jueves, 19 de noviembre de 2015

Pequeño

 

   Es muy pequeño, insignificante, minúsculo, lo que un ser humano es capaz de negarle a otro un día tras otro, estúpidamente. sin sentir remordimientos, sin ponerse es la piel del otro, sin empatía posible, sin sentir la humillación y la tristeza que esto le supone al que lo pide.

    El que no lo da es miserable y despreciable pero él no se siente así. tiene dentro tanta estulticia y tanto resentimiento como para poder  justificar, con unas cuantas palabras, lo que dejó de hacer, lo que no vio, de una forma razonable, lógica, objetiva, fría y por tanto sin sentimiento alguno.

    Es por esto, además, que es el que pide quien se siente miserable y despreciable, sobre todo cuando lo que se pide es solamente un pequeño gesto. porque piensa ¿ Ni esto  tan pequeño me da?  ¿Menos que esto que pido valgo entonces yo para el otro?.

    Es un no ceder nunca obtuso  lo que le quita el sentido a la existencia y a la vida del otro, con una crueldad inconsciente, egoísta, insensible. Silenciosa al principio y después de la caída, silenciada.

     Es eso y nada más lo que nos pone a diario al borde del precipicio.

   
   

1 comentario:

  1. Dices: El que no da es miserable y despreciable..., etcétera. Me viene a la cabeza algo que contaba el llorado Moncho Alpuente: el padre de Emilio Botín, el abuelo de Ana Patricia solía hacer caso omiso de una mendiga que le abordaba siempre a la salida de misa pidiendo una limosna 'por Dios'. Un día la mendiga cambió la petición, 'por Dios y por la Virgen' y el patriarca abrió su cartera y dijo: “con dos avalistas ya es otra cosa”.

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