domingo, 19 de noviembre de 2023

Yendo y viniendo


Me dirijo a la biblioteca a primera hora de la mañana, justo cuando los indigentes ocupan sus respectivas esquinas y los perros reciben su primer paseo del día
Un enorme dogo asoma su cabezota hacia la calle desde la hoja entreabierta de un portal.
Llego a  la Plaza de España donde  unos voluntarios de una O.N.G. intentan sacarme de mi ensoñación sin conseguirlo. Niego con la cabeza, señalocon los índices de las dos manos los grandes auriculares que llevo puestos y sigo, con la mirada, la enorme energía de uno grupo de niños que marchan hacia el colegio.
Llego a la biblioteca,  recojo el libro que había encargado y emprendo la vuelta a casa.
Una musulmana intenta pasar desapercibida bajo su pañuelo añil, mientras toda una bandada de vehículos gira mágicamente en la rotonda de la Plaza de Aragón,
De nuevo en  la plaza San pedro Nolasco  le compro el periódico a mi padre. Desde  la cola del kiosco, veo al uniformado vendedor de entradas del Museo del Rosario de Cristal. Pienso entonces  en la gente tan extraña que se encuentra uno por el mundo 
Me cruzo con una una mujer de mediana edad que camina suavemente, como arrastrada por un colgante de bronce que lleva sobre la ropa y que representa la varita con la que buscan agua los zahoríes
Antes de meter la llave en la cerradura de la puerta de la calle, recojo en un papel parte de lo que he visto en este pequeño paseo para después poder escribir estas lineas.
Mientras haya maravillas como estas que ver seguiré paseando por este trozo del mundo.


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