viernes, 22 de abril de 2016

Las noches pasadas.





   Llegaba de noche a casa, entorno a la una de la mañana como mínimo.

  Ella ya estaba durmiendo, nunca me esperaba despierta, ni siquiera una vez, ni de recién casados. Se levantaba pronto y para los dos era un alivio no vernos despiertos.

  Me encerraba en el salón para no despertarla, encendía la televisión pero en aquella época a esas horas sólo se podía ver la teletienda y como mucho el canal "Euronews" . En eso consistía mi descanso.

  Retrasaba todo lo que podía el acto de irme a la cama a dormir con ella, aguantaba hasta que el cansancio vencía al miedo, al miedo atroz que tenía de matarla estando dormido.

  Tal era la ira y la angustia que me generaban sus humillaciones y sus malos tratos.

   Reunía todo mi valor y me colaba en la cama sin llegar a tocarla nunca por miedo a despertarla y que me echara algo en cara, como que había dejado  "Huellas" de mis dedos en los vasos o de mis zapatillas de andar por casa en el suelo.

   Nadie puede ir volando por la casa y beber de un vaso sin tocarlo, yo particularmente nunca supe exáctamente a qué se refería con lo de "Huellas" ni jamás vi ninguna. Así que sin saber que era lo que tanto le molestaba no podía ni mejorar ni defenderme.

    Me dormía rezando "Aves Marías" . Hace mucho que ya no creía pero en aquellos momentos tan angustiosos la simple repetición mental hacía que me relajara y que las ideas absurdas que me atormentaban me dejaran descansar. Aquellas oraciones eran mis mantras.

   En aquellos seis meses que viví en aquella casa sólo comí y cené cereales con leche por no "manchar la cocina". Jamás cociné nada en mi propia cocina para evitar discusiones que se trasladaban a otros lugares cada vez más peregrinos imaginarios e irreales.

  Conviví con una persona durante seis meses pero casi siempre cuando estaba dormido.

  Una mañana me fui de aquella casa para no acabar matándome.


jueves, 21 de abril de 2016

Me perdí.

 


    Hoy no quiero pertenecerte, le dije cuando llegó hasta mi dispuesta a todo

    Hoy salí a la calle solo , le dije,  caminé por los parques solo y solo me perdí.

    Estoy seguro de que más adelante, en mi memoria, hoy será el día en que para siempre me perdí.

   Así que hoy no quiero pertenecerte, le dije, cuando tras regresar, también a solas, llegó hasta mi dispuesta a todo

martes, 19 de abril de 2016

El Río

     

          El río a su paso bajo la ciudad bate sus aguas con fuerza contra su cauce de hormigón.

        Cuando por fin sale a la luz, para recorrer su tramo final hacia su desembocadura. crea la vida a su alrededor.

        Su ribera está llena de gatos, de ratas, de patos y de magníficos arbustos y árboles.

        La hiedra sube desde el fondo y trepa por los troncos de los árboles parasitándolos, en busca de su propia luz.

         Subido en la barandilla, un pato con sus plumas marrones y verdes, me observa mientras me acerco a él. No tiene miedo, casi podría tocarlo.

          Se ha acostumbrado al ser humano.

          Todo esto es fácil y posible cuando la vida se respeta.

El Abismo.




    Ahora que escribo cosas tan duras, ahora que escribo obre cosas de las que nadie quiere hablar, siento que mi vida tiene cierto sentido.

  Tengo un trabajo que hacer y si no lo hago yo, nadie tendrá esta compañía que ofrezco.

  Se lo que hay en todos vuestros corazones, no es muy diferente a lo que hay en el mío.

  Verlo es duro, pero ya no estarás sólo ante el abismo.

lunes, 18 de abril de 2016

He vuelto a equivocarme

 He vuelto a equivocarme. Lo que buscaba no estaba en ti, ni en tu entorno, nadie lo tiene.

 Por eso mi equivocación no es más que un bucle cruel y sin sentido en el que de vez en cuando vuelvo a caer, como se caen de rodillas los niños, como se cae en sueños al vacío.

domingo, 17 de abril de 2016

Bebé



  A las siete de la mañana un bebé llora, acaban de despertarlo, de sacarlo del calor de de sus sueños su mundo interno.

  También cuando lo despiertan de la siesta llora, llora, no se acostumbra él tampoco al mundo.

viernes, 15 de abril de 2016

Las lineas

 

       Las lineas en los trajes, en los cuadernos en el horizonte, cada lado de una mesa, todas apuntan a algún lado.

       Cada linea es una linea de fuga, entonces ¿Porqué nos sentimos tan atrapados?

       Para marcharte sólo necesitas tus pies.

miércoles, 13 de abril de 2016

Noche

   


       La noche se ha quedado quieta, no se mueve ni el aire ni llueve.

      Tengo dentro de mi una atmósfera febril y mortecina.

       Por fin me quedo solo y disfruto de una compañía lejana a través de los hilos del teléfono en vez de hacerlo a través de los poros de mi piel.

       El mundo está dentro de una pantalla, más lejos de mí interior que nunca, más lejos del interior de todos nosotros que nunca.

martes, 12 de abril de 2016

La Diana

                                       

  En el bar hay dos televisiones, a veces en cada una de ellas hay sintonizado un canal diferente.

   Es importante saber donde vamos dejando, unas sobre otras, amontonadas de cualquier forma, nuestras miradas.

  Se quedan ahí para siempre, aunque creamos que nos las llevamos con nosotros, dentro de nuestros ojos cuando nos vamos.

  En el bar de hoy, como digo. hay dos televisores para que poses en ellos tu mirada.

  Estamos habituados a mirar siempre las mismas cosas, así también se empobrece el mundo.

  En el bar hay, ya lo sabes, dos televisores, también hay una máquina tragaperras con sus hipnóticas luces y para completar la inconsciente manipulación, una diana.

lunes, 11 de abril de 2016

la reprimenda

                                                         

   No solía ir a campamentos, era por la vergüenza , la posibilidad de sufrir algún nuevo ataque por parte de los compañeros y mi carácter en la escuela, a la fuerza introvertido.

  No sé porqué decidí ir a aquel, organizado por el propio colegio, que tenía una casa, a tales efectos en el Pirineo.

  Al principio todo fue bien. Parecía que en mitad de las montañas, tan hermosas,  todo el mundo estaba dispuesto a dar lo mejor de si mismo, a dejar las rencillas personales a un lado y a disfrutar de aquella situación especial.

 Todo marchaba sobre ruedas, quizá porque al estar al aire libre, siempre había algún profesor vigilando, aunque en aquel momento a nosotros nos pasaran desapercibidos.

  Había varios miserables en la clase y yo lo sabía pero de momento ninguno se había acercado a mi.

  Los baños, como ocurre tantas veces en estos campamentos estaban en otro edificio aparte.

Al final tuve que ir , por motivos obvios. Creo que ese fue el único momento en que estuve solo en los cuatro días que duró aquello y parece que uno de estos pequeños matoncillos estaba al acecho porque aprovechó la ocasión.

 Salí de la cabina y me encontré cara a cara con C. un niño de trece años que llevaba toda su vida siendo capaz de odiar como un adulto. Tenía una ira contenida que podía venir de muy pocos lugares.

 Se pegó a mi cuerpo, amenazante, y comenzó a insultarme:

- Eres asqueroso, imbécil, hueles a mierda, tienes bigote, te huele al aliento, tienes los dientes podridos, nadie te quiere y nadie quiere estar contigo.

  No tenía ningún motivo para decirme todo aquello  y además yo sabía que nada de aquello era cierto.

  Me pilló desprevenido, me parecía estar en un suceso que estaba ocurriendo fuera del tiempo. No sé cuanto estuvo allí, él hablando, escupiendo su veneno, pero no se atrevió a tocarme, entonces los dos habríamos tenido problemas.

  Sólo sé que salí de allí aturdido,como si aquello no hubiera ocurrido, mi mente se cerró para sobrevivir, como quien se oculta a si mismo un accidente, no siendo capaz de recordarlo.

  He pensado en esto muchas veces, sé que no creí ni una sola palabra .

  Se que me entristeció porque la crueldad entristece, sobre todo cuando es gratuíta y se también que no me hizo dudar de mi mismo, ni de lo que yo era.

  A veces pienso que era él el que estuvo hablando consigo mismo, que era él el que necesitaba a alguien que le hiciera de espejo para poder oír lo que él mismo pensaba de si mismo y que de otra manera no se había atrevido a decir.

  Supongo que será siendo un pobre hombre.

  Yo siempre tuve claro, desde muy niño que el miserable y el "no querido" no era yo.