martes, 3 de noviembre de 2020

Repetición, repetición, repetición.

 Repetimos las cosas porque nadie puede escapar de sus propios pensamientos.

 Repetimos la historia porque nadie puede aumentar sin esfuerzo el repertorio de los propios y limitados pensamientos.

 Así que sólo un aumento de nuevos y muy diferentes pensamientos podrían cambiar nuestros comportamientos y nuestra historia futura.

Nadie sabe cómo se podría llegar a hacer esto, pero se podría empezar por no repetir las mismos nocivos modelos en las escuelas, y dejar de decir, por ejemplo, que Alejandro Magno, o Julio César,  o Napoleón, fueron grandes hombres, cuando la realidad es que fueron una cuadrilla de asesinos de masas que arrasaron todo lo que encontraros a su paso, llevando cada uno de ellos su avaricia hasta el final de sus días, y dejando además en herencia un halo de "triunfo" y de sangre que se ha seguido imitando y repitiendo hasta el último de los nuestros.

Podría ser entonces que abandonando esta forma de pensar podríamos pensar de otra forma, y entonces, cambiando el pensamiento podríamos comportarnos de otra manera dejar de repetir la historia.


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