sábado, 30 de enero de 2016

Gatos espejos.



   Mientras desayuno veo pasar por delante de mi a mi gata y por un instante llega procedente de mi interior una cálida sensación placentera de amor gatuno por ella.

   Me pongo a pensar que en realidad no se lo que siente ella por mi. Seguramente, como dicen por ahí , me habrá catalogado como "proveedor de comida número uno", ya se sabe, los gatos van a lo suyo.

  Comparo a mi gata con los perros, o con lo que dicen de ellos, parece ser que en los perros es más obvio que albergan sentimientos hacia los humanos. Hay testimonios de sobra que lo confirman.


  Pienso, por fin, que es como si los perros, que son más activos ,tuvieran una luz propia , como el Sol y que los gatos se parecen más a  otros astros que, como la Luna, reflejan la luz ajena. No por ello son los gatos menos hermosos, yo sigo "siendo de gato", pero me parece que en los gatos proyectamos nuestra luz, nuestros sentimientos  y que ellos nos los devuelven, por eso nos gustan tanto, porque ellos  nos permiten que veamos la mejor parte de nosotros mismos reflejada en ellos.



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