viernes, 11 de noviembre de 2016

Huida

  La tormenta me anuncia que mi soledad va a aumentar los próximos meses. Una huida a tiempo y para mi, un quedarme.

 Un día yo también me marcharé en una fuga hacia dentro, saliendo del tiempo con elegancia, suavidad y desapego.

jueves, 10 de noviembre de 2016

Descendientes

Voy por la calle y veo como un padre le grita, insulta y amenaza a un niño.

- ¡Joder hijo mío que mal das, pareces tonto!¡Hoy cobras!
- ¡No! dice el niño casi llorando.
- ¡Sí! das mucho mal me cago en diez. ¡ ¡Vas a llegar caliente a casa!

Tras esto no puedo evitar preguntarme ¿Es que no han sido niños? y me sorprendo a mi mismo respondiéndome "eso es , hay personas que nunca han sido niños y perpetúan este estado de la humanidad a través de sus descendientes".

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Fiebre



El mar me da fiebre. El calor del día, la luz llegando en tromba sin interferencias, sin filtros.

Me marea (nunca mejor dicho) el olor a tierra, el calor , las cremas solares mezcladas con el sudor y la angustia que da la arena que todo el mundo intenta quitarse de encima sin conseguirlo.

Eso me sucede de día, pero cuando llega la tarde y se ven las nubes, totalmente negras por debajo y totalmente blancas por encima algo me reconforta, quizá sea el frescor de la noche que se acerca.

Es entonces cuando me detengo en el paseo marítimo a observar como el agua se va volviendo verde, de un verde cada vez más oscuro y después negra, como el petroleo.

Sólo cuando la noche lo engulle por completo me siento por fin vivo, será que soy como muchos otros, un ser vivo terrestre y  nocturno.

martes, 8 de noviembre de 2016

Suspensión de la incredulidad



En la narrativa, en el teatro, en el cine, existe algo llamado “suspensión de la incredulidad”, uno prefiere pasar por alto ciertas cosas poco creíbles para poder participar de lo que se va a contar.

Este mecanismo es algo asombroso, vemos al titiritero manejar su muñeco, por supuesto el humano es más grande que la marioneta y está más vivo que el propio títere pero aun así nos concentramos en el muñeco y el titiritero desaparece.

Lo mismo pasa con la televisión, la encendemos y nos sumergimos en la historia. Muchas veces los personajes son de otros países, culturas o incluso de otras épocas pero queremos disfrutar un rato así que nuestro cerebro hace que el mundo entero desaparezca.

Todo esto me hace pensar que si esto sucede en los libros, en el cine, en el teatro, en la televisión… lo lógico es que ocurra lo mismo en cualquier otra faceta de la vida, en el deporte, en la religión, en la política o en el amor.

Es la suspensión de la incredulidad lo que hace que el mundo funcione y que se mueva tal y como lo hace.

lunes, 7 de noviembre de 2016

Librería



A mi derecha, en la pared la estantería antes llena de libros está un poco viuda. Hace tres años, antes de irnos, me vendí casi todos los libros.

Me quedé sólo con los diccionarios que me encantan, el de la lengua española, de francés, alemán, latín,  italiano,  de holandés, del teatro, de argot, el Corominas, el María Moliner, el  Cirlot de los símbolos, el de alquimia... junto a ellos algunas obras de consulta, el Larouse de los vinos, la historia general de las drogas de Escohotado, La Rama Dorada de Frazer, la enciclopedia del Blues, un Atlas,  la Era Rock de Jordi Serra i Fabra ...para terminar ya sólo queda nombrar los libros de arte de Klimt, de Chagall…

Por fin la librería se ha quedado en otra casa, lejana y vacía como mi vida misma, nada de ficción, nada de poesía.

sábado, 5 de noviembre de 2016

¿porqué la inteligencia y la sapiencia no se valoran hoy día?



   Veo gente a mi alrededor con inteligencia, talento,saber estar, conocimientos y experiencia de sobra y me pregunto porqué no son valoradas en esta sociedad.

  Ayer mientras desayunaba surgió la respuesta, la radio de mi madre estaba puesta, yo no la escuchaba porque andaba en mis cosas pero algo entró en mi pobre cerebro y lo supe:


 Con la inteligencia, el talento, el saber estar, los conocimientos y con la experiencia no se puede especular, no son bienes materiales como el suelo, el oro o el café. Por supuesto todos estas cualidades intangibles de las que hablo pueden llegar a ser, con el tiempo, más rentables que el oro, pero esto está por ver.

  El dinero y los que lo manejan siempre apuestan por valores seguros sobre todo a corto plazo y esta es la definición más clara de lo que es especular.

viernes, 4 de noviembre de 2016

Vegetariano



No es mi intención hacer proselitismo ni convencer a nadie. Hace unos meses dejé de comer carne, era algo que de alguna forma mi interior me pedía hace muchos años. No fue un cambio tan grande pues había dejado de comer animales paulatinamente. Como todas las decisiones esta venía de dentro, no tuve que pensar, mi inconsciente había hecho su trabajo como hacen siempre todos los inconscientes y yo simplemente me sumé a su política de hechos consumados.

Poco después intentaba buscar una razón para mis actos, algo muy humano, y encontré a parte de las ya sabidas, una a mi entender irrebatible porque es hasta poética:

Mirando dormir a mi  gato del que aprendo tantas cosas, me doy cuenta de que se mueve, hace gestos, emite sonidos como los que hace cuando siente emoción, lo veo y me doy cuenta de que los animales también sueñan, tienen su mundo interior, como todos nosotros.

Foto de Carmela: Vampi Monahan.

jueves, 3 de noviembre de 2016

Las bragas



Me casé el quince de septiembre de 2002 y el quince de febrero de 2003 ya estaba separado, fuera de aquella casa. Seis meses de infierno para el que no tengo palabras.

El padre de mi ex-mujer me abrazó cuando fui al abogado a cortar algunos flecos y me dijo:
Quique, como siento que todo esto haya acabado así.

Ella les había contado a sus padres lo que había pasado e incluso me pidió perdón. Le guardo tristeza pero no rencor.

Hay cosas que suceden por inexperiencia, por falta de auto conocimiénto. No considero aquello un error, yo actué como siempre, como dijo Shakespeare "Sigue el camino del corazón porque el que lo sigue nunca se equivoca" y eso hice. Aquello fue un numerazo, pero no un error.

Recuerdo sin embargo una anécdota que me da que pensar:

En pleno fragor de la batalla, un día al volver a nuestra todavía casa común, ella sacó mi ropa de trabajo de la bolsa en la que la traía y de dentro, de entre mi camisa y mi pantalón sacó unas bragas negras.

Yo estaba seguro de que no eran mías y ella aseguraba que tampoco eran suyas. Desde luego no tenían nada que ver conmigo. Aun así pregunté a mis compañeras de trabajo, que estaban al tanto de mi angustiosa situación, porque eran además de compañeras buenas amigas, si aquella prenda interior podía ser suya y si de alguna inverosímil manera podía haber llegado a mi bolsa. Todas dijeron que no, también me dijeron que nadie del trabajo podía haber metido las bragas en mi bolsa, porque yo la guardaba en un lugar que yo mismo tenía a la vista durante toda la jornada laboral, además ellas se cambiaban en otro piso del negocio.

La explicación sólo podía ser, en mi opinión  una, que mi ex, tan angustiada como yo, había buscado una salida para su sufrimiento, esto no era fácil, puesto que ella no tenía nada que reprocharme, así que pudo pensar que poniendo las bragas en mi bolsa y luego sacándola ella misma, cosa que además nunca hacía, podía encontrar una salida.

Aquella discusión sin sentido se disolvió entre otras muchas, también provocadas sin motivo alguno.
En esos meses aprendí lo que es la angustia y el miedo a perder los nervios y lo que es capaz de hacer el ser humano cuando sufre tanto que sólo puede destruir lo que ama.

Aprendí también como una persona puede llegar a traicionarse a si misma para poder salir de una situación que ella misma no puede comprender y para la que no tiene recursos.

Guardo la carta que ella me dio en mano meses después para disculparse y le doy las gracias por ello pues al leerla tuve por fin la certeza de que nunca me había rozado ni por un sólo segundo la locura.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Novelas


Una chica sube las escaleras llena de novelas. Su evasión, su mundo, paralelo al mío paralelo al de todos.

Tan lejos, tan cerca.

martes, 1 de noviembre de 2016

Lo que no se dice y lo que se dice.

   Lo que se queda sin decir va llenando un territorio de emociones borrosas, sin dueño que va cambiando con el tiempo a medida que va agujereando el corazón.

  Las cosas que no se dicen, cuando crecen, acaban siendo desconocidos que nos habitan por dentro.

  Sin embargo las palabras que se dicen se las lleva el tiempo y allí en el medio del mundo adquieren también otra desconocida naturaleza que goza de ser libre, de ser del mundo.