martes, 24 de mayo de 2016

La colección Kazinski

     La Kazinski es una de las colecciones de fotografías más buscadas del mundo. Realizadas con una cámara antigua,  reveladas por medio de un procedimiento desconocido, en un papel absolutamente único, tienen estas imágenes tomadas por Kazinski, unas propiedades mágicas poderosas sin igual.

    Unas son capaces de arrastrar la mente al pasado, donde fueron tomadas, para vivirlo de una forma tan intensa que hay quien ha muerto de inanición contemplándolas.

    Por esa razón nunca hay que verlas a solas, siempre tiene que estar presente, al menos, una persona  de la mayor confianza que sea capaz de arrebatarte la foto de las manos y de ponerla boca abajo sin mirarla, o en ese caso podrían ser dos personas las que fallecieran de hambre o de sed. Tal es la belleza y la intensidad de las sensaciones y emociones que generan en el cerebro de estas imágenes, muy superiores a las producidas por cualquier droga conocida y con una capacidad de adicción mayor también que cualquiera de ellas.

    Especialmente peligrosas son las fotografías eróticas e incluso pornográficas que realizó el autor al final de su etapa de experimentación con sus peculiares métodos.

    Dice la leyenda que una de estas fotografías fue la que le llevó a la muerte , revelando una de ellas, Kazinski, que por supuesto conocía los efectos y los había experimentado en si mismo murió de un tremendo orgasmo al contemplar dicha foto en la que una dama llegaba al éxtasis amoroso.

    Tuve la oportunidad de ver una de esas fotos, su propietaria, una buena amiga mayor que yo me la quitó de las manos antes de que llegara a perturbarme y ante mis  ruegos prometió dejármela en herencia si era capaz de centrarme y equilibrarme lo suficiente.

    Han pasado ya muchos años de aquello y no he hecho muchos avances al respecto. No tengo la templanza suficiente para poseer una Kazinski  así que es improbable que mi amiga me deje en herencia este objeto, cuando desgraciadamente fallezca, lo que espero que no suceda hasta dentro de muchos, muchos años

 

 

 

 

lunes, 23 de mayo de 2016

La broma

   Unos chicos ya mayores de unos veinte o veinticinco años, que salían con las chicas que nos cuidaban, a la gran cantidad de niños que en verano nos juntabamos en aquella casa, me cogieron en plena calle uno por las piernas y otro por los pies y comenzaron a balancearme, cada vez con más fuerza, era de noche . No contentos con asustarme empezaron a contar " a la de una, a la de dos, y a la de tres" y me lanzaron contra un montón de arena de obra que había a unos metros de allí. Me soltaron como si fuera un saco, como si fuera un objeto, algo sin valor, ni animal ni humano

   Me levanté del suelo como pude mientras las chicas me ayudaban a quitarme la tierra del cuerpo. Tenía sangre en la boca, tierra en los dientes y el cuerpo lleno de magulladuras provocadas por el tremendo golpe.

   Una de las chicas me acompañó al baño. Mientras me lavaba yo tenía en el cuerpo el sabor amargo de la crueldad que demasiadas veces ejercen los adultos contra los niños.

domingo, 22 de mayo de 2016

El perro que mira a los ojos y ríe.

  Vaga por el mundo cierto perro inmortal, su aspecto de chucho callejero, viejo, famélico, con el pelo largo , sucio y con canas en la barbilla le hacen poco agradable como animal de compañía.

  Este can es uno de los seres encargados de propagar la locura. Quien comete la imprudencia de atenderle, llevado por su humanidad, se encuentra  antes o después con una mirada perruna, intensa como los rayos del mismo Sol, que atrapa la atención del infeliz .

  Una vez fijadas ambas miradas, la una en la otra, el perro se ríe con la propia risa de su víctima haciendo que esta enloquezca en un solo instante.

   El perro sigue su camino y jamás se logra saber la razón de la locura, por lo que el enfermo es diagnosticado como "Incurable" en todas las ocasiones.

   Te cuento esto para que andes con cuidado. No siempre conviene ser humano.

sábado, 21 de mayo de 2016

Las farolas



   Las farola iluminan cada una su territorio y su luz no puede ir más allá.

   Mucho más inmóviles que los árboles, sin sus ramas que blandir al viento.

   Sólo se les hecha en falta cuando no funcionan y eso uno lo descubre en mitad de la noche.

   Su color verde oscuro, que en la naturaleza pasaría desapercibido es su mejor don y hace que las veamos desde la lejanía sobre un fondo a menudo gris.

   Solo son bellas observadas, junto a otro millón de puntos de luz desde el espacio pero eso no se nos concede, a menudo.

viernes, 20 de mayo de 2016

Mobiliario urbano



  Corre el rumor, absolutamente cierto a mi entender, de que algunos de los elementos del mobiliario urbano de nuestra ciudad son orgásmicos, si , si, como lo lees. Por eso a veces se ven abuelitas temblorosas apoyadas en los postes de los semáforos.

  Para evitar que corra la  voz y  que la gente se de al vicio en público, además gratis y a costa del ayuntamiento, los operarios cambian con regularidad de sitio las farolas, semáforos, bancos, papeleras  y marquesinas que poseen esta cualidad.

 No queda otro remedio, pues cuando se procedió en primera instancia a retirar dichos elementos, se produjeron en los almacenes municipales los más extraños sucesos imaginables, tremendos ruidos, fugas de agua de origen desconocido, cortes de luz, averías de todo tipo , incendios... que sólo cesaron cuando se volvió a colocar todo el mobiliario retirado de nuevo en la vía pública.

  Puede que no me creas, pero este verano pasea por la ciudad, toca los semáforos y las farolas, las papeleras, siéntate en los bancos y si encuentras alguno de estos portentosos objetos, disfrútalo solo, en compañía, o con amigos.

jueves, 19 de mayo de 2016

Mueca

 


   Una décima de segundo, esa en la que la cara se descompone. Se intenta comprimir la emoción que desborda pero esta sale, no se puede contener.

   Es entonces cuando en mitad de la mueca resultante, podemos ver al ser humano, que siempre se esconde tras sus máscaras.



miércoles, 18 de mayo de 2016

Viaje animal

   Alguien puso, a modo de broma, un bote con una serpiente entre mis piernas.

   Tenía el bote transparente de conservas de cristal unos agujeros en la tapa metálica, de color verde,  para que el animal pudiera respirar. Yo no tendría diez años.

Protesté,  no quería llevar durante todo el viaje en coche la serpiente entre las piernas ¿No era la serpiente de él? pues que la llevara él.

No, dijo mi tío, ¿No podría ir en el maletero? repliqué yo ¿Y si se cae y se rompe el bote? dijo mi tío mientras él y mis primos se reía de mi.

 Hoy recuerdo esto con asco, no tanto por la serpiente sino por la crueldad gratuita a la que fui sometido, una burla cruel y absurda cometida por mis familiares,

En aquél viaje pasó algo más, un pato que volaba a baja altura se estrelló contra el parabrisas .

No sé si mi tío aceleró para aplastarlo pero él y mis primos de nuevo reían.

Yo pensé que nos habían tirado un tomate pero todos sabían que era un pato ¡Es un pato es un pato! gritaban llenos de emoción sin sentir la muerte de aquél animal tan bello y tan noble.

Mientras, la serpiente estiraba su cuerpo para alcanzar el aire que se colaba por su triste respiradero.