viernes, 16 de febrero de 2018

Conciencia

Todo lo que se mueve por si mismo, e incluso lo que es movido por otros entes que se mueven por si mismos, como la alfalfa, que es mecida por el viento, tienen conciencia, aunque todos atesoran una ventaja con respecto al ser humano: No tienen el afán de cambiar el mundo.

Así el mar se limita a ser acunado por la gravedad de la Luna, a lamer las playas con sus lenguas y a horadar las fosas marinas con sus corrientes. Su pensamiento formado por las sinapsis entre ballenas y mantas rayas, entre tiburones y morenas y bancos de sardinas, se revuelca con las cordilleras oceánicas como haría un gato defendiéndose panza arriba.

Saben todos estos seres que no hay nada que elegir y así llevan existiendo, concentrados en si mismos, millones de años, indiferentes, serenos y ajenos al mundo que les rodea.

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