miércoles, 16 de septiembre de 2020

Historias de camareros 11 "El café con leche con la leche muy, muy, muy muy, caliente"

 

Yo ya lo veo venir, el otoño ya está a la vuelta de la esquina,  vosotros todavía no lo notáis porque no os habéis enfrentado nunca a una señora enjuta de carnes, como el mismo Don Quijote de la Mancha, intentando explicarte, como si nadie te lo hubiera intentado explicar nunca antes,que ella quiere  "Un café con leche con la leche muy, muy, muy, muy, muy caliente, pero que muy caliente que abrase de lo muy caliente que esté, pero muy caliente" 

Al principio, cuando empezaba a trabajar de camarero intenté una y mil veces explicar que el café de una cafetera sale siempre a la misma temperatura y que la leche tiene su punto de ebullición y que más allá de esa temperatura esta se sale de la jarra y comienza a enfriarse.

Luego me di cuenta de que aquellas explicaciones eran inútiles, porque aquellas ancianas querían quitarse de encima un frío que no era del café, ni de la leche, que ya estaban bien calientes, o al menos todo lo que era posible. Ese frío era suyo y estaba en su interior, era de la edad, del tiempo, de la soledad, de la niebla de los primeros días del otoño, de los dolores en las articulaciones, o de todo esto junto.  

Así que ahora. cuando una de estas clientas me pide a mi o a algún compañero un café con leche  de los que nosotros denominamos "Un café más caliente que la barandilla del infierno",  mientras me dirijo al molinillo, saco el café, lo prenso y pongo a calentar la leche, coloco la taza, todavía vacía, bajo el dispensador de agua hirviendo que tiene la cafetera para hacer las infusiones, y la dejo allí un rato, hasta que tengo que coger un paño para darle la vuelta sin quemarme. Entonces hago el café en la taza ardiendo y la llevo, cogiéndola todavía con el trapo, al plato, una vez en él, vierto la leche, calentada todo lo que las maquinarias y la ciencia actuales permiten, y le sirvo la taza a la clienta.

Las señoras que reciben este café rusiente "como la barandilla del infierno" suelen decirme que "este café sí que está caliente,caliente pero de verdad caliente, pero muy caliente y que abrasa de verdad de lo caliente" y se quedan muy contentas, sin sospechar que el café está igual de caliente que siempre y que lo que les quema la lengua y los dedos es la taza, y que para el otro frío, el que nace de dentro, de dentro de los pulmones, para ese, no hay taza, ni café con la leche muy caliente, ni calor físico que valgan.

sábado, 29 de agosto de 2020

Los sueños,los sueños, los sueños.

Los sueños son un ejemplo de narrativa perfecta, personalizada, verdadera desde el punto de vista artístico, puesto que se crea con el material mas profundo y más auténtico del soñante. En ella se demuestra que hay al menos un creador y un espectador en nosotros que no se conocen entre ellos, pues el último se maravilla de la historia por novedosa y por desconocida. A veces el productor insiste en el tema, como haría cualquier otro artista y otras nos remueve por dentro, y todo lo hace con una técnica asombrosa que nos postra en un estado de atención total capaz de alejarnos, por unos momentos, de nuestro propio cuerpo y de sus sensaciones. Esto es algo, además, que nos ocurre a todos, todos tenemos este lenguaje universal dentro que no nos planteamos en utilizar para comunicarnos con otros seres humanos, o al menos no buscamos una forma efectiva de usarlo, aunque todos soñemos queramos o no, y aunque esto suceda, a veces, más de una vez al día.

miércoles, 19 de agosto de 2020

Belleza

Una bandada de pequeñas golondrinas realizan de nuevo su danza, batiéndose en círculo en el pedazo de atmósfera que se soporta entre la ribera y las aguas del río. Acariciadas por el Sol, aún sobre el aire húmedo, desentumecen  sus pequeños cuerpos y sus alas, mientras pequeñas gotas de agua suspendidas por el cierzo, refrescan sus párpados cerrados y sus picos abiertos. Con este baile millones de veces dibujado los pájaros se llenan de gozo y llenan de gozo al mundo.
Qué hermoso e todo lo que se repite una y otra vez sin razón, sin pensamiento, siendo su único sentido perpetuar la acción, el movimiento. Qué hermoso es entonces todo, todo lo que acontece.

sábado, 15 de agosto de 2020

Una de chinos


Los sabios chinos decían que era muy importante el dar un nombre adecuado a cada cosa, porque, si los nombres no estaban claros el pensamiento no podía progresar. Han pasado miles de años y nadie ha hecho caso a este pensamiento que es tan claro, por eso ahora no es que tengamos palabras que no se sabe muy bien a qué se refieren, tenemos frases enteras que se dan por verdaderas y se repiten y se transmiten como tales y que tras un leve análisis se derrumban. Aun así, aunque todo el mundo sepa que la excepción no puede jamás confirmar una regla, sino confirmar su invalidez, esa frase sigue rodando y haciendo el mundo más incomprensible.

Historias de camareros 102 "Halloween"

Siempre nos cuesta mucho a mi compañera Rosa Alarcón y a mí en Halloween distinguir a los clientes del bar que vienen disfrazaos y a los que no, y hay que tener mucho cuidado porque imagínate que le pones una caña a un señor y le dices en plan de broma "Aquí está su caña, Don Drácula", y resulta que no va disfrazao, o que va disfrazao pero no va de Drácula, no sé qué es peor.
En fin, esta noche siempre es un sinvivir, así que me figuro que antes de las diez ya estaremos diciendo eso de: "Señor, ten piedad; Cristo, ten piedad", a ver si esta vez el Señor e incluso Cristo nos ayudan, que últimamente nos ponen muchas pruebas y luego nos abandonan a nuestra suerte.
Un abrazo y salud.

martes, 11 de agosto de 2020

Historias de camareros 93 "¿Por qué?"


Y de postre tenemos: tarta San Marcos, melón, helado de chocolate y vainilla, natillas con o sin canela pero sin galleta y tiramisú.
Yo, flan —dice la señora.
Yo, medio melón —dice su compañera.
Y yo vuelvo a preguntarme: ¿Es esto posible? Y si lo es, ¿por qué ?, ¿eh, por qué?

Historias de camareros "Los huevo fritos"

—Oiga, oiga, camarera —le dice el primer cliente a las nueve de la mañana a mi compañera Rosa
— Si me tomo la oferta de huevos fritos con jamón, o con beicon o con morcilla, más bebida por cinco cincuenta, ¿me dan una botella entera de vino de la casa?
—Pues no, señor, con la oferta va una copa de vino o una caña o un refresco.
—¿Y cuánto me cobrarían entonces por la botella si cogiera esta oferta?
—Pues lo que vale la botella.
—¿Y si en vez de huevos con jamón los tomo con lomo?
—No tenemos lomo.
Y así se ha ido este espécimen del bar sin su botella de vino gratis. No sé lo que debe de pensar que vale una botella de vino en un súper, pero, vamos, que por cinco cincuenta podría comprar varias botellas o cinco briks de Don Simón. Qué manía tiene la gente de ir a negociar en mitad de todo el follón con los pobres camareros que no pueden cambiar los precios a su antojo.
En fin, qué diícas nos esperan.
Como dice a veces Rosa a voz en cuello en mitad del servicio, cuando se nos empiezan a comer por los pies los monguers: "Cristo, ten piedad, Señor, ten piedad".

domingo, 26 de julio de 2020

El "Clac"

Un maestro de música de mediana edad sale a caminar desde hace años por el parque. Todas las mañanas a primera hora, antes de ir a trabajar, se coloca sus auriculares y hace el mismo recorrido, siempre el mismo, escuchando siempre la misma grabación, de tal forma, que a cada tramo de su trayecto le corresponde un pasaje de las seis patitas de Bach. Este paseo cotidiano es un gran placer para él, le da paz , le devuelve la esperanza en el sentido música y en cierto modo en si mismo, es su terapia y por nada del mundo renunciaría a él.
Un buen día, justo en la mitad de la recta más larga de su paseo escucha asombrado un ruido, un "clac" apenas audible, parecido al que hacían las agujas de los tocadiscos de su juventud cuando los vinilos se rayaban, a este clac, además, le acompaña en su cerebro una punzada, un rápido aunque doloroso alfilerazo que le atraviesa la cabeza desde la coronilla hasta el ojo izquierdo. se para un momento aturdido, y tras comprobar que es una dolor momentáneo, acaba su vuelta al parque y regresa a casa.
Mientras se ducha lo recuerda y no puede creerlo, ha estado escuchando la misma grabación digital que oye a diario. No puede ser, piensa intentando tranquilizarse bajo el agua caliente, habrá sido un ruido del exterior, alguna ventana que se haya golpeado en la distancia, o algo así, y la punzada aunque ha sido intensa no tendrá importancia,  se dice intentando quitársela.seguramente nunca volverá a repetirse,
Al día siguiente, sin embargo, vuelve a ocurrir lo mismo, y también al siguiente, y al siguiente. Todo se reproduce, el clac en el mismo lugar de la caminata, la dura punzada, el miedo. y nuestro paseante empieza a angustiarse, a encontrarse realmente mal, de modo que acaba por dejar de salir a pasear, Tanto se obsesiona, y tan mal le hace sentir la experiencia de ese "clac" que no se le va de la cabeza, que al despertarse por la mañana es lo primero que acude a su imaginación, el pensar en él le da arcadas, a veces incluso vomita el desayuno, los mareos que cada vez más acuciantes le hacen tener que volver a la  cama y algunos días incluso llega a faltar al trabajo.
Después de un par de semanas  llenas de turbaciones y de angustia luchando contra "el clac", decide ir al médico,
Una vez en la consulta saltan todas las alarmas. Tras un montón de pruebas acude a realizarse una resonancia magnética cerebral.
El médico le cita para darle los resultados, se lo señala en la prueba, entonces lo ve y lo comprende: justo en el punto donde debía reproducirse ese momento musical, en ese preciso lugar de esa circunvolución cerebral está el "clac" y tiene forma de tumor.

viernes, 10 de julio de 2020

Golden Retriever



Acabo de cambiar la imagen con la que me representaba en mi mente a Dios, que desde mi infancia era la de una gran nebulosa espacial, por la de un enorme y maravilloso Golden Retriever.
He decidido que ya soy mayor, y aunque sé que puedo cambiar pocas cosas, esta es una de ellas.
Ya es hora de darle al pobrecico Dios una cara cálida y amable, y sustituir esa imagen fría impersonal y distante de la nebulosa, sin ningún atributo de mamífero alguno, por la de este magnífico can.
Este cambio que parece tan absurdo esconde un deseo: Pienso que si Dios fuese un perrico de esta raza se haría amigo de todo el mundo y no andaría por ahí siempre enfurruñado y frustrado, lanzando inundaciones, plagas y pandemias a diestro y siniestro como castigo, en realidad a si mismo, por sus fallos de diseño del Universo y del ser humano, por esos errores que tantos disgustos le han ha traído al pobre, que al fin y al cabo decidió hacernos a Su Imagen y Semejanza.
Sé que Él se ha exigido mucho en esto de la creación, menudo trajín lleva y menuda marchica le hemos dado los humanos, venga a pecar y a pecar, y por eso me parece tan injusto seguir imaginándomelo como una nebulosa, pudiendo darle mejor vida, al menos en mi modesta imaginación..
En  esta nueva presentación, que creo que sería estupenda no sólo para mí, sino para toda la gente en general, Él disfrutaría de la vida y dejaría de estar tan atormentado, que ya está bien de sufrir. y los niños no andarían acojonados con Él y con su infinito poder, y podrían jugar a lanzárle un frisbie, una pelota de tenis, o un palo,
Sería entonces Dios, el mejor amigo de la mujer y del hombre.

Diferente

Un tipo se da cuenta de que tiene siempre los mismos pensamientos y que va de unos a otros siguiendo diferentes rutas mentales, que son más o menos largas, pero que le llevan de tanto en tanto a los mismos lugares.
Intenta pensar en otros asuntos, lee libros diferentes, mira películas diferentes, pero lo libros son literatura y las películas cine, así que vuelve a pensar de nuevo en cine y en libros que son una parte de sus pensamientos de siempre.
Decide entonces viajar con su imaginación y sale al espacio, atraviesa el Sistema Solar y va más allá de la Nube de Oort recorriendo el Universo entero, pero Universo sólo hay uno conocido y vuelve a pensar en él de nuevo, como tantas otras veces. 
Viaja después al microcosmos, donde como todo el mundo sabe se encuentran los neutrones los protones y los núcleos de los átomos, que también giran unos alrededor de otros como pasa con los cuerpos celestes en el Universo.
Levanta un poco la cabeza y ve un reflejo en el cristal de la ventana, es la cara de un extraño con el gesto desencajado. El extraño va recomponiendo su expresión y nuestro pensador reconoce al hombre reflejado, que como no puede ser de otra manera, es de nuevo él mismo.