jueves, 27 de junio de 2024

Desde mi banco 2 Tatuaje




Estaba ya bien de mañana en mi banco, esperando a recibir mi dosis de rayos ultravioletas, cuando una espantosa visión arañó mis retinas, mis nervios ópticos y mi cerebro todo, en forma de un tatuaje que un pobre mocico soportaba en su gemelo derecho, en él, tras una red como las que lanzaba Spiderman, sufría la faz contraída de una especie de orangután, por llamarlo de alguna manera, pues en realidad no se sabía si aquello era un simio, un homínido, el eslabón perdido o si podría tratarse de algún extraño tipo de mamífero. Menos mal que el mamífero este, en el que se contenía el tattoo, se alejaba muy rápido, corriendo.

Eso es lo bueno y lo malo de los tatuajes, pensé, que casi todo el rato los ven los demás. Hay algunos maravillosos, como aquél tigre que lucía un guitarrista y cantante con el que toqué en tiempos, que con sus fieras rayas negras, amarillas y naranjas, descendía por el brazo de mi amigo, y que recordaba a los famosos tigres de Borges. También hay otros que tienen un sentido más o menos profundo, una fecha, un nombre, una rosa de los vientos, un gatico, las iniciales de seres queridos y tantos otros, los hay en algunas tribus que completan al ser humano que los lleva, que marca la pertenencia a un clan. Todo esto lo había investigado yo en tiempos, cuando intrigado por todo este asunto leí el libro cuya foto acompaña a estas palabras, pero a este del mico, ay que cosa tan terrible era, no le encontraba yo el la razón ni ninguna otra cosa, como tampoco se la encontraba yo a otro, que vi hace poco en la parte trasera del muslo de una mozuela, en el que en letras mayúsculas, bien gordas y rellenas de tinta negra, como las que hacíamos de chavales para rotular los murales escolares, se leía "PERREO".

Vino entonces a mi memoria otro tatuaje, de similar estilo, tamaño y grosor, que una amiga se había hecho de cría en las lumbares, no entendía ella muy bien por qué, y que me enseño no sin vergüenza un día que estábamos de juerga, si no de qué, que rezaba "MADE IN SPAIN", menudas risas nos echamos. Recordé también como sobre este último tatuaje había pensado en tiempos mucho yo, y en como imaginé, que Diosito me perdone, en como lidiaría aquella querida amiga con él cuando estuviera en los placeres del amor.

Tengo que reconocer, también yo con vergüenza, que imaginaba que cuando estuviera haciendo cosas de novios con su chico,  cuando ella le diera a él la espalda y el se la viera entera, en la posición  canina que ya estáis imaginando, él leería "made in Spain" y luego oiría "flop" y continuación vendría a su mente y a su cuerpo una sucesión de, madeinSpain, flop, madeinspainflop, madeinspainflop, todo ello aderezado con los naturales jadeos y gemidos y me pregunté yo a mí mismo si se podría concentrar el mocico, o si tendrían convenido poner un trapico en la zona para evitar que le viniera a la cabeza el  estribillo de la eurovisiva canción aquella "madeinspain, flop, pasaporte especial, flop...." y le entrase la risa floja y le desapareciese el vigor, pobrecicos los dos.

Y en esto estaba mi pobre cabecica, cuando un cafre que paseaba con su perro, cogió una piedra para tirársela a los cuervos que nos miraban apaciblemente desde las ramas, acción que repitió en varias ocasiones sacándome de estas divagaciones que ahora os cuento, así que para no contemplar semejante espectáculo, y muy tranquilo por la seguridad de los cuervos, que escapaban sin problemas de las piedras, por tener más inteligencia que el bodoque que las lanzaba, me fui de allí pensando en el juego que me iba a dar mi banco, al que pronto volvería en busca de sol y de esta realidad tan extraña que viene a nosotros en  forma de ceñidísimas  mallas o de extraños tatuajes.

domingo, 23 de junio de 2024

Desde mi banco 1 La tragedia griega

Hoy he bajado a primera hora a sentarme en un banco del parque de la ribera, para que me diera el sol como a los demás ancianos, y he asistido a un espectáculo asombroso.

Los griegos decían que una tragedia es un drama que no tiene solución y eso es lo que me ha parecido que se cernía sobre mí cuando desde mi banco, he visto aproximarse a toda velocidad a un señor mayor, todo gordico él, embutido en unas mallas que le sentaban como a un Cristo dos pistolas, intentando correr mientras echaba el bofe el pobre, en una penitencia que ningún ser humano debería auto imponerse.

En ese momento he pensado, no sé por qué,  que este ser corría así porque con esa vestimenta tan trágica sentía vergüenza, y quería, al ir al límite del infarto, acabar cuanto antes su ejercicio para que así le viera menos gente de aquella guisa, y entonces me he preguntado a mí mismo ¿Qué es todavía peor para este hombrecico, que le vea con ese atavío más gente menos tiempo por ir más rápido, o que le vea menos gente, aunque más tiempo por ir más despacio? 

Sí ya sé que es un pensamiento absurdo porque la visión sea corta o prolongada será para todo quién sea expuesta a ella algo inolvidable, y porque la pregunta correcta tendría que ser: ¿Por qué esta pobre fashion victim no se ha comprado un chándal de su talla, de los de toda la vida, para que no se le marque todo el sistema planetario ni todos los glúteos con su división incluida, con lo incómodo que debe ser todo ese rozamiento para correr, lo que tampoco hace falta porque se puede caminar, e incluso para caminar? ¿Acaso busca su subconsciente generar unas rozaduras inguinales que le impidan salir a hacer ejercicio un par de meses?

Ay Diosito, libra a este señor de sus mallas y al resto de la humanidad de la percepción de tanta apretuta que no beneficia a nadie y que perjudica además a su portador.

Que no caigamos en sobreactuaciones deportivas ni en la tragedia de la moda de las mallas ceñidas que dejan las ingles y todo aquello que entre ellas se encuentra rozadico y al borbor e incluso al gratén.

Que se nos cumpla por Santa Hildegarda de Bingen, amén.

Que sobreviva el señorico de las mallas, por San Pascual Bailón, amén.

 

miércoles, 19 de junio de 2024

La muerte y la depresión (Con perdón)

 Hace muchos años una buena amiga me preguntó:

- ¿Y eso de estar deprimido, de tener una depresión cómo es? ¿Qué es lo que sientes, cómo te sientes?

A lo que yo tras pensar un poco contesté:

- ¿A ti se te ha muerto alguna vez alguien importante?

- Sí, claro

- Vaya, pues lo siento mucho, pues así es como me siento yo todos los días, como si se me hubiera muerto alguien, cuando estoy mejor como si se me  ubiera muerto un conocido y cuando estoy peor como si se me hubiera  uerto alguien muy cercano.

- Vaya, ahora lo entiendo, dijo ella.

De hecho, yo que he tenido mucha suerte con la muerte, pude comprobar al fallecer una tía mía muy querida, hace pocos años, que mi estado de ánimo fue peor por la noticia, pero la esencia era la misma, una tristeza que no es de este mundo.

Hace unos meses falleció mi padre, alque he tenido la fortuna de haber tenido conmigo cincuenta años y me ocurrió lo mismo. Lloré y estuve más triste de lo normal, que aunque en mi caso es mucho, todavía es siempre posible estarlo más, pero no tuve el bajón tremendo que tuvieron otras personas muy cercanas, porque ellas partíán de un estado de ánimo normal, más o menos alegre, porque cuando él murió yo ya estaba allí abajo, así de hundido, como ellas estaban durante los primeros días tras su muerte.

Cuando el duelo vaya pasando estas personas recuperarán parte de esa alegría que ahora han perdido, ojalála la recuperen toda, y yo volveré a un estado cercano al que ahora tengo.

Cuando pienso en esto llego a la conclusión de que la depresión es una especie de duelo constante, por la pérdida de uno mismo, por uno mismo, y si esto es así ¿Cómo se recuperará alguien de su propia pérdida? No sé si esto esposible, lo que sí es posible es reponsabilizrse de este sentimiento y aprender a vivir con él, y en esto, qué remedio nos queda, estamos.


 

martes, 18 de junio de 2024

Discusión interior

No he oido nunca a nadie hablar de la desigualdad con uno mismo. de uno mismo con su yo del pasado, con el del futuro que es nuestra expectativa de nosotros mismos, y con la propia auto imagen del presente, y hablo de desigualdad porque todo estos yoes son diferentes unos de otros.

En esa interacción de uno mismo consigo mismo en el tiempo surge el conflicto, uno le recrimina a otro lo que debería haber hecho y no hizo, o lo que a otro le sale mal o no se no se atreve a hacer.

Todo esto se ve a simple vista interior, no hace falta formación académica para verla, y ¿si uno discute con uno mismo, cómo no discutirá con los demás y con sus diferentes yoes?

Esto además de la obvia lectura tiene otra bastante más halagüeña; la humanidad lleva milenios lidiando con esta desigualdad interior y con la exterior y si hemos seguido cooperando sin destruirnos por completo ha sido gracias a virtudes que casi nunca mencionamos, como la humildad, la paciencia, la compasión (en el sentido oriental del término), la bondad, el amor y otras tantas que a pesar de todo las calamidades que hemos creado para nosotros y para los demás, existen y son signos inequívocos de que hay un hilo de esperanza para todos.

sábado, 15 de junio de 2024

En la infancia podemos encontrarnos

 En la infancia está todo, y después ese todo no hace más que repetirse, y es por eso que es allí, en la totalidad común de lo vivido en la infancia, donde podemos tener nuestro punto de encuentro con el otro.

jueves, 13 de junio de 2024

Humillados

No ser atendido, en un sentido amplio pero también profundo, puede muy bien ser, en determinadaas ocasiones, y para determinadas personas, una humillación. 

Y así vivimos, humillando, desatendiendo, muchas veces sin darnos cuenta a los demás,, y humillados también por la misma razón por otros.

Esto tiene que cambiar porque genera un malestar, una ira, una violencia y un daño de fondo constante que lo impregna todo y que podría disminuir drásticamente, simple y llanamente prestando un poco más de atención a los demás, simplemente prestándola, ni siquiera hay que entregarla, ni donarla, ni perderla, basta con prestarla, el tiempo que uno considere oportuno, con un poco de esfuerzo, eso sí, con amabilidad, que es esa cualidad que nos hace además, ser susceptible de ser amados.

También esta amabilidad puede servirnos para no tener en cuenta esa desatención que se nos impone sin maldad, por mera indisponibilidad, por falta de fuerzas o de tiempo, antes de coger la sartén real o metafórica para salir a sacudir a alguien, que es algo también que tiene su funcion y su utilidad cuando la amabilidad del otro brilla por su ausencia, pero siempre, siempre, y esto creo que es importante, creo yo, la mejor defensa no es un buen ataque, ni siquiera un buen sartenazo, sino una buena huída.



miércoles, 12 de junio de 2024

¿Cómo se llama el silencio de la vista?

No es oscuridad, que es el contrario de luz pero no la ausencia de visión.

La ceguera es otra cosa, es peremne si no se específica lo contrario en una frase como "supongo que es una ceguera temporal", y ademas es incapacidad de ver, no ausencia de sonido visual (lo llamo así porque ando buscando el silencio de la vista).

Creo que no existe esta palabra porque no existe el concepto de silencio como ausencia de algo que percibe un sentido excepto para el oído. 

Siempre tocamos algo, así que es lógico que no exista para el tacto, el olfato se activa automáticamente y se podría decir que también olfateamos siempre aunque no seamos conscientes muchas veces de lo que olemos, excepto si es necesario prestarle atención, como en un incendio. Con el gusto pasa parecido pues se comunica con él olfato y siempre tenemos algo en la boca aunque sea solo la propia saliva.

El caso de la vista es peculiar porque es el inconsciente el que produce imágenes todo el tiempo en los sueños, en la ensoñación y también en la consciencia si cerramos los ojos. No dejamos de ver tampoco nunca, incluso los invidentes son capaces de crear imágenes mentales a partir de la información espacial, así que el silencio de la vista no se llama de ninguna forma porque en realidad no existe tal carencia de imágenes, nunca.

Los sentidos por tanto no pueden apagarse a voluntad porque son actividad cerebral, y el cerebro no se apaga nunca, al menos mientras vivimos, pero el oído es el único que tiene una palabra de uso común para expresar la ausencia de su percepción, y además ese silencio es en realidad un deseo, porque el silencio como demostró el músico John Cage cuando estrenó su obra "Silencio", se presentó ante un auditorio, abrió la tapa de su piano y no tocó ni una nota, entonces el público escuchó los sonidos que se producían en la sala y los que venían de la calle. Pero no el silencio.

martes, 11 de junio de 2024

¿Amor o "libertad"?

No entiendo como la gente puede preferir la libertad al amor, que es lo que da sentido a la vida. Sin él, ni la seguridad, ni la libertad nos sirven de nada. ¿Para qué quiere uno la libertad si no es para amar?  Quizá lo que prefiere la gente es la libertad al esfuerzo que requiere trabajar profundamente para tener y merecer el amor.

Todavía hay quien no sabe que sin amor no hay libertad.

lunes, 10 de junio de 2024

Mundo gaseoso

 Antes podíamos tener fé en nuestro entorno, sabíamos que lo que oíamos, veíamos, lo que percibíamos con nuestros propios sentidos era en general cierto.

 Más allá de este entorno, podíamos creer en el pseudo entorno, que es el siguiente círculo, donde la información llega de segunda mano, si confiábamos en las fuentes que nos proporcionaban dicha información.

Hoy día, por obra de la tecnología y de la inteligencia artificial ya ni siquiera podemos confiar en lo que percibimos por nosotros mismos. 

Zygmunt Bauman hablaba muy brillantemente de que el nuestro era un mundo líquido, pero este, a una velocidad y con una aceleración nunca antes vista, se está transformando ya, bajo nuestra propia mirada en un mundo gaseoso.

 Cuando el entorno era sólido, y se podía creer aún en algunas cosas, se podía crear una ética, una moral, era posible llegar a una serie de conclusiones; “Pienso luego existo”,  decía Descartes, y sobre esta premisa creíble extendía el resto de su pensamiento, pero ahora sobre el entorno gaseoso, sin nada sólido en qué creer ¿Qué se podrá crear?

sábado, 8 de junio de 2024

Horizonte, zenith, nadir y...

Existen la palabras, horizonte, para definir el punto hacia el que miramos, zenith para referirnos al punto más alto que está sobre nosotros, y nadir para nombrar a aquel que está bajo nuestros pies, o en el que nos encontramos, y me parece a mí que nos falta una palabra, o yo no la encuentro (si alguien lasabe agradecería la información) para el horizonte que queda a nuestras espaldas, sí, ya sé que si nos damos la vuelta ciento ochenta grados, vuelve a ser este punto el horizonte, quedando el anterior horizonte ahora a nuestras espaldas sin nombre con qué llamarlo, pero si no nos giramos para verlo es como si dejara de existir, deja de existir tanto que ni siquiera podemos nombrarlo. 

.https://es.wikipedia.org/wiki/Nadir#:~:text=En%20astronom%C3%ADa%2C%20se%20denomina%20nadir,por%20debajo%20de%20nuestros%20pies.