sábado, 19 de enero de 2019

Existencia

La existencia es como la fuerza de la gravedad, está allí y no puedes evitarla. Si todo es como parece, después de la muerte, se deja de existir de una forma para seguir existiendo en otra, aunque esta otra sea sólo polvo o ceniza.
No se conoce nada que haya dejado de existir por completo, así que podemos decir que, para bien o para mal, nosotros mismos no vamos a ser menos.

viernes, 18 de enero de 2019

Causa y efecto

Hay médicos que recomiendan a sus pacientes actividades que sólo podrían hacer si estuvieran sanos. Confunden, como decía Nietzsche que hacen los católicos con la existencia de Dios y con la existencia del Mundo, la causa con el efecto. Argumentaba el filósofo que el mundo no podía ser la causa de la existencia de Dios sino su consecuencia. Aun así, continuaba, los católicos argumentan que existe el mundo y que por tanto existe Dios.
Este pensamiento de Nietzsche es muy útil porque nos permite identificar otros casos parecidos, así, como digo más arriba, los médicos se quitan la responsabilidad de la cura del paciente diciéndole que camine, o que salga con amigos, pero el caminar y el salir con amigos no le cura. Cuando se cure, entonces será cuando el enfermo podrá salir y caminar.
Es increíble y da mucha pena que personas con estudios y con tanta responsabilidad, cometan estos errores de bulto.
No sólo es importante tener los conocimientos para ejercer una profesión, también hace falta el pensamiento necesario para poder utilizarlos.

jueves, 17 de enero de 2019

Olas

Aquí estoy de nuevo frente al mar, mirándolo, aunque para mi lo mejor del mar es oírlo. En vez de vivir pienso. En esta ocasión en el gran misterio del ir y venir de esa enorme masa de agua salada.
¿Qué pensaban nuestros antepasados de todo este movimiento?
Hoy sabemos que son el Sol y la Luna los que originan las mareas, pero poco sabemos del espacio en el que se mueve nuestro planeta.
Así que el misterio se ha desplazado un poco, como hace cuando nos acercamos a él, el horizonte.
Somos como esas gotas de agua que salen despedidas desde las crestas de las olas y quedan rezagadas, cayendo de nuevo al mar y que intentan llegar a la playa siempre en la siguiente ola.

sábado, 5 de enero de 2019

Sueño, pensamiento

Observo como fluye el pensamiento, y ese mismo flujo se pregunta a si mismo, si no será ese mismo pensamiento el sueño, que continúa su curso a través de la vigilia .

Al igual que los demás órganos, el cerebro ejecuta su cometido con el piloto automático puesto, entonces, ¿Dónde interviene uno en todo este sistema autónomo y cerrado?

Hace falta inteligencia para despistar al propio cerebro e intervenir en su acción, por ejemplo, poniendo sobre el papel estas palabras,  y no hay que ser muy listo  para seguir viviendo, para sobrevivir, e incluso procrear. Para ello no hace falta salirse de ese pensamiento mecánico del cerebro, de ese sueño sin pausa que es el pensamiento.

Todo esto lo digo sin tener ninguna seguridad de que yo mismo no sea uno de estos seres poco listos que a todos nos rodean, ni de que ahora mismo no esté siendo manipulado  por mi propio pensamiento.

Rampa

Por la rampa zigzagueante que se ha añadido al antiguo mercado del barrio suben y bajanm no sillas de ruedas, sino señoras con sus carros de la compra.
A la ida van ligeras y luchan contra la inclinación del terreno y a la vuelta, ya cargadas contra el peso del carrito que las arrastra hacia el principio de la cuesta.
La fuerza de la gravedad es, en fin, como la existencia, está allí siempre y no es posible abandonarla ni siquiera después de abandonar el mundo.

martes, 1 de enero de 2019

Mecedora

Una mecedora, una máquina del tiempo, una pajarera que contiene un ser vivo muerto en vida que se balancea atrás y adelante, intentando retroceder hasta los primeros momentos de su existencia, o intentando despistar los tiempos presentes para llegar cuanto antes a los últimos.

La botella de oxígeno que la acompaña ayuda sin embargo a anclarla al presente, para que no salga despedida huyendo de la realidad, y tenga que quedarse  aquí, como un holograma, yendo y viniendo, en una negación compulsiva del tiempo, a través de la noche y del día.

lunes, 31 de diciembre de 2018

Negligencia

De entre todas las faltas posibles, entre ellas la maldad, la incompetencia, la desidia, la ignorancia y la negligencia, esta última es sin duda la más perjudicial a largo plazo, porque es el germen de todas las demás.
Ante ella estamos indefensos, no se puede atajar mientras se produce, porque pasa desapercibida hasta que tiempo después se sufren sus efectos.
Al no haber maldad en ella, sino sólo simple estupidez, no se puede culpar de ella a nadie ni castigarla. Ni siquiera la venganza es adecuada en un caso de negligencia.
Ya lo dijo el pobre Jesucristo en lo alto de su Cruz: "Padre perdónales porque no saben lo que hacen".
Han pasado casi  dos mil años y siguen sin saberlo.

sábado, 29 de diciembre de 2018

La era del mínimo esfuerzo

Hace ya tiempo que la competitividad arruina todo el esfuerzo humano, excepto a veces el del triunfador.
Esta es la causa de que esté llegando la era del mínimo esfuerzo, y de el merecido máximo descanso posible, puesto que se nos ha hecho hacer mucho más de lo necesario, para obtener a cambio mucho menos.
Es el propio mercado el que da valor al trabajo, si el trabajo sigue bajando su valor, a nadie le interesará trabajar más allá de lo estrictamente necesario para la supervivencia.
A las demás cosas que quedan fuera esta subsistencia  ya no se puede ni aspirar.


miércoles, 26 de diciembre de 2018

Cordero de Dios.

Y digo yo, El Cordero de Dios que quita el pecado del mundo ¿No podría en su omnipotencia, y por el miso precio, haber quitado también, o a cambio , el sufrimiento del mundo? Seguro que además quitando en sufrimiento del mundo la comisión de pecados habría bajado mucho mucho, mucho.
En fin los camios del Señor son "inescrotabes ".
Buenas noches y salud.

martes, 25 de diciembre de 2018

Historias de camareros 48 las cenas de empresa

No dan cien vidas para narrar la de aventuras que hemos vivido este mes con las cenas de empresa, así que sólo comentaré lo más impactante. En una mesa de ocho, antes del segundo plato, se habían bebido ya once botellas de vino, y tuvimos que decirles que a partir de la número doce empezaríamos a cobrarles cada botella aparte del menú, no era por el dinero, es que ya habíamos tenido que levantar a uno de los comensales del suelo y a otro, yo mismo, tuve que sacarlo del cuarto de la limpieza donde se había metido buscando la salida. El pobre diablo decía "¡Quiero salir! ¡quiero salir!" y hasta que lo agarré dél del brazo y le di la vuelta para que viera que la luz del bar estaba en la otra dirección no fue capaz de ir a la calle a fumar por sus propios medios. Menos mal que les cerramos el grifo a tiempo y que con el aire frío de la calle, los andobas recuperaron la compostura y la vergüenza, y ya al final, cuando uno de ellos quiso pedir una copa los demás le dijeron "fulanito, que estos señores lo que quieren es que nos vayamos a otro sitio, ¿no te das cuenta de la que hemos montado? venga vamos" y se disculparon con nosotros por las molestias causadas. En varias ocasiones y en diferentes días, tuvimos que llamar al orden a algunos comensales, que golpeaban las mesas con las palmas de las manos hacia abajo mientras cantaban unas veces Hola don Pepito hola don José, otras En un país multicolor, nació una abeja bajo el sol y otras el Porompompero. Lo del cante pase, pero lo lo aporrear las mesas está muy feo, mete una bulla que no es de este mundo y está empezando a convertirse en algo habitual, desgraciadamente. En este caso el decirles que había vecinos, como nos dirigíamos a personas casi adultas, surtió el efecto deseado. Lo que no esperábamos en absoluto fue lo que ocurrió con los cuarenta bomberos que vinieron hace unas pocas noches. Cuando íbamos cargados a una mesa, notábamos un fogonazo a nuestras espaldas,como un flash de fotografía pero con una luz más cálida, que se veía reflejada en las paredes y que venía acompañada de un sonoro zuum, zuum. Como siempre nos pillaba de espaldas y era algo muy raro, fuimos a la barra a ver las cámaras de seguridad para poder ver qué es lo que estaba pasando, y claro, allí estaba todo grabado. Uno de los bomberos había cogido un bote de spray y con un mechero estaba lanzando llamaradas a diestro y siniestro. Este incidente fue solucionado por la gran Ali,una sobrina de Rosa que trabaja con nosotros, que se dirigió al bombero en cuestión y tocándole con el dedo índice en el pecho le dijo "Oye tú, como vuelvas a lanzar una llamita te meto, que tú seras bombero pero yo soy del Barrio Oliver" y asunto solucionado. Nadie puede saber la tranquilidad y la paz que da trabajar con estas dos mujeres tan resolutivas, nunca sabe uno lo que puede llegar a ocurrirle a uno en un lugar tan aparentemente inofensivo como un bar. A Dios gracias ya han acabado los días de las cenas de empresa y nos queda un año entero para recuperarnos., aunque en nuestras mentes ya barruntemos con impotencia y horror ¡La Semana Santa! Buenas noches y mucha salud.