sábado, 23 de enero de 2016

Divagación.



  Vuelvo a estar solo ¿Acaso no es así como estamos siempre, envueltos en nuestra piel, en nuestras ideas y objetivos, sometidos a nuestros sentidos y ajenos a los demás?

    Es cierto que podemos dirigir nuestros sentidos, hacia  nuestros intereses y dejar entrar en nosotros a nuestra familia, a nuestros amigos, o ciertos libros. o músicas para que masajéen  nuestro corazón.

    Sigo leyendo, poniendo tablas en la ventana para que no entre la luz de la vida hiriéndome y para evitar que mi propia vida se me escape, por la ventana, al exterior.

2 comentarios:

  1. La peor de las soledades es la que se adueña de los viejos, de los pobres invisibles y de los perros abandonados en la carretera.

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  2. La peor de las soledades es la que se apodera de los viejos, de los pobres invisibles y de los perros abandonados en la carretera.

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