sábado, 19 de diciembre de 2020

Habitación

 Por primera vez, tumbado en mi cama al ponerme a escribir se me ha caído la habitación encima. El techo blanco, las paredes azul celeste, el cabecero de madera, el armario de tres cuerpos con sus puertas espejadas, los cuadros, las acuarelas con paisajes, la media ventana falsa que da a una galería cubierta donde están la lavadora y el cuarto de la plancha.

Por primera vez se me ha venido el cuarto encima y he sentido una nausea, y después otra, cuando he pensado en qué pasaría si cada vez que me tumbase en la cama a escribir, o a cualquier cosa, se me cayese una y otra vez la habitación encima, y yo no pudiera hacer nada con esta sensación, con este pensamiento.

Después he pensado en que debajo de los escombros se estaría mal tan solo un rato, y luego nada.

Pero no ocurre esto en la realidad, qué pocas veces se hace realidad lo que deseamos, lo que pensamos, y al acabar de pensar esto he levantado la vista y al ver de nuevo el techo blanco, las paredes azules, los armarios, la ventana y los cuadros, abalanzarse con furia sobre mi, he salido de la habitación, porque estaba teniendo una gran arcada.

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