martes, 30 de mayo de 2017

Abismo temporal.

María se soltó de la mano de su madre y cruzó en rojo la avenida a la carrera.

Por uno segundos, que parecieron durar años, ambas quedaron separadas por el tráfico. No podían tocarse, ni oírse. ni siquiera verse.

Una nausea de angustia infinita recorrió la garganta de la madre, moviéndose en el interior de su cuello como si fuera un pájaro que se hubiera colado en su boca abierta y aleteara arriba y abajo en su traquea, luchando por salir de nuevo al aire libre sin conseguirlo.

El semáforo le devolvió por fin a la realidad poniéndose por fin en verde.

Al levantar la mirada la madre se miró a si misma al otro lado de la calle y la niña, al  dirigir los ojos  hacia su madre, vio que esta se había transformado en una anciana.









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