artach García, excelso cronista de la ciudad, su barrio y su comercio 'El País de Nunca Jamás'.
    ¡¡ Sigue deleitándonos con tus interesantes historias !!

    Un fuerte abrazo 'reina mora'
    Alberto

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  3. No hay mayor placer que observar a una o varias familias de gatos jugando , luchando contra un enemigo imaginario o lavándose mutuamente...
    Sin embargo , las autoridades municipales tienen una aversión irracional a los pobres felinos y hasta ponen multas si les proporcionas alimento.
    Yo también los busco , por el mero placer de mirarles sin molestar , pero no veo a ninguno. Como los gatos no suelen ser de esas sectas que se inmolan en masa en busca de paraísos prometidos , estoy segura de que son asesinados .
    Un saludo para la Nurse censurada ;)

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  4. Eso me temo yo también. Así en vez de tener a los gatos que espantan a ratones y palomas pueden contratar servicios de desinsección e instalar sistemas electrónicos para ahuyentar palomas.

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  5. Hola.
    Soy la torpe de la Nurse. Intentando corregir un comentario que había hecho, me lo cargué. Pensé que nadie se daría cuenta (aquí viene un emoticón sonrojado). En fin.

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  6. Un besico Nurse, que bien que se ha aclarado todo. Ya pensaba que te había censurado y me sentía, pues eso, censurador. ¡Viva la Nurse!

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