martes, 14 de junio de 2016

Placer y belleza (La caída del abrigo).

 Voy por la calle. Ha llegado de repente el verano y con él la caída del abrigo.

  Las visten ropa de verano generalmente con gusto y los chicos intentan imitarles , la verdad sea dicha, muy torpemente.

    Ahora que se ven más cosas vuelvo a plantearme algo que desde hace tiempo me ronda por la cabeza:

  ¿Qué relación hay entre la belleza y el placer?

   El placer contemplativo está claro pero ¿Y el placer sexual? ¿No sienten los cuerpos las mismas cosas cuando se encaman con otras persona independiéntemente de si son  más o menos bellas?

    ¿Dónde está la relación? ¿Es cultural? El concepto de belleza sí que lo es, de hecho cambia en las diferentes épocas. Pero ¿porqué una vez establecido se prefiere?.

      Dicen los científicos que inconscientemente  pensamos que tener buen aspecto es un indicador de tener "buenos genes" pero esto es raro, vago y  ya antiguo. Hoy día no elegimos parejas sólo para procrear y parte de la belleza puede no corresponder a unos "buenos genes" y ser impostada gracias a los avances en estética.

       Aun así sabiendo todo esto seguimos cayendo en la trampa y es que seguimos siendo raros, raros y antiguos, pleistocénicos.

 

 

lunes, 13 de junio de 2016

La Sirena





 En mi recorrido mañanero veo un millar de cosas interesantes, es simplemente imposible apuntarlas todas sin ir parando a cada momento,

  Hay una  enorme pintada frente a un bar que dice "¿Dónde se fue la Sirena?"

   Imagino que podría estar dedicada a alguna camarera que dejó todo atrás en un momento de de hartazgo o de desamor.

  ¿Qué ocurriría si se enterase de que los parroquianos del bar le dedicaron una nostálgica pintada?

    Quizá volvería sobre sus pasos aunque  lo más probable es que en otra ciudad, en otro bar, de madrugada , tras tomar unas copas, los nuevos afortunados ya le hayan puesto otro mote, "La Musa". "La Actriz" o porqué no, de nuevo, "la Sirena".

domingo, 12 de junio de 2016

Predicadores de postin.



   Los predicadores instalan su "stand" todos los días por la mañana junto a la oficina de correos.

   Correctamente vestidos, ellos y ellas, todos muy recatadamente, transmiten el mensaje de Dios con grandes y forzadas sonrisas ante un cartel que reza "¿Existe un Creador?" como si poniendo esta frase entre signos de interrogación entendiesen tus justificadas dudas al respecto.

   Un señor ha caído en la trampa, ha pasado demasiado cerca, ya le preguntan algo, ya tiene un panfleto en la mano. Así es como un vendedor experto consigue que no cruces los brazos, que abandones tu posición  defensiva, la postura corporal abierta hará que pronto se abra su cerebro.

   Ya juguetea con el panfleto que gira entre los dedos y una vez allí empieza de alguna forma a poseérlo, es suyo, los predicadores se lo han dado, a él. posee el soporte en el que está impreso el "Mensaje de Dios"

   Ya falta poco para cerrar la venta, pienso, como si estuviéramos en la feria del regalo.

 

sábado, 11 de junio de 2016

La silla de desaparecer.

  La silla de desaparecer es un objeto mítico, nadie ha podido verla nunca. No se sabe si hay una o varias o si sólo son leyendas, vertidas en diferentes escritos a lo largo de la historia, las que nos avisan, inútilmente, de su posible existencia.

  Las cualidades de esta silla son tan terribles que quizás no quieras seguir leyendo.

  Si has seguido leyendo, como sospecho, continuaré explicando que este asiento, si es que existe, te atrapa al sentarte en él y se vuelve y te vuelve invisible para todo el mundo, se transforma además y transforma a su ocupante, en un ser incorpóreo, aunque mantiene viva a su víctima que muere tras una espantosa agonía de hambre y de sed. Sólo los más afortunados lo hacen de desesperación.

   Esto es peor sin duda que morir enterrado vivo pues desde la silla se ve con impotencia lo cerca que está la vida sin poder alcanzarla.

    Cuando ya no queda nada del cuerpo muerto del infeliz, que se descompone totalmente en la silla y para que esto suceda pueden pasar años, décadas, o siglos, este infame objeto vuelve a aparecer en otro lugar para buscar una nueva víctima, para generar una nueva  angustiosa e invisible tragedia, así que, la próxima vez que te sientes en una silla extraña ándate con cuidado, por si los gusanos y por las moscas.

Mi dentista.



   Estoy contento con mi dentista y soy fiel a su consulta. Es un gran profesional, cuidadoso y partidario de la mínima intervención. Además en momentos difíciles ha tenido a bien facilitarme el pago de sus inestimables servicios.

   Un día estábamos los, dos tenaza a boca y por un momento sentí una punzada de dolor.

  - Ay, articulé yo como pude para avisarle.
  - ¿Te hago daño? preguntó él.
  - Ud poco, contesté.
  - Jajaja, rió ¡Esto no es nada!...esto no es nada comparado con el daño que sé hacer yo, susurró  siniestramente a mi oído, lo que unido a las anteriores risas hizo que se me helara la sangre y que me vinieran a la memoria los torturadores de la Santa Inquisición de la Santa Madre Iglesia.

   Nunca más me he vuelto a quejar en su sillón, la verdad es que ahora los dentistas no hacen daño y jamás se me ocurriría  cambiar de dentista.

viernes, 10 de junio de 2016

La cuchilla de afeitar automática.



    Aparentemente es una cuchilla de afeitar de metal, de las de toda la vida, de buena calidad, recargable, pero si tienes la mala fortuna de que aparezca en la repisa de tu bañera o de tu ducha date por depilado, o depilada, de los pies hasta las cejas y hasta el último pelo de la cabeza.

   La cuchilla cae al suelo mientras te duchas y como es lógico y normal, para evitar accidentes, la recoges y antes de que te des cuenta el objeto se apodera de tus manos y de tu voluntad, además teniendo en cuenta lo afiladas que se sienten sus cuchillas, no conviene mucho resistirse, para no sufrir cortes indeseados en las partes más delicadas, como la entrepierna o la zona de la yugular.

   Esto podría parecer una broma, sí, de muy mal gusto pero una broma, si no fuese porque tras desaparecer la maquinilla, tras transformarse en una sustancia gelatinosa por el desagüe. el pelo nunca te volverá a crecer, por ningún sitio.

  No se sabe cual es la procedencia de semejante artefacto pero se sospecha,  ya desde hace mucho. mucho tiempo. del gremio de fabricantes de pelucas.

 

jueves, 9 de junio de 2016

Cosas que es mejor perder.



   Unos kilos de más, un gato arisco, sobre todos si su nombre es "Rencor", el conocimiento, un zapato con una raja en la suela, las llaves de las casas ya perdidas, un mal trabajo y por supuesto el tiempo, si pasa demasiado lento o es turbio o simplemente desapacible.