domingo, 31 de julio de 2016

Baobab

 

  Salgo a la calle, comienza mi día, mi ensoñación. Me pregunto cómo se engarzarán unos con otros los diferentes materiales de lo que todo se compone, qué objetos deberían ponerse unos junto a otros.

   Siento que soy como es planta que ha crecido junto al árbol,como ese brote en el parterre . Después mi mente viaja lejos, junto a los pies de los baobabs que se resisten al ser humano. Este es el único árbol al que no le hemos encontrado utilidad industrial. ¿Para qué lo podríamos utilizar? se pregunta el científico abrumado.

    Sirve para que sepas que no todo está ordenado ni responde al plan que la ciencia dicta, o se imagina, o intuye o intenta demostrar, es una cura de humildad.

    Allí sigue el baobab con toda su inexpugnable dignidad. Vive para si mismo y para acrecentar la hiriente belleza del mundo.

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