sábado, 9 de enero de 2016

Churros



   Observo en la mesa de al lado la suicida dinámica de un grupo de señoras desayunando. El grupo va aumentando y cada una de ellas llega con su café con leche y con una docena de churros para el centro.

   Me figuro que es su forma de pensar que no se están pimplando una docena de churros cada una de ellas sola.

   La mente humana tiene muchas formas de autoengañarse y las señoras mayores las conocen todas, lo noto.

   No va con ellas ningún hombre así que me imagino que son, la mayoría al menos, viudas.

   Se acerca un señor mayor que entra a matar:


 - Buenos días señoras, ¿les puedo invitar a una docenica de churros?
 - No, muchas gracias, dice la que lleva la voz cantante.

  El hombre insiste ,¿Y alguna otra cosica?

 -No gracias, muy amable, pero no gracias, ya estamos servidas.

  El pobre señor intenta todavía alguna que otra maniobra de acercamiento e incluso se pone algo pesado , entonces la portavoz se levanta, le coge del brazo y discretamente le dice una frase, algo cortante pero eficaz como pocas y sobre todo demoledora:

 - Mire señor, se lo agradecemos mucho, somos todas viudas y ¿sabe? no queremos saber nada de próstatas.

  La verdad es que bien pensado las señoras tienen todo el derecho y toda la razón.

  El señor se retira cabizbajo y según sale del bar se cruza con otra nueva señora que se incorpora al grupo con otro café con leche, acompañado, por supuesto, de una nueva docena de churros.


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