Salgo a la calle a pesar de la lluvia y me acerco a ti para conjurar mi vacío, las cuencas de tus ojos son vidriosas, casi espejadas y repelen la luz, infranqueables.
No se sabe a ciencia cierta si detrás de esos espejos hay un alma, una conciencia siquiera.
Salgo de casa a buscarte y al cabo de la calle echo de menos a mis gatos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario