martes, 29 de marzo de 2016

Desayunos diversos.





     Son las ocho de la mañana. Después de una noche de insomnio bajo al bar a por el segundo café de la mañana.

      Veo una buena cantidad de asombrosas bebidas amargas en el desayuno gitano, con torreznos y longaniza frita, en la mesa de al lado. Estos chicos no se privan de nada ya desde el punto de la mañana, estos sí que saben vivir,

    Sin embargo en otra mesa dos mujeres se reúnen en el bar, todavía sin desayunar, para trabajar con sus tablets, Como parece que no les importa que todos nos enteremos de sus manejos subo inmediatamente el volumen de mis auriculares.

    Que insalubres son también a veces las vidas de los demás, por distintos motivos a la mía, claro, pero la diferencia es que me parece que a ellas, a las mujeres de las tablets, les gusta que así sean,  me alegro por ellas, que modernas,

    Ya se van, estamos en España, algo bueno tiene que tener, la reunión  de trabajo ha sido corta.

    Cada cual empieza sus días como buenamente puede, yo prefiero el café, las pastillas, la paz y el azúcar .

       

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