Hay personas encerradas en penitenciarías, en residencias de ancianos, en sus casas, en los bares en la calle e incluso en si mismas.
Hay otras que sin embargo se te acercan peligrósamente.
Hay asociaciones que llevan agua al otro lado del mundo como llevan el agua las nubes de uno a otro continente.
Hay calles llenas de fanfarrias, sentado en un bar me atrapa todo este movimiento absurdo.
Como un anciano veo niños persiguiendo pájaros y propagándose en todas direcciones.
miércoles, 23 de noviembre de 2016
martes, 22 de noviembre de 2016
A buscarte.
Salgo a la calle a pesar de la lluvia y me acerco a ti para conjurar mi vacío, las cuencas de tus ojos son vidriosas, casi espejadas y repelen la luz, infranqueables.
No se sabe a ciencia cierta si detrás de esos espejos hay un alma, una conciencia siquiera.
Salgo de casa a buscarte y al cabo de la calle echo de menos a mis gatos.
domingo, 20 de noviembre de 2016
Desnudez
Era yo un adolescente cuando una tarde me subió mucho la fiebre, comencé a sudar, me encontraba al borde del desmayo, era verano.
La chica que estaba allí ayudándonos , pues en la casa de mi tía nos juntábamos a veces hasta veinticuatro personas y muchos niños, tras darme un vaso de agua y una aspirina. me llevó a mi cuarto para que me tumbase y me tapó con una colcha. No había más adultos en la casa.
De repente me dijo muy suavemente:
- ¿Quieres que te ponga el pijama?
- Sí, contesté, yo solo no podía.
Lo hizo con un cuidado casi maternal, sacó de mi cuerpo la ropa totalmente empapada y me puso mi seco y reconfortante pijama.
Me sentí cuidado y respetado en aquel mi cuerpo adolescente que tanto había sufrido en otras ocasiones.
- Muchas gracias le dije, ella salió de la habitación suavemente, sin hacer ningún ruido y yo caí rendido,
Me recuperé pronto y el verano pasó rápido. Por supuesto nunca volvía a verla.
Pasamos por las vidas de los demás como sin darnos cuenta y sólo algunos detalles se nos quedan dentro, como si tuviéramos en la cabeza una despensa, una bodega, de la que abastecernos y poder rumiar la vida propia y ajena.
La chica que estaba allí ayudándonos , pues en la casa de mi tía nos juntábamos a veces hasta veinticuatro personas y muchos niños, tras darme un vaso de agua y una aspirina. me llevó a mi cuarto para que me tumbase y me tapó con una colcha. No había más adultos en la casa.
De repente me dijo muy suavemente:
- ¿Quieres que te ponga el pijama?
- Sí, contesté, yo solo no podía.
Lo hizo con un cuidado casi maternal, sacó de mi cuerpo la ropa totalmente empapada y me puso mi seco y reconfortante pijama.
Me sentí cuidado y respetado en aquel mi cuerpo adolescente que tanto había sufrido en otras ocasiones.
- Muchas gracias le dije, ella salió de la habitación suavemente, sin hacer ningún ruido y yo caí rendido,
Me recuperé pronto y el verano pasó rápido. Por supuesto nunca volvía a verla.
Pasamos por las vidas de los demás como sin darnos cuenta y sólo algunos detalles se nos quedan dentro, como si tuviéramos en la cabeza una despensa, una bodega, de la que abastecernos y poder rumiar la vida propia y ajena.
sábado, 19 de noviembre de 2016
Un grato y jocoso recuerdo.
El último día que llovió en nuestra ciudad, Zaragoza, tuve que pasar por la calle Don Jaime I el conquistador y recordé que en la esquina con la calle Estébanes , desde donde se divisa la parte trasera del Teatro principal, había no hace mucho una cafetería que se llamaba "La Latina" que era muy chiquitica y tenía muchos encantos.
Uno de ellos, quizá el que más nos hizo disfrutar a mi hermana Elena y a mi, consistía en que cuando llovía y gracias a que nuestro querido ayuntamiento había colocado el el suelo de del casco histórico un mármol carísimo y extremadamente resbaladizo, las caídas en ese chaflán eran espectaculares.
Cuando oíamos las primeras gotas caer a media tarde le decía a Elena "Ya está lloviendo,en un ratico ya estará montada en La Latina ¿nos tomamos el cortao allí y nos vamos a ver caídas ?"
A mi hermana que siempre le han entusiasmado las caídas casi siempre le venía bien y cuando no aplazaba algún plan, había que aprovechar la ocasión.
Intentábamos ir cuanto antes para coger una de las dos mesas que había en el ventanal y allí pasábamos la tarde entre cafés y resbalones.
Los trompazos eran maravillosos, sobre todo los que se producían en la rampa del semáforo que era una trampa mortal, las ancianas volaban por los aires, hacían la croqueta en el suelo mojado y los demás viandantes también resbalaban a veces, cayendo en fastuosa montonera sobre la primera víctima.
Nosotros reíamos a carcajadas, la risa floja se apoderaba de nosotros, sabiendo además, debido a nuestra dilatada experiencia como observadores de caídas, que los mamporrazos nunca eran graves, debido a que todo el mundo iba despacio y reduciendo la velocidad al llegar al paso de cebra.
Recuerdo con especial cariño las tardes en que nos dio por puntuar las caídas como si de saltos de trampolín olímpico se tratase. Parte de la gracia consistía en hacer el comentario con la misma seriedad que los locutores televisivos de esta especialidad y con voz gangosa o de falsete. y así decíamos frases como "Ya se prepara el saltador Mexicano que ya ganó el bronce en los pasados campeonatos de Europa, parece que va a realizar un salto de máxima dificultad, un triple axel mortal con doble tirabuzón de tenacillas calientes".
Por desgracia, no en nuestro despeñadero, varias personas tuvieron serios accidentes y denunciaron al ayuntamiento que terminó por pasar una máquina por el mármol para erosionarlo para que así, así al ser más rugoso, ya no resbalara tanto.
Dejamos de ir poco a poco a La Latina que cerró años después. La verdad es que me da un poco de pena el cierre pero siempre que me ocurre se me pasa pronto recordando, como ahora ,las risas con mi hermana a la que dedico este post.
miércoles, 16 de noviembre de 2016
Cerradas
Las manos siempre cerradas
La mirada baja, la voz grave, suave y mate
El interior oscuro y en su centro, rotando sobre si mismo como cualquier otra estrella un ser ajado y solo
El hospital se convierte en hospicio y este en asilo
Desde la cama solo se ve el rastro de la luz que espera incandescente al otro lado de la puerta.
martes, 15 de noviembre de 2016
Niños
Los niños pequeños, casi de madrugada, ya uniformados, se dirigen a sus puestos de trabajo y se entregan a sus responsabilidades con la mayor honradez de la que son capaces.
Poco a poco, con los malos ejemplos, todo esto se nos va desprendiendo de la piel.
lunes, 14 de noviembre de 2016
Dolores.
Los dolores son cada vez más variados. A los dolores de la mente se suman los de las articulaciones, los de los riñones. Los pulmones también me molestan a veces.
No puedo sentir nostalgia de tiempos pasados. Ya he dejado de desear otras vidas, son esas vidas, esos niños y adolescentes que son yo mismo, los que se quedaron para siempre allí anclados, reviviendo una y otra vez su dolor, sus traumas, viviendo en medio de ese instante de su propio y máximo sufrimiento. ellos, que viven sin avanzar ni retroceder en ese preciso segundo son los que me duelen ahora.
Algunas partes de mí, demasiadas, se quedaron allí, para siempre, y yo busco la manera de amarlas de abrazarlas y de que por medio de una luz blanca potente y sanadora, se fundan conmigo y dejen de gritar desde ese abismo infinito que es el pasado, dentro de mi memoria, antes inconsciente y ahora consciente, para que dejen de sufrir, y yo con ellos, en mis ensoñaciones, en mis pesadillas en mis sueños.
A veces me duelen la cabeza, los dientes los huesos, las muelas aquí en el presente y sé que el dolor no es mío, es el de ellos, que están allí y aquí todavía, creciendo.
No puedo sentir nostalgia de tiempos pasados. Ya he dejado de desear otras vidas, son esas vidas, esos niños y adolescentes que son yo mismo, los que se quedaron para siempre allí anclados, reviviendo una y otra vez su dolor, sus traumas, viviendo en medio de ese instante de su propio y máximo sufrimiento. ellos, que viven sin avanzar ni retroceder en ese preciso segundo son los que me duelen ahora.
Algunas partes de mí, demasiadas, se quedaron allí, para siempre, y yo busco la manera de amarlas de abrazarlas y de que por medio de una luz blanca potente y sanadora, se fundan conmigo y dejen de gritar desde ese abismo infinito que es el pasado, dentro de mi memoria, antes inconsciente y ahora consciente, para que dejen de sufrir, y yo con ellos, en mis ensoñaciones, en mis pesadillas en mis sueños.
A veces me duelen la cabeza, los dientes los huesos, las muelas aquí en el presente y sé que el dolor no es mío, es el de ellos, que están allí y aquí todavía, creciendo.
domingo, 13 de noviembre de 2016
Dejarlo todo
Dejarlo todo en un solo instante, no por tristeza, ni por culpa de nadie, ni siquiera por falta de amor.
Huir como huyen las canciones para no morir de espanto.
Dejarlo todo de puro incómodo que es el mundo, como quien se cambia de sitio, de la silla al sofá.
Huir como huyen las canciones para no morir de espanto.
Dejarlo todo de puro incómodo que es el mundo, como quien se cambia de sitio, de la silla al sofá.
sábado, 12 de noviembre de 2016
Nuevas frases maximas mínimas
- La cabeza no me deja descansar y esto es ya en si mismo otro pensamiento.
- Aprendiendo a tener paciencia, que remedio. ¿Habrá que esperar también para esto?
- El mundo se ha vuelto a lo largo de la historia más o menos cómodo, pero no mejor.
-Dicen que la sabiduría es lo que queda cuando has olvidado todo ¿algo así como los posos del té? ¿es entonces la sabiduría el poso de la memoria?
-Ojalá la depresión pudiera curarse con un buen "mono".
- Los grandes barcos mercantes saliendo del puerto me hacen pensar en la basura espacial.
- El sol me da fiebre en vez de sed.
-Nosotros ya no somos nosotros.
- Aprendiendo a tener paciencia, que remedio. ¿Habrá que esperar también para esto?
- El mundo se ha vuelto a lo largo de la historia más o menos cómodo, pero no mejor.
-Dicen que la sabiduría es lo que queda cuando has olvidado todo ¿algo así como los posos del té? ¿es entonces la sabiduría el poso de la memoria?
-Ojalá la depresión pudiera curarse con un buen "mono".
- Los grandes barcos mercantes saliendo del puerto me hacen pensar en la basura espacial.
- El sol me da fiebre en vez de sed.
-Nosotros ya no somos nosotros.
viernes, 11 de noviembre de 2016
Huida
La tormenta me anuncia que mi soledad va a aumentar los próximos meses. Una huida a tiempo y para mi, un quedarme.
Un día yo también me marcharé en una fuga hacia dentro, saliendo del tiempo con elegancia, suavidad y desapego.
Un día yo también me marcharé en una fuga hacia dentro, saliendo del tiempo con elegancia, suavidad y desapego.
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