martes, 17 de julio de 2018

Ascendencia, descendencia

Un cuerpo que sangra y se desgarra

Una madre está pariendo un ser perfecto, lleno de luz y de esperanza, con el que ella misma no podrá competir jamás

Para el niño el camino tampoco será mejor

La madre recupera en parte su vida cuando el crío crece, pero el tiempo ha sido también dividido por el parto con un precipicio colocado entre dos eras: Ates del niño, después del niño.

El niño es destetado y queda solo, y solo se hace hombre.

Si hubiera sido niña, al llegar a la adolescencia, quizá su madre habría compartido con ella el secreto y el sentido de la tragedia de la vida.

Nadie, en toda esta historia tejida de siglos, tiene culpa de nada

Así es como ha sido siempre y como seguirá siendo siempre, la naturaleza.

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