viernes, 18 de marzo de 2016

Un gilipollas en la biblioteca.

Estoy en la biblioteca haciendo hora para ir a la psicóloga . Leo los escritos de Edward Munch.

Frente a mí, unos sillones más allá, se sienta un hombre viejo que lleva consigo todas sus pertenencias.

Está claro que es un indigente que se dispone a pasar a la mañana a cubierto, echa una cabezada, lee y descansa tanto como le es posible.

Se oye a un gilipollas hablando por teléfono, gritando y dándose importancia, como sólo saben hacer los gilipollas. El idiota de él no se da cuenta siquiera de que hay más gente en el mundo.

Mientras tanto el indigente se despierta con los gritos que interrumpen su precario descanso, escucha todas las idioteces del tonto y lucha por continuar viviendo su vida, en la biblioteca, como hacemos también de alguna manera muchos otros.


jueves, 17 de marzo de 2016

El río.


    ¿Qué le pasa al río cuando un ave cae en él agotada y se convierte, en su eterno descanso, en alimento para los peces,cuando las nubes lo cubren de lluvia golpeando sus superficie con afiladas gotas de agua extraña, cuando los humanos tienden puentes sobre su cauce, llenando su paso de ruidos que no dejan escuchar su trabajado murmullo? ¿Qué le ha pasa al río cuando recoge en su seno un cuerpo humano y lo ahoga ayudándole en su propósito?

   El río entero es como una gran serpiente, un enorme animal que alberga un sólo pensamiento perfecto, una inquebrantable voluntad de correr y de llegar pronto al mar, arrastrando consigo todo todo lo que es tan débil como para dejarse llevar por él.
 

martes, 15 de marzo de 2016

Ella



   Hace tanto frío dentro como fuera de la marquesina.

  Volvemos a casa después de quemar otra etapa.

   Las chicas de la parada comentan lo despeinadas que se han quedado a causa del fuerte viento,

   Nosotros nos miramos a los ojos muy dentro hasta que el mundo desaparece.

  A veces una mano, una palabra, son suficientes para frenar los mounstruos y el miedo que acechan la realidad de los mayores.

   Ay de quien no tenga a nadie que caldee su corazón y lo proteja en los días de cierzo.

domingo, 13 de marzo de 2016

Forges. Pequeño homenaje.

 

    Cuando era todavía un niño descubrí,  junto a la enciclopedia donde buscaba fotos de nebulosas espaciales, porque me parecía que una de ellas era tan hermosa que sólo podía tratarse de una foto del mismo Dios, un libro de lomo azul, casi celeste, lleno de viñetas de Forges. Me encantaron aunque no podía todavía leer entre lineas toda la información y toda la sabiduría que estas imágenes me brindaban.

    Ahora, después de tantos años es un placer ver que este genio sigue ejerciendo en plena forma. Muchas gracias por todo, querido Forges pero sobre todo por tu verdadera compañía interior.


No ver.

 

    Parece increíble que el ser humano, que posee un sentido dela vista excepcional, no sea capaz de ver a los seres humanos que tiene, ya no en la frontera de Grecia, sino mucho más cerca, en su vida diaria, a las personas más próximas.

   Creo que esto sucede porque tenemos otro órgano que es el cerebro que discrimina todo aquello que no queremos ver, Un ejemplo palmario se da en publicidad, vemos un porcentaje mínimo de los anuncios con que nos bombardean a diario, sólo vemos los que por alguna razón nos llaman poderosísimamente la atención.

   Este mecanismo tan útil para otras cosas como la que acabo de citar, porque si viéramos los miles de anuncios que pasan a nuestro lado nos volveríamos locos, se vuelve contra el propio ser humano cuando lo que discriminamos, lo que no vemos, son otros seres humanos.

    En algún momento todo esto se vuelve contra nosotros mismos:

    Hoy tu no me ves a mí y mañana el no visto eres tú.

    Y esta es la explicación a grosso modo (en mi humilde opinión) de la Soledad Humana.

Ahora que ya lo sabemos, ya no podemos hacernos los sordos, ni los locos, ni los ciegos, ni los suecos.

    Nota: Parece mentira la cantidad de expresiones que hay en nuestro idioma para referirse a esta actitud, lo que es sin duda muy significativo.




sábado, 12 de marzo de 2016

Sobreviviendo.



Dormí solo para que mis sueños no te pertenecieran. Lavé mi cuerpo en una bañera llena de agua hirviente, Dejé de comer como hacen los gatos cuando barruntan la muerte.

Me escondí tras la barba, tras la ropa y los libros, esperando a que todo acabara. Me fui de allí una mañana de invierno para no acabar matándome

Por todo esto y por tantas otras cosas un día me pediste perdón y me diste las gracias.

 Pasan los años y aunque ya te perdoné y ya casi nunca pienso en ti, se que todavía estoy pagando el envite y  que por tu causa tengo un poco necrosados el  cerebro y el corazón.
 

 

viernes, 11 de marzo de 2016

El contenedor.

 

    Voy hacia un café y de camino y veo junto a un contenedor de papel, un carrito de la compra de supermercado lleno de periódicos, libros, revistas y cartones.

   Mi primera impresión es que está abandonado, pero cuando me acerco veo a una persona dentro del contenedor. No sé como se ha metido allí , será el hambre que otorga estos superpoderes.

   Desde dentro el hombre saca todo el papel que queda y lo va vertiendo en el carrito.

   Esto sucede en pleno centro de Zaragoza.

   Cuando por fin me siento a la mesa del café veo en la televisión el parlamento, donde  un montón de absurdos e inhumanos diputados están hablando de lo que sea que hablan ellos y ellas, en el congreso.