miércoles, 8 de febrero de 2017

La vieja

La vieja va a misa y allí intenta lavar sus pecados y sus triste bajos con agua bendita.

Aun así su maldad y su corazón siguen negros y afilados como una lasca de sílex.

La mirada estúpida, la sonrisa boba y la traición rápida sin remordimiento ni conflicto interno alguno.

La vieja cargada de ponzoña va al Pilar y allí lava sus pecados y lo que queda de sus absurdos bajos con agua bendita.

Sus costras de suciedad adherida a su nauseabundo cuerpo y a su alma miserable no se van fácilmente como "La Broma" ese conjunto de algas barro y moluscos que se pega a los cascos de los barcos, y este hecho a nadie pasa inadvertido.

La vieja cuando esté bien seca arderá muy bien en el infierno.

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