viernes, 9 de junio de 2017

La botella de absenta



Ninguno de los dos había pegado ojo en los últimos meses, habían perdido al bebé que esperaban, días después perdieron su pequeña taberna y ahora se enfrentaban al embargo de su apartamento y de todo lo poco que les quedaba. Llevaban doce años viviendo juntos y en esos años les había dado tiempo de hablar de todo. En una de aquellas conversaciones juraron que si algún día se encontraban desesperados se matarían juntos. Para ello, en el fondo del cajón más grande del armario, en una caja de zapatos estaba reservada, a tal fin, una botella de absenta, que mezclarían con valium.

-Déjate de hostias y pásame la absenta, musitó ella mientras jugueteaba con la caja de diazepam.
- Muy bien, toma, echa las pastillas en la botella, voy a por los vasos, contestó él.

La absenta se deslizó en la cucharilla deshaciendo el azucarillo con el que, según habían oído, había que mezclarla. Caía en el segundo de los dos vasos que habían dispuesto junto a la jarra de agua, al lado de Valium.

-  A ver si de una puta vez lo hacemos, susurró ella de nuevo, ah, y ponles un poco en la comida a los gatos.

A la mañana siguiente los dos gatos ronronearon un buen rato sobre sus cuerpos todavía templados

jueves, 8 de junio de 2017

Exclusivo

Cuando palabra me escama, cuando me resulta irritante, pienso en lo que hay detrás de la palabra en cuestión. Hoy llevo entre oreja y oreja  la palabra"Exclusivo".



Se dice que este o el otro es un restaurante "Exclusivo" cuando es caro. Caro no quiere decir bueno, porque si no se diría que es un buen restaurante,  pero como decir que algo es caro no es decir nada bueno de un restaurante, ni de casi nada, se dice que es exclusivo.

Exclusivo, que excluye. Algo exclusivo no es inclusivo, claro.

¿Cómo puede ser buena una cosa que excluye al prójimo? ¿No dijo el propio Jesucristo que el prójimo era alguien que debía ser amado? Está claro que algo exclusivo no es algo bueno ni por su calidad, ni tampoco en el sentido más general de "ser bueno" para el bien común.

Si por ejemplo nos referimos a una camisa como "exclusiva"  nos damos cuenta de el asunto se pone todavía más feo ¿No quieres una camisa para ser incluido, para trabajar, para hacer vida social o incluso para ligar? En este caso, la camisa, cumple una función algo peor, te distingue (otra palabra espantosa) de los demás, es decir, te excluye,  y no sólo te excluye, eres tú quien se excluye voluntariamente.

Vaya con las esclusas y con la exclusividad. Por fortuna, en la otra cara de la moneda, nos encontramos con que la gente que se exclusiva se queda fuera del común, así podemos distinguirlos como quien oye de lejos a un tonto sobre una moto ruidosa y podemos dejarlos ahí fuera. Así se quedan tranquilos ellos y nos quedamos tranquilos nosotros ¡ Qué alivio!

martes, 6 de junio de 2017

Frases máximas mínimas de hospital

- Cuando estás en un hospital, aunque sólo sea de visita, ves a las personas tal y como son.

- A todos se nos quita la tontería cuando vemos de repente el valor de cualquiera de esas vidas. ¿Cómo es que somos incapaces de ver este valor en el día a día cuando, por ejemplo, criticamos al adversario?

- La gente quiere sobrevivir a toda costa en su propia película. ¿Por qué quiere vivir un anciano decrépito y desahuciado? No es que haya una finalidad en ello, simplemente lo intenta porque no puede evitarlo

- Si vemos todo esto sólo en situaciones extremas, es que realmente estamos todos enfermos

- En el dolor se encuentra la verdad.


domingo, 4 de junio de 2017

Vasos comunicantes

Nos esforzamos tanto en ser lo que querían que fuésemos, que nos quedamos perplejos al ver que se habían convertido en aquello que nosotros habíamos dejado de ser.

sábado, 3 de junio de 2017

Regreso a la vida

Mientras boqueaba intentando recuperar el aliento un latigazo recorrió su estómago y una masa biliosa, ácida y ardiente con sabor a hiel arañó su tráquea, se giró para que el vómito cayera al agua y tras varios espasmos logró recuperar el aliento y la calma.

La roca donde descansaba  estaba pulida por cientos, quizá miles de cuerpos que como el suyo habían esperado allí. sobre aquella extraña masa con tacto de piedra pómez, la salvación o la muerte. 
Se dio cuenta de que aquella era la peor pesadilla de un espeleólogo: quedarse atrapado, sólo y sin luz, en una minúscula gruta, en última expedición de su carrera, esa con la que los profesores de la escuela acostumbraban a despedir a los camaradas que se iban jubilando.

Ni siquiera sabía si sus compañeros habrían sobrevivido al derrumbe, si alguno de ellos llegaría a pedir ayuda, ni tampoco si habría quedado algún hueco entre las enormes piezas de granito que habían sepultado la única vía de acceso
Maldijo su mala suerte y escuchó su lamento rebotar en las paredes y golpear en sus oídos como si el propio espíritu de la tierra le estuviera condenando.

Sentía su piel embadurnada en un ambiente de sótano anegado que se pegaba a su piel formando una película viscosa y almibarada, que le hizo ser consciente de un aire que pronto su propia respiración transformaría en un dióxido de carbono.

Un intenso frío le despertó. Debía haber perdido el conocimiento, tenía la cabeza dolorida y abotargada. Dedujo por el entumecimiento de su cadera que llevaba varias horas  dormido, e imaginó que en la superficie ya sería de noche. Golpeó furiosamente su cuerpo pon las palmas de las manos que luego calentó acercándolas a su boca.

De nuevo en un estado de duermevela escuchó cesar su propio llanto en la lejanía y después una sibilancia acompasada de animal herido, que no era otra cosa que el quejido de unos pulmones que notaba acorchados e inútiles. Algo más arriba, en la garganta una flema crecía y se movía hacia sus pulmones como una babosa amarga. 

Comenzó a tiritar con violencia, el frío iba avanzando hacia el centro de su cuerpo los ojos chocaban inflamados contra sus propias cuencas.

 Sintió un alfilerazo en el corazón, tan intenso, que le alivió del  resto de sus padecimientos, en ese mismo lugar comenzó a sentir que nacía un único punto calor luminoso.

 Su vida comenzó a pasar ante sus ojos, primero los más recientes y después, como dicen las personas que han regresado de la muerte, todos los demás, así se vio a sí mismo dando clase en la facultad con sus alumnos, sonriendo en el día de su boda, corriendo en la playa con sus amigos de la adolescencia, con sus padres en el parque de su niñez, se vio arropado en una manta por su madre, percibió el calor de su aliento en su cara y  finalmente, tras un fogonazo de luz que lo inundó por completo, se vio de nuevo tranquilo en el útero materno. Había regresado por fin  a su hogar primigeneo, al principio de la vida y del tiempo

jueves, 1 de junio de 2017

Despejado

No lo ves porque estás pensando

Imágenes mentales que flotan en la superficie como el rumor de los autobuses y de los coches

Un pensar atrapado en la actualidad de los periódicos y de los telediarios.

No se despeja nunca la mente de nubes

No se despeja la mancha de aceite que impide que salten los peces voladores en busca de los insectos

y se despejen las emociones

miércoles, 31 de mayo de 2017

Basura espacial

Corría el año tres mil después de de Cristo y la moda funeraria consistía en enviar a los difuntos a descansar en paz en el espacio, así que pronto la órbita terrestre quedó cubierta de ataúdes espaciales.

Mientras tanto en La Tierra las plantas morían por falta de abono, el aire era duro y áspero.

Poco a poco el propio planeta fue menguando por la creciente exportación de materia prima. tanta, que pronto hubo cúmulos lo suficiéntemente grandes como para que se asentasen en ellos estaciones orbitales.

Fue así como el ser humano comenzó a habitar sobre su propia materia genética y por fin pudo descansar,  muerto o vivo, de su propia polución, en medio del negro y frío silencio espacial.