Un cuerpo que sangra y se desgarra
Una madre está pariendo un ser perfecto, lleno de luz y de esperanza, con el que ella misma no podrá competir jamás
Para el niño el camino tampoco será mejor
La madre recupera en parte su vida cuando el crío crece, pero el tiempo ha sido también dividido por el parto con un precipicio colocado entre dos eras: Ates del niño, después del niño.
El niño es destetado y queda solo, y solo se hace hombre.
Si hubiera sido niña, al llegar a la adolescencia, quizá su madre habría compartido con ella el secreto y el sentido de la tragedia de la vida.
Nadie, en toda esta historia tejida de siglos, tiene culpa de nada
Así es como ha sido siempre y como seguirá siendo siempre, la naturaleza.
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