domingo, 30 de octubre de 2016

La vela




  He cambiado de casa y por tanto de hábitos. Ahora escribo en la mesa del comedor y ya no salgo a hacerlo a los bares, aunque sigo llevando encima mi propia brújula.

 Aquí tengo la tranquilidad que necesito para trabajar y un sólo gato para inspirarme.


 Antes de empezar, para asegurarme de que no abandonaré por cualquier cosa la mesa, enciendo una vela. 

sábado, 29 de octubre de 2016

A casa

 

   Sólo me ves cuando brillo y aun así te sigue costando un esfuerzo, tanto, que te agotas, tanto. que te vas.

  Vuelvo entonces a quedarme solo al borde del abismo, lo miro, hacia abajo.

   Distraigo mis ojos del fondo, que me llama apasionada y amorosamente, con un libro, o escribiendo

  ¡Que pobres armas para defenderse de tan fuerte llamada!

   Por ahora logro resistirme mirando otros peligros menores,

   Sólo Dios, si es que existe, sabe porqué cada día vuelvo de nuevo a casa.

Camino



Este camino no se puede enseñar, por eso es tan duro cuando lo recorres.

Vuelve a ser duro cuando miras atrás y ves a los amigos que se han quedado rezagados y te piden un consejo que no les sabes dar.

 Si además miras hacia delante entonces eres tú el desorientado que pide ayuda a los de delante que apenas se vislumbran entre la niebla.

 Deja de pedir ayuda, de nada sirve para seguir caminando,deja de pedir y avanza.

viernes, 28 de octubre de 2016

Ni el menor interés




  No tengo el menor interés. Dicen que en eso consiste también mi enfermedad, en no encontrar el placer en la vida, no, en las cosas pequeñas tampoco, pero yo sé bien que no es sólo mi sistema nervioso el que causa todo esto, es también, el hartazgo de la violencia cotidiana de fondo cuando uno no se acostumbra ni se resigna a ella, cuando uno se cansa de luchar con todos para que al final nadie consiga nada.

   Nadie puede culparme de mi falta de entusiasmo por el fútbol, por los actores, por las actrices, todos iguales, por unos talones cada día más bonitos unas axilas cada vez mejor depiladas y cada vez por más tiempo, por los yogures con laxante incorporado, por las gafas "de marca" , por los nuevos grupos musicales (por llamarlos de una manera en la que todos podamos saber de lo que estamos hablando), por los nuevos best sellers, por las pirámides, por los dinosaurios, por el Yeti, por las últimas fotos retocadas de las "modelos" de moda, que han pasado en cincuenta años de ser maniquíes a ser "estrellas" ¡pobres estrellas! ( me refiero a las de verdad, a las del cielo). Ni siquiera se puede estar interesado, sin sentir verdadero dolor, por esta política tan económicamente violenta.

  Están dejando al mundo sin contenido y acabarán quedándose, por puro entretenimiento, como ya pasa con el dinero, hasta con tus más profundos pensamientos y también, por ser insaciables, con tus más íntimos sentimientos.

jueves, 27 de octubre de 2016

Sueño con la abuela





Sueño con mi abuela en camisón rosa, con cuerpo de niña pero con el aspecto que tenía cuando murió.
Mi hermana y yo también somos pequeños, tenemos aspecto de niños.
La abuela dice que ya es momento de irse a la cama y me meto en la cama donde ella va a acostarse.
- Pero esta cama es muy pequeña, no caben dos, dice, y me echa amablemente a otra cama.

Ha pasado un día de este sueño y he empezado a leer una recopilación de los sueños que Kafka dejó escritos, desperdigados en cartas y a lo largo y ancho de su obra.

En un solo momento, como ocurre con toda idea, comprendo el significado del sueño.

La última vez que vi a mi abuela fue en su lecho de muerte y lo último que me dijo refiriéndose también a mi mujer fue "Que todo os vaya del color de rosa". Aquella cama en la que ella estaba no era todavía para mi, de momento sólo cabía ella y a mí todavía no me corresponde ocuparla.

Me dice este sueño, o me digo yo a mi mismo a través de este sueño, que la muerte no es lo que debe venir ahora yo soy todavía un niño comparado con mi abuela, nosotros los niños dormimos en otras camas.

Esto en el momento del sueño es muy significativo. Estoy saliendo de una depresión y todos los días pienso en el suicidio, a veces pensar en esto es liberador porque este acto se ve como una salida al tremendo sufrimiento que esta enfermedad provoca, pero parece que mi interior me dice que este no es el camino, que no puedo meterme en la cama de una persona que ya no vive. porque allí no quepo.

 Todavía ese no es mi lugar.

miércoles, 26 de octubre de 2016

Un buen día

 Un buen día, sin una sola nube, sin tristeza, sin discusiones, sin problemas.

 Un buen día, sólo el Sol, la hierba y el viento.

 Un buen día, un sueño.

martes, 25 de octubre de 2016

Polvo



  Los atardeceres son más bellos que los amaneceres, con todos esos tonos rojizos, naranjas, rosas y malvas.

 Leo que esto se debe a que por la tarde hay más polvo en suspensión en la atmósfera.

 Lo que el libro no dice es si el polvo se decanta por la noche y cae a la superficie terrestre, como se posa el barro de un agua turbia si pones un poco de ella en una jarra.

lunes, 24 de octubre de 2016

La mente viaja



La mente viaja sin cortapisas. Un pájaro estampado en una blusa, encerrado en su jaula de tela, me transporta a los amaneceres veraniegos, al campo que despierta poniendo en marcha también mi vida, al olor de las castañas asadas en las vacaciones de invierno, a las ranas croando en la oscuridad de mi cuarto viejo y frío entrometiéndose en mis sueños, a la calidez de la chimenea encendida.

La protección y el cuidado eran entonces la felicidad entera.

De pronto un frenazo. Lo siento en la espalda, que choca con una barra. La chica de la blusa de pájaros se levanta. Le toca bajarse en la próxima parada.


domingo, 23 de octubre de 2016

Uno deJulio

 

    Uno de julio, salgo a la calle y me parece que se me echa encima el invierno. Tengo la niebla muy dentro y no me la quita de encima el sudor ni el calor de la estrella más densa.

    Alzo la cabeza, las bicicletas siguen guardadas entre la bruma en los balcones.

     Siento en en la boca el sabor de una menta amarga y lenta.

sábado, 22 de octubre de 2016

Patines



   Si lo piensas bien, si lo recuerdas fielmente, nunca has tenido una tristeza tan profunda ni tan pura como la que tuviste cuando eras niño.

  Los mayores miedos, las grandes alegrías, todas ellas enormes, como nunca.

  Las emociones nuevas, como los patines nuevos, cuanto más nuevas más se sienten, más ruedan.