Es bien conocida la frase "cuidado con lo que deseas porque podría hacerse realidad", que no puede ser más cierta ¿a quien no le ha ocurrido desear algo para verse decepcionado al conseguirlo?
Esto sucede porque cuando deseamos algo no sólo lo idealizamos, sino que no pensamos en los inconvenientes que podría tener, o en las circunstancias, muchas veces irónicas que nos pueden llevar a conseguir lo que anhelamos.
Pondré un ejemplo que me toca de cerca:
Cuando era joven pensaba que sí pudiera dedicarme a leer y a tocar sería absolutamente feliz, y así, como otros desean que les toque la lotería, deseaba yo está situación. Hoy día tras ser diagnosticado de fibromialgia, apenas puedo hacer otra cosa que tocar, esto a ratos, y leer.
Realmente mi sueño se ha cumplido, pero en esta vida hasta los sueños tienen un precio.
Ya lo dice el proverbio: Si quieres oir reír a Dios, cuéntale tus planes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario