Que todo brille como el oro como la plata recién pulida.
Que brillen los coches cuando el Sol aprieta fuerte mientras giran en la rotonda deslumbrando a los paseantes.
Que brillen las sillas metálicas y que obliguen a sufrir el sol de verano a los clientes del bar desde otra perspectiva.
Que brille todo como los diamantes, aunque el brillo moleste como una piedra en el zapato.
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