Mostrando entradas con la etiqueta Bernhard. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Bernhard. Mostrar todas las entradas

jueves, 25 de septiembre de 2025

El ambiente interior

                                                                        



Me gusta leer los libros de ciertos escritores seguidos, hasta llegar al punto en que en su tiempo interno se confunde y solo quede en mi cabeza el ambiente que crean en sus obras, esa sensación única de sus mentes, esa gran y única imagen mental en la que cada uno se condensa,

Porque hay autores, que tienen su propio timbre imaginario; igual que la voz de cada persona tiene su timbre único, ellos tienen su propia voz ambiental, eso le ocurre a Milan Kundera, a Virginia Woolf por ejemplo, o a Thomas Bernhard, no hay más que abrir cualquiera de sus libros para sumergirse uno en sus cerebros, en sus privilegiados mundos interiores.

Lo mismo ocurre con Bach, que siempre produce la misma calma, una quietud cuyas imágenes están siempre llenas de una esperanza plena de belleza, con Zelenka, con ese amor que se expresa en lo divino, con Pergolesi, con tantos otros, cada uno con su firma de pensamiento y sentimiento única y perfecta 

Esto es más común, creo yo, en el caso de la música barroca, porque hay en estos autores lo que Ortega y Gasset  llamó, una “fe viva”, en ellos la fe es religiosa, aunque trasciende a lo espiritual. En otros creadores esa fe puede tener como objeto, la vida, el deseo de comunicarse, de equilibrar sus vidas, el amor por otra persona o por su mismo arte.

Con el arte sucede algo glorioso, que consiste en que los impulsos neuronales, tanto emocionales como intelectuales de otro ser vivo, pasan a través de la obra, del sistema nervioso de los autores a los nuestros, en una suerte de multiplicación energética, comunicándonos, superando la distancia física temporal, e incluso la diferencia en el estado vital, pues muchos de estos artistas hace tiempo que no existen, Este proceso es lo más parecido que poseemos a vencer a la muerte, en el caso del creador y a la soledad, que es como morir un poco, en el caso del receptor de la música, de la obra escrita, pictórica, o de cualquier otro tipo.

Todo esto sucede, en mi modesta opinión entre las mentes humanas, en general, con los recuerdos nos generamos unos a otros, lo único que diferencia esta interacción con la que tenemos con los verdaderos artistas, es que ellos lanzan al mundo un recuerdo universal y común, dentro del que los demás podemos recrearnos, y lo que es más importante, al ser un mensaje común, reconocernos y comunicarnos en él.

Fotografía del cuadro Retrato de Giovanni Battiste Pergolesi (1710-1736). Autor Domenico Antonio Vaccaro. Propiedad del Museo Storico Musicale del Conservatorio Di Musica San Pietro A Majella. Fuente: Wikipedia, dominio público