lunes, 4 de noviembre de 2019

Yo monger

Está claro que en cuanto uno sale de la barra y se convierte en cliente puede llegar a ser monguer en décimas de segundo. Esto mismo me pasó a mi el hace poco en el Decathlon, almacén donde fui el otro día a comprar unas camisetas para el invierno. Elegí las camisetas en un momento, siempre sin quitarme los cascos donde sonaba en bucle "Han caído los dos" de Radio Futura, y después, ya que estaba allí, decidí probarme unas zapatillas. Cuando retiré unas del número 43 del expositor, me di cuenta de que ambos zapatos, el izquierdo y el derecho, estaban atados el uno al otro con una pequeña brida de plástico. Menuda mongolada, pensé, ¿Cómo va uno a probarse unos zapatos que están encadenados el uno al otro? ¿Dando saltitos? así que me dije "espera que aquí la lío yo pero bien liada" y poniéndome la zapatilla derecha comencé a caminar como si su pareja no siguiera atada a ella. Correteé con decisión, e incluso con arrojo, mientras el chanclo izquierdo traqueteaba contra el suelo, contra dos columnas sucesivamente, y contra el banco con espejo que ponen en todos los pasillos para que puedas calzarte uno o dos zapatos atados uno al otro, según te parezca.
Debía estar montando una buena escandalera porque podía oír el estruendo que yo mismo estaba montando incluso con los Radio Futura puestos, y porque cuando me disponía a hacer el camino de vuelta, a mayor velocidad todavía, noté en mi espalda el toquecito de los dedos de una de las dependientas, que con la misma cara desencajada que se me queda a mi cuando tengo que lidiar con un monger de los buenos, me gritaba:
- Señor, señor, espere que le corto la brida con este cutter
Ante esta intervención me quité los cascos y contesté haciéndome el tonto:
- Ay qué bien
- Es que se pueden separar ¿Sabe?
- Pues la verdad es que no lo sabía, no me he atrevido a romper yo el plástico. Ya me perdonará, continué, ya sé que he hecho una cosa muy rara, pero es que más raro es tener los zapatos atados unos a otros
- Es verdad que es raro, pero es que la gente se llevaba los pares de diferentes números y era un follón
- Ya me imagino, pero claro, este es un problema del autoservicio, si no atiendes a la gente y la dejas que se auto sirva, para ahorrarte empelados, va y se auto sirve como Dios le da a entender. Por eso en casi todas las zapaterías del mundo, excepto en esta, tienen un zapato de cada par expuesto y el otro se le pide al dependiente
- Ya lo sé ya, dijo ella, pero es que estamos muy pocos empleados y esto está pensado, como usted mismo dice, como un autoservicio. Nosotros en realidad guiamos un poco pero es el cliente el que hace casi todo el trabajo, si tuviéramos que atender a toda la gente que viene nos volveríamos locos.
- Lo entiendo perfectamente y espero que la cámaras hayan grabado esta performance mía, a ver si los jefes toman nota y os ponen más compañeros, le dije devolviéndole las zapatillas.
- A ver, a ver si es verdad, dijo ella mientras se marchaba con una sonrisa llena de complicidad
Y todavía dudaba yo de mi cordura y de si la mongolada que había montado era digna de un mongol de ocho apellidos mongoles, y de si yo mismo no me había transformado en un monger cinco jotas, cuando al pasar por otro pasillo, el de las zapatillas más caras, vi que allí sólo estaba disponible el zapato izquierdo de cada par, y que en cada estantería había un cartel que rezaba: Pida el zapato derecho a su vendedor.
Y así, pensando que todavía no me había convertido en uno de ellos, al menos completamente, volví a a colocarme los auriculares y abandoné aliviado el centro comercial.

Pd: Queridos amigos, la industrialización del sector servicios casi ha concluido. Que San Judas Tadeo patrón de los imposibles nos asista, si es que existe y si es que puede.
Amén.

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