jueves, 18 de agosto de 2016
Que pase un gato.
Me he quedado de nuevo solo, destemplado en casa, con los gatos, los cafés, con los libros, las plumas y con los cuadernos.
La habitación se está llenando rápidamente con una niebla húmeda, azul, oscura y densa.
El silencio lo está atrapando todo, sólo mi cabeza bulle. Mi estómago y mi corazón se quejan vacíos
Tomo un café y espero a que pase caminando uno de mis gatos, a que deje tras de si una estela de calma de paz, a que me aporte la decisión y la inspiración para vivir que yo no tengo y que ellos a diario me brindan.
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