lunes, 9 de noviembre de 2015

Gatos callejeros. Un momento mágico.



Queridos amigos: Parece mentira, con lo poco que piso la calle la de cosas que me pasan:
Esta viene de lejos. Hace unos meses los Juanita Calamidad nos cambiamos de local de ensayo y por tanto cambió el recorrido que hacía para ir y sobre todo al volver a casa. Una noche, serían ya las 21,30 o las 22, vi a lo lejos, entre las sombras de una acera mal iluminada, junto a un solar, a un hombre agachado y en la distancia pensé que era un indigente que buscaba algo o que estaba intentando entrar en el solar, luego al acercarme más distinguí que llevaba un chaleco reflectante del ayuntamiento y cuando ya estuve al lado me di cuenta de que tenía que salir de la acera y caminar un trecho por la calzada para no molestarle, porque aquel señor estaba absolutamente rodeado de gatos.
Entonces lo entendí, era un voluntario del ayuntamiento  del servicio de control de gatos.

sábado, 7 de noviembre de 2015

Auto enrronandose



  ¿Cómo es esto posible? llego al médico a renovar la baja por enésima vez y entablo conversación con una mujer que viene también a recoger, también por enésima vez, la baja de su hija , a la que tienen que trasplantar la cornea. Me  dice que lleva un año yendo todo los viernes porque su hija no puede y va a estar así hasta que la operen y que muchos viernes llega tarde al trabajo por eso.

   A los dos nos parece absurdo porque si no hay un alta del médico especialista correspondiente ¿No es absurdo hacer perder el tiempo al enfermo o a sus familiares y a los médicos que tienen que dispensar estas renovaciones y después tramitarlas del modo que corresponda? además de a los otros pacientes que hoy, por ejemplo, tienen por delante a dos personas, ella y yo mismo, que sólo vienen a recoger un papel.

viernes, 6 de noviembre de 2015

Oro



  Una chica en vaqueros y sandalias hace salir de la joyería a un hombre que lleva con él una llave para sacar del expositor de la calle un collar.

  La chica se va tan contenta con su joya. Nunca lo he entendido,lo de las joyas, el oro y los oropeles, pero han sido estos los que han marcado la vida de los seres humanos.

   La corona del Sacro Imperio Romano se pagó con el oro de América. El oro se transforma en soldados y estos en sangre y con ella se escriben nuestras vidas y nuestra historia.

jueves, 5 de noviembre de 2015

Vientos



    Que bonitos nombres tienen los vientos, el Noto, el Euro, el Cierzo, el Mistral.

    Es necesario pensar en algo, preferiblemente hermoso, porque la tristeza detiene  tu vida, la vacía una y otra vez y por mucho que intentes llenarla de cosas, de lecturas, de canciones, de películas, de escritos etc... está allí agazapada con el cubo de la basura preparado, esperando para llevarse otra vez  tus ilusiones, tus esperanzas y tu "todo", como hacen también ,si se encrespan, los vientos.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Ruido de fondo



 Hay una señora que habla y habla en un tono grave y otra que escucha y calla. Ella es  como un autobús con su motor implacable, que acaba acallando a los viajeros, al final, con su insistencia, al cabo de las somnolientas y monótonas horas de viaje.

  La señora es solo un ejemplo.  No nos damos cuenta de todo este ruido de fondo que poco a poco subyuga nuestra voz exterior y al final, con su ruido constante y sordo  también consigue silenciar la voz del propio interior.

domingo, 1 de noviembre de 2015

Más

 

    La noria, la necesidad de elevarse, de trascender, la vanidad. Las cimas, los retos, ser más," más rápido, más alto, más fuerte" que los demás.

  Toda esa fuerza, que es casi toda la que la humanidad posee, desperdiciada en competir yendo por el mismo camino, en paralelo, dando vueltas sobre nosotros mismos, luchando, agrediendo, destruyendo, en vez de ser concentrada en un objetivo común: cooperando construyendo. No sé cómo, pero todos en el fondo sabemos que debemos cambiar.

sábado, 31 de octubre de 2015

Despertando



   Debido a los caprichosos cambios de medicación, esta noche y ya van varias parecidas, me he despertado cada hora u hora y media aproximadamente.

   Es como si el laboratorio en cuestión incluyera en el tratamiento, a modo de efecto secundario, un acomodador personal que me llevara a la puerta del cine una vez acabado cada uno de mis sueños y me echara de mi propia sala de proyección , cálida y acogedora, para abandonarme, dando un metálico portazo, en el callejón de la noche con su realidad completa.