viernes, 2 de octubre de 2020

Reencuentro

 Se llora por causa del nacimiento, por la ansiedad que nos provoca el miedo, siendo bebés, de ser abandonados, se llora de alegría, de tristeza, de impotencia de rabia, también a veces tras el sexo y tras el amor se llora, 

Pero hay un tipo de lágrimas que vienen de la irrupción  de los recuerdos. Uno pasea por la plaza donde jugó de niño y se abalanzan sobre él sus propias  imágenes, se le hincha un globo lleno  de emociones dentro del pecho que se revienta y uno vuelve a llorar como lo que fue, porque ese es el llanto que se llora cuando se recuerda así, y viene al encuentro de uno ese otro uno pequeño del pasado, que le pregunta al adulto que  porqué  no ha venido a buscarle en todo este tiempo, y entonces el adulto con los ajos arrasados, le responde que no lo sabe, que en algún momento se perdió y que no sabe dónde ha estado él mismo todo este tiempo, que los dos han estado perdidos del otro , y entonces los dos lloran juntos, lloran , lloran sin control, porque por fin se encuentran , lloran porque comprenden la pérdida mutua del tiempo, lloran juntos sentados  el banco de su plaza, hasta que ya no quedan más lágrimas y lo dejan allí todo de nuevo aplazado, hasta el próximo encuentro, porque sobre estos instantes, que son eternos , han ido cayendo de nuevo la niebla y la bruma de la  noche


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