jueves, 28 de enero de 2016
El padre y el bebé.
El padre exhibe a su bebé por todo el bar como si a todos se nos tuviera que caer la baba. Desde luego la niña es preciosa.
No piensa el padre en las personas que no pueden tener hijos, tan absorto está.
miércoles, 27 de enero de 2016
Querido
Bajo el jersey el frío y aún dentro de los zapatos. La humedad cala pronto. Los huesos ya duelen por el hartazgo de agua que ya no pueden absorber .
Por suerte me considero una persona querida y sea o no verdad, prefiero decidir que así es. Aun así nadie es capaz de entenderlo todo, nos pasa a todos, ni siquiera comprendemos bien las pequeñas cosas que les ocurren a quienes rodeamos.
martes, 26 de enero de 2016
Neones
Paseo por la Gran Vía y al fondo veo un neón que anuncia el Hotel Gran Vía. No puedo entender como algo que es tan feo y que de pequeño también me parecía feo, evoque en mi un sentimiento de nostalgia ¿Es el neón algo nostálgico? no, sólo lo es porque comparte con toda lo nostálgico la única condición de pertenecer al pasado.
El cerebro se encarga, como siempre de realizar los cambios oportunos.
lunes, 25 de enero de 2016
Desayuno Familiar (La "Buena" educación).
Junto a mi mesa se reúne una familia a desayunar. me llama la atención que el volumen de sus voces es bajo.
Me fijo en sus cuerpos tensos, las sonrisas veladas, sus piernas y sus brazos están bien cruzados, y los pies , que siempre indican hacia donde uno quiere ir, apuntan todos hacia fuera de la mesa.
La madre saca un pequeño paquete que le da a una de las dos hijas veinteañeras que lo abre sin mostrar ilusión alguna.
sábado, 23 de enero de 2016
Divagación.
Vuelvo a estar solo ¿Acaso no es así como estamos siempre, envueltos en nuestra piel, en nuestras ideas y objetivos, sometidos a nuestros sentidos y ajenos a los demás?
Es cierto que podemos dirigir nuestros sentidos, hacia nuestros intereses y dejar entrar en nosotros a nuestra familia, a nuestros amigos, o ciertos libros. o músicas para que masajéen nuestro corazón.
Sigo leyendo, poniendo tablas en la ventana para que no entre la luz de la vida hiriéndome y para evitar que mi propia vida se me escape, por la ventana, al exterior.
viernes, 22 de enero de 2016
Dime
Sólo se puede huir de un comienzo. Hasta el mismo Universo está en fuga huyendo despavorido de su propio inicio, del Big Bang, o quizás incluso del propio Dios.
Todos huimos de algo y toda creencia esconde una huida, así que mírate bien, en el agua de un estanque, en el río que fluye, en un espejo o en una fotografía y después, dime en qué crees y te diré de que huyes.
jueves, 21 de enero de 2016
El pinchazo , segunda parte.
Voy al médico a por los resultados de los análisis que me hice el otro día, pero por alguna oscura razón no me han hecho los correspondientes a los riñones así que tengo que volver a completar la tanda la mañana siguiente.
Pienso que tengo ya varios órganos vitales perjudicadicos, lo pulmones por el asma, el cerebro por la depresión y ahora los riñones (me figuro que a causa de las medicaciones) con una insuficiencia renal crónica. " Menuda mierda de cuerpo tengo", pienso para mis adentros, "que decrepitud, si ya estoy pa tirar" sigo, y me río bien a gusto de mis propios pensamientos.
miércoles, 20 de enero de 2016
El dueño del bar (anécdota mañanera).
El dueño del bar esconde sus complejos tras la cultura, hay buena música, incluso ópera, pero algo falla.
Mientras hace el café se le cae al suelo un poco y en vez de recogerlo él mismo dice:
- María lo siento, se me ha caído un poco de café.
Y sale de la cocina una mujer con una escoba y un recogedor y le hace el trabajo sucio.
martes, 19 de enero de 2016
Lo oficial y lo inexistente.
Hay un sufrimiento oficial de víctimas reconocidas, de crímenes políticos, de guerras, de violencia doméstica,... y luego está este otro sufrimiento humano del que no se habla porque es, en este mundo, inevitable y no rinde réditos políticos a nadie.
No se habla, pero existe, y no atenderlo lo convierte definitivamente en un sufrimiento inhumano.
lunes, 18 de enero de 2016
Actualización
Un olor a sudor rancio impregna la silla, la mesa y todo el rincón del bar donde me siento. No puedo ser yo, acabo de ducharme y de cambiarme de ropa así que acerco un poco el café para ver si sus efluvios consiguen camuflarlo pero todo es en vano.
Detecto por tanto un nuevo fallo de diseño del cuerpo humano que se suma al de no poder cerrar las orejas y es el de no poder cerrar la nariz, como hacemos con los ojos, a voluntad.
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