viernes, 10 de abril de 2015

Mudanza

 

     Dicen que tres mudanzas equivalen en términos de desgate emocional a un incendio. Yo he vivido con horror algún conato de incendio que por suerte no fue a más y juro que en algunos momentos de algunas de las mudanzas que me han tocado en suerte hubiera deseado que todas aquellas cajas hubieran ardido espontáneamente.

     Si estás a punto de hacer una mudanza y puedes permitírtelo haz la siguiente prueba:
 
     Coge una maleta mediana, llénala con lo imprescindible e inicia un viaje de quince días. Te puedo asegurar que cuando regreses habrá cosas dentro de la maleta de las que no te habrás ni acordado.

     Por otra parte cuando haya pasado más o menos un año después de haberte mudado y te queden cajas por abrir hazte la siguiente pregunta ¿Si estas cajas sin abrir se quemaran o se inundaran o me fueran robadas echaría algo de menos? no lo creo,  puesto que si fuera así no seguirían cerradas..

    ¡Que miedo tenemos a dejarnos algo abandonado en la casa de la que nos marchamos y perderlo para siempre! cuando la realidad es que cuando nos mudamos nos vamos porque todo aquello que nos hubiera gustado hacer o tener o vivir ya se ha quedado atrás, se ha ido quemando lentamente  por dentro poco a poco.

    Nos vamos porque ya no podemos conservar y por tanto tampoco llevarnos con nosotros lo importante.

   Por eso tres mudanzas equivalen a un incendio porque cuando nos marchamos tres veces  llevamos  aproximadamente en nuestro interior la misma cantidad de cenizas que si todo hubiera ardido por fuera.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario