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miércoles, 28 de octubre de 2020

Trastorno ansioso depresivo

Algunos días la ansiedad y la depresión influyen en mi vida y en la de millones de personas, aunque creo que después de tantos años de terapia y de mucho sacrificio, he aprendido a convivir con ellas y he conseguido ser una persona funcional y creativa. Mucha gente me ha dicho muchas veces que no es bueno que hable de estos padecimientos míos, puesto que son enfermedades que no se entienden bien, pero entonces, les contesto, la solución no está en esconder la enfermedad debajo de la alfombra, la solución no está en no hablar (la solución pocas veces es callar sobre algo) sino comprender las enfermedades mentales y hablar de ellas lo más posible, para ayudar a otras personas que las padecen y que se sienten solas, y para ayudar en lo posible, explicándolas, siempre desde el punto de vista del paciente, para que el que quiera, y pueda, pueda entender qué es lo que nos pasa y qué le ocurre a él, o a ella, en su entorno, en el mundo. En mi modesta opinión todo el problema de incomprensión viene del follón que hemos tenido siempre con los conceptos abstractos de "Alma" y "Mente" y que ha llevado a creer que las enfermedades mentales no son físicas, sino que están localizadas en algún misterioso lugar de la misteriosa alma o de la no menos misteriosa mente. En primer lugar conviene dejar a un lado en este tema el concepto de "alma", pues si existe, es , según todos los testimonios de la historia, la parte inmaterial del ser humano y no forma parte de él, por eso, dicen, cuando morimos, el cuerpo se destruye pero el alma sobrevive, porque es inmortal. En segundo lugar todo indica que la mente está en el cerebro, que es el órgano físico que enferma cuando padecemos las enfermedades mentales, por eso se llaman así "Mentales" y no enfermedades del alma o del espíritu. Como lo que se ve afectado es el sistema nervioso central, es decir, el cerebro, que es donde está la mente, estas enfermedades, hablo de la ansiedad y de la depresión, que son las que yo conozco como usuario, tienen los conocidos síntomas emocionales como la tristeza o la anhedonia (incapacidad para disfrutar de cosas de las que antes se disfrutaba), irritabilidad, cambios de comportamiento, pudiendo llegar a las ideaciones o comportamientos suicidas, o incluso al suicidio, pero también tienen un montón de síntomas físicos, que son los que te acaban dejando, en la mayoría de las ocasiones, fuera de combate. Los síntomas de la gripe, por los que todo el mundo entendería que te quedaras en casa son : Fiebre, dolor de cabeza, congestión nasal, moqueo, escalofríos, dolores musculares, tos seca, dolor de garganta, cansancio y malestar general, Los síntomas físicos de un trastorno ansioso depresivo son: Dolor de cabeza, sudoración, taquicardia, palpitaciones, dolores musculares y articulares, hipertensión, insomnio, vértigo, mareos, pérdida o aumento de peso entre otros, a los que acompaña la fatiga ( la más incapacitante en mi opinión). Además la depresión se relaciona con otras enfermedades como las autoinmunes e inflamatorias, como el asma y alergias (dos que también padezco), con la enfermedad pulmonar obstructiva, enfermedades cardiovasculares, diabetes, artritis reumatoide y enfermedad de Parkinson. Todo el mundo puede entender a alguien que tiene una pierna rota, o que sufre una enfermedad de corazón, o de riñón, o de hígado, así que, una vez explicado que en las enfermedades mentales el órgano físico afectado es el cerebro, y que tienen muchos síntomas físicos, como cualquier otra enfermedad, e incluso más que otras enfermedades que todos hemos padecido alguna vez, resulta muy fácil de entender que la ansiedad y la depresión no son enfermedades voluntarias, que uno padece porque no se anima a no padecerlas. Quien tiene ansiedad o depresión no siente fatiga porque quiere, ni sufre dolor de cabeza a voluntad, y cuando no se puede levantar de la cama, no puede hacerlo, igual que no puede hacerlo quien tiene una lumbalgia o una piedra en el riñón. Los síntomas físicos de estas dolencias son exactamente los mismos que se sufren con otras, y resultan exactamente igual de dolorosos e incapacitantes que en cualquier otra enfermedad de las denominadas "visibles", por eso los médicos se toman en serio estas enfermedades y las tratan con medicaciones, como cualquier otra, aunque en esto tengamos la mala suerte de que la industria farmacéutica no haya sido capaz de fabricar medicamentos tan efectivos como para otras enfermedades. Queridos amigos, he escrito modestamente estas líneas porque creo que son necesarias, espero que los que estáis sufriendo alguna de las innumerables enfermedades mentales que existen, os hayáis sentido comprendidos y acompañados, y que los que tenéis la fortuna de estar libres de ellas nos comprendáis un poco mejor. Un abrazo a todos y salud, mucha salud.

jueves, 20 de junio de 2013

Coma



Aquella Semana Santa la pasé en Grañén. Bueno, en una casa de campo que mi abuela tenía cerca de allí. Estaba la casa en mitad del campo, a dos kilómetros del pueblo más cercano y, en aquella ocasión, estábamos allí mi hermana Elena, mis primas Ana e Isabel (que son hermanas) y mi tío Diego y mi tía Berta, que también son hermanos.
Un buen día mis primas y mi hermana se fueron a una paridera cercana donde hasta hace unas semanas había habido ovejas y volvieron llenas de pulgas (yo no recuerdo por qué no fui con ellas).