Somos ajenos a las fantasías de los demás y su inconsciente piensa también alguna vez en nosotros sin duda alguna, aunque ellos y nosotros nos empeñemos, en nuestra inconsciencia, en negar este hecho.
El tiempo pasa como en una cama de hospital. Sólo los sueños y las fantasías nos sacan de esa monotonía
No hay comentarios:
Publicar un comentario