domingo, 13 de marzo de 2016

No ver.

 

    Parece increíble que el ser humano, que posee un sentido dela vista excepcional, no sea capaz de ver a los seres humanos que tiene, ya no en la frontera de Grecia, sino mucho más cerca, en su vida diaria, a las personas más próximas.

   Creo que esto sucede porque tenemos otro órgano que es el cerebro que discrimina todo aquello que no queremos ver, Un ejemplo palmario se da en publicidad, vemos un porcentaje mínimo de los anuncios con que nos bombardean a diario, sólo vemos los que por alguna razón nos llaman poderosísimamente la atención.

   Este mecanismo tan útil para otras cosas como la que acabo de citar, porque si viéramos los miles de anuncios que pasan a nuestro lado nos volveríamos locos, se vuelve contra el propio ser humano cuando lo que discriminamos, lo que no vemos, son otros seres humanos.

    En algún momento todo esto se vuelve contra nosotros mismos:

    Hoy tu no me ves a mí y mañana el no visto eres tú.

    Y esta es la explicación a grosso modo (en mi humilde opinión) de la Soledad Humana.

Ahora que ya lo sabemos, ya no podemos hacernos los sordos, ni los locos, ni los ciegos, ni los suecos.

    Nota: Parece mentira la cantidad de expresiones que hay en nuestro idioma para referirse a esta actitud, lo que es sin duda muy significativo.




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