La ignorancia es una gran, gran, gran desconocida, está formada, si esto puede llegar a saberse, por lo que desconocemos, lo que desconocemos que desconocemos, lo que desconocemos que desconocemos que desconocemos, y así hasta el infinito.
Si hiciéramos una representación, una figura alegórica de esta abstracción, incluso si hecha carne mortal nos la cruzásemos por la calle no la conoceríamos, aunque nos mirase muy de cerca a los ojos, suponiendo que los tuviera.
La ignorancia, cuyo contrario es la sabiduría, una de las cualidades de Dios, si es que existe, es infinita en su caso, y en el nuestro infinitamente mayor que esta, pues es muy poco, dadas muestras enormes limitaciones, lo que podemos alcanzar a conocer.
Aún así siendo tan inmensa como se supone que es, nadie se la toma demasiado en serio, lo que es una demostración más de la enormidad de la ignorancia que atesoramos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario