lunes, 14 de noviembre de 2016

Dolores.

   Los dolores son cada vez más variados. A los dolores de la mente se suman los de las articulaciones, los de los riñones. Los pulmones también me molestan a veces.

  No puedo sentir nostalgia de tiempos pasados. Ya he dejado de desear otras vidas, son esas vidas, esos niños y adolescentes que son yo mismo, los que se quedaron para siempre allí anclados, reviviendo una y otra vez su dolor, sus traumas, viviendo en medio de ese instante de su propio y máximo sufrimiento. ellos, que  viven sin avanzar ni retroceder en ese preciso segundo son los que me duelen ahora.

  Algunas partes de mí, demasiadas, se quedaron allí, para siempre, y yo busco la manera de amarlas de abrazarlas y de que por medio de una luz blanca potente y sanadora, se fundan conmigo y dejen de gritar desde ese abismo infinito que es el pasado, dentro de mi memoria,  antes inconsciente y ahora consciente, para que dejen de sufrir, y yo con ellos, en mis ensoñaciones, en mis pesadillas en mis sueños.

  A veces me duelen la cabeza, los dientes los huesos, las muelas aquí en el presente y sé que el dolor no es mío, es el de ellos, que están allí y aquí todavía, creciendo.

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