Las historias son mágicas, con el tiempo podemos olvidar los personajes que las protagonizan, los lugares donde sucede la acción, o cualquier otra cosa que contengan, pero van dejando un germen en nuestro interior que sigue creciendo para siempre en todas direcciones y de cuya cosecha podemos seguir alimentándonos toda la vida.
Las narraciones, sobre todo, nos enseñan a fabular y a inventar y a contarnos a nosotros mismos nuestra propia historia, y esto es muy importante, porque esa historia nuestra es lo que siempre somos.
Fotografía:
Autor:José Luis Filpo Cabana, Narrativa románica en Santo Domingo. Bajo licencia Creative Commons Attribution 3.0